Nueva Ley, Nuevos Partidos
No es una coincidencia, es un síntoma. Con apenas unos días de diferencia se han presentado dos iniciativas de la sociedad civil que reclaman la reforma de la Ley de Partidos en clave ciudadana del siglo XXI.
Por un lado, el Manifiesto Por una Nueva Ley de Partidos firmado por cerca de un centenar de personas relevantes en distintos ámbitos que pretende recoger firmas para la presentación de una ILP para la reforma de la Ley de Partidos. Por otra parte, +Democracia, promovido por varias personas con distintos perfiles que plantean distintas propuestas para la reforma, invitando a las personas que lo deseen a participar en su foro.
Indudablemente, la reforma es necesaria, no sólo para adaptarse a la democracia del siglo XXI, sino porque es urgente atajar el descontrol económico y la burbuja política en la que vive la partitocracia en este país. Por ello, sin duda es importante que este debate salga a la luz y entre en la agenda política. Sin embargo, no está demás recordar que no hay Ley de Partidos ni ningún otro elemento que obligue a las organizaciones políticas a conformarse como organizaciones jerarquizadas, opacas y cuyo funcionamiento derive en casos de corrupción y financiación irregular. No hay que esperar a que haya una reforma de la ley de partidos, ya que la apertura, la transparencia y la participación de afiliados y simpatizantes en mecanismos de elaboración y decisión colectiva es posible, no está prohibida. Sólo hay que tener voluntad política.
De hecho, muchas de las propuestas que aparecen en las dos iniciativas, las estamos poniendo en marcha desde Equo desde nuestros orígenes: Asambleas Federales al menos cada dos años con participación virtual y presencial de todos y todas los afiliados y simpatizantes, elección de órganos (paritarios) mediante sufragio, libre, directo, presencial y virtual y secreto de todas las personas afiliadas y simpatizantes, candidaturas elegidas por primarias abiertas, limitación de mandatos, involucrar a afiliados y simpatizantes en el día a día, obligación de publicar la información financiera, reconocimiento de la pluralidad, decálogo de comportamiento ético con respecto a incompatibilidades, dedicación y rendición de cuentas, etc.
Así las cosas, animamos a que esta posible reforma legal incluya otros elementos que nos parecen importantes. Por ejemplo, condicionar que las subvenciones públicas que reciben los partidos sea variable en función del cumplimiento de una serie de objetivos relativos a las estructuras de relación y de participación que cada formación mantenga con la ciudadanía: mecanismos de consulta, limitación del número de mandatos, la asistencia a debates electorales con otros candidatos, la disposición de espacios y mecanismos regulares y estables de encuentro con simpatizantes y ciudadanos en general durante toda la legislatura, el establecimiento de criterios de transparencia e información en el nombramiento de cargos ejecutivos o de asesoramiento con o sin carnet de partido, el sometimiento desus cargos públicos a audiencias ciudadanas, auditorias externas adicionales, publicidad de ingresos y patrimonios, agendas, etc.
Además, es básico que avancemos en la puesta en marcha de instrumentos para la participación permanente política de la ciudadanía: plebiscitos (vinculantes), presupuestos participativos, Iniciativas Legislativas Populares, que realmente sean tenidas en cuenta y no se puedan tirar a la basura tan alegremente...Instrumentos hay muchos, y la tecnología además es una aliada importante. Solo falta, de nuevo, voluntad política.
Por todo esto, desde luego, desde Equo, aplaudimos las iniciativas presentadas que reclaman una reforma de la Ley de Partidos, encaminadas a tener organizaciones más democráticas, transparentes, participativas y abiertas. Y por lo tanto, estamos a disposición de quienes quieran mantener un diálogo constructivo a partir de estas propuestas que creemos tienen que ponerse en marcha ya sin más excusas.
