El cupcake de Olga María
En la red alguien cuelga un vídeo sobre osos panda en un zoo. En él, el encargado de ponerles una vacuna no puede hacerlo porque estos le abrazan y le manotean la jeringa, peludos, acolchados, juguetones. El pelo negro junto a la boca casi les dibuja la comisura sonriente en los labios. En otro vídeo, un conejo se hace un improvisado spa en la cuenca del lavabo. Al fondo, unos gatitos aprenden a saludar a cámara. Humanos, casi humanos.
* * *
Un concejal del Partido Popular en Paredes de Nava, Palencia, dice sobre Pablo Iglesias en su Facebook: “Valiente hijo de la gran puta, vete a colombia y le das por el culo al hijo de puta amigo tuyo, ese dictador q tanto amas y como amas su pais y son la envidia a seguir pues camina haber si te dan un tiro en la nuca cacho cabron y dejanos tranquilos”. No dimite.
La Policía Nacional de Gran Canaria dio la orden de trasladar a 23 inmigrantes en espera de atención sanitaria en un camión de basura. Nadie asume la autoría.
El presidente de Extremadura José Antonio Monago visitaba a una amiga en Tenerife dos veces al mes con cargo al Senado. Primero lo niega. No dimite.
La concejala y parlamentaria del PP Aranzazu Marín afirma que tuvo que devolver cerca de medio millón de euros del dinero enviado por la Junta de Andalucía para la creación de empleo a través del Decreto de Exclusión Social del año pasado porque no había familias con personas dependientes en quien gastarlo ni desempleados en Almería a los que destinar dichas ayudas. No lo aclara.
* * *
La sonrisa tropical de una muchacha, extraída, claro, de una red social, nos da brillo desde las portadas de muchos medios de comunicación. La misteriosa Olga María. ¿Quién es Olga? Y de ahí: los viajes, el llanto, el perdón, los volantes en la falda, el otro novio, los labios pintados, la coronación de Felipe VI. (Nota mental: la coronación. Para un día que nos quedamos en casa).
En la misma red social, alguien que conozco comenta: “Es que la que es puta, es puta”.
Olga María, sonriente, desde su foto, pasa a ser en veinticuatro horas el nuevo desvío de la política semanal. Olga María, sedante con sus labios glaseados. Olga María, la corrupción glaseada. Olga María, un cupcake. Olga María, nueva píldora dulce para tragar el relato.
Al fondo, los osos panda siguen jugueteando. Juraría que ríen.
