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Neoliberalismo, activismo y Responsabilidad Social Empresarial

Economistas Sin Fronteras

Paco Cervera —

La deslegitimación en la que se sumergió la ideología neoliberal en los primeros compases de la crisis financiera ha dado un giro, a mi parecer, inesperado. El Nobel Joseph Stiglitz escribió a mediados del 2008 un artículo en el que se preguntaba si era el fin de esta forma de entender el mundo (¿El final del Neoliberalismo?). En este artículo se enumeraban ciertas razones por las que se consideraba a esta ideología como fracasada con hechos demostrados. Entonces nadie podía esperar un resurgir tan vigoroso, y menos en Europa. Las medidas de austeridad acometidas en los diferentes rescates han traído aparejadas “condiciones” ya conocidas en la Latinoamérica de la deuda externa. Pero, si fracasaron, ¿cómo es posible que se continúen aplicando? La razón, como Stiglitz señalaba, es que el “fundamentalismo” sirve a determinados intereses y estos no son los perjudicados.

Centrándonos en el caso del Estado español, durante los primeros años de la implantación de estas políticas se puede apreciar un aumento de la desigualdad y un incremento de los ingresos de los más ricos, como sucedió en Reino Unido y los EE.UU durante los gobiernos, respectivamente, de Thatcher y Reagan. Los datos en nuestro país vienen confirmando este hecho[1].

El sector público, y sus políticas, están siendo deslegitimados fuertemente y de forma continua, aduciendo para ello razones de mercado, como eficiencia y ahorro. Al parecer resulta lógico, entonces, que el Estado adquiera una estructura más pequeña: “cuanto más pequeño sea, menos nos robarán estos corruptos”, dicen. A medida que se retira, se va dejando espacio para la actividad privada en sectores y actividades que antes ofrecía el sector público. Considerando la superioridad del libre mercado, se promueve la desregulación de la actividad económica (papeleo, burocracia, son conceptos extendidos con este fin) y aumenta la competencia en determinados sectores (nunca en los que intervienen los “intereses”).

El razonamiento neoliberal se expande rápidamente en nuestra sociedad que ha mamado de él a través de los medios de comunicación. No en vano muchas de las tertulias (¿políticas?) son asiduas de economistas “salvadores” que enseñan, y/o se han formado, en universidades en las que los principios de esta pseudo-religión no se cuestionan[2]. Están haciendo normal y natural, de lógica superior, algo que no tendría que serlo per se.

¿Cómo construir una alternativa?

¿Cómo construir una alternativa?La defensa de los Derechos Humanos, los derechos de los trabajadores, el cuidado del medio ambiente, la igualdad, la Democracia (la de todos, digo) son conceptos merecedores de una actitud activa para su defensa, y por qué no, de mejora.

En primer lugar, en mi opinión, se tiende a manifestarse en contra del Gobierno, aunque éste cada vez tenga menos peso e importancia. En 2012 se produjeron más de 40.000 manifestaciones con escaso resultado. El Gobierno ha sido secuestrado. Dirijámonos a aquellos que pueden hacer algo, las empresas del IBEX35 podrían ser un buen comienzo.

Las formas que puede tomar el activismo son diversas pero me gustaría centrarme en algunas que han tenido éxito y que pueden ser útiles. Todas ellas, como primer paso utilizan el “oposición-propuesta”[3] como medio para solucionar los problemas.

- La organización ecologista Greenpeace ante un problema medioambiental que le preocupa, elige la empresa transnacional que hay detrás, la emplaza a un diálogo para la solución del problema y si no recibe una respuesta adecuada, lanza una campaña de concienciación social con las consecuencias negativas que conlleva en la reputación de la empresa.

- La lucha contra los abusos laborales en la industria textil puede servir de ejemplo. En 1989, la empresa C&A fue objetivo de manifestaciones en Holanda, después de despedir a trabajadoras filipinas por reclamar un salario digno. Como la empresa es de origen británico, se unieron a las protestas, con lo que aumentaron la presión sobre la compañía. Una visita por estos países de algunas trabajadoras, contando su experiencia y retransmitida por los medios, logró el resto. Se unieron en la lucha colectivos de la sociedad civil de diferentes países, con diferentes inquietudes (sindicatos y organizaciones feministas).

La solidaridad con nuestros iguales es fundamental, no podemos pensar que lo que ocurre en Bangladesh no es nuestro asunto, es un grave error. Pero también solidaridad horizontal entre diferentes colectivos sociales. La brecha salarial afecta a temas de trabajo, pero también a feministas y defensores de los Derechos Humanos. La construcción de redes de solidaridad y colaboración son muy necesarias. La colaboración estratégica de diferentes organizaciones permite además de adquirir fuerza, el uso de estructuras institucionales con tradición en España.

España ha sido ejemplo de diálogo social, evitando en muchas circunstancias el enfrentamiento. Ante este nuevo escenario se deben utilizar las puertas abiertas que nos quedan, y una de ellas, en mi opinión muy útil, es la responsabilidad social empresarial (RSE), que considera el diálogo de la empresa con la sociedad como eje principal. Este concepto genera mucho recelo entre ciertos movimientos más extremos (ambos). Por ejemplo, la franja más a la derecha opina que la empresa debe centrarse en obtener beneficios para poder retribuir a los accionistas. Desde la izquierda se la considera el caballo de Troya del Neoliberalismo. Aunque más bien, el concepto ha sido abandonado por la sociedad, por lo que al final, ha resultado capturado, exclusivamente, por el mundo corporativo.

A pesar de estar en una situación de desventaja ante los propulsores del Neoliberalismo, existen vías que deberíamos aprovechar para comenzar a moralizar una economía que ha economizado una sociedad. El activismo y la RSE son un camino que se merece una exploración, al menos, ante la falta de resultados de otras formas de oposición. Como bien dijo el filósofo barcelonés Salvador Pániker: “La democracia consiste precisamente en la lucha permanente por la democracia”.

Este artículo refleja exclusivamente la opinión de su autor.

[1] Lean estos artículos para ampliar información: “Más desiguales que nunca” (eldiario.es del 16/10/2013), “El 20% de los españoles más ricos acapara el 44% de los ingresos” (eldiario.es28/11/2013), “Aumento de las desigualdades con la crisis”, de Mónica Melle (eldiario.es de 17/01/2014).

[2] El Profesor Vicenç Navarro en su blog: “La ideología que reproducen las ciencias económicas”.

[3] Traducción del inglés: “oppose and propose” strategy.

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