El PSOE de Pedro
Pdro Snchz está intentando convencer a la sociedad antes que a su partido. Si los tuyos no se fían de ti, ¿por qué deberían hacerlo los españoles? El PSOE ha sido noticia esta semana por el fichaje de Irene Lozano, que abandona el barco mientras tocan el violín los que quedan en UPyD. En primer lugar, creo que Snchz está cometiendo el error de avanzar hacia las elecciones sin cultivar los afectos en el PSOE. Eso significa que si le va mal el 20D, serán sus propios compañeros los que le tirarán por la borda. Da la sensación de que el líder de los socialistas piensa que puede triunfar en las urnas él solo, con el partido como mero instrumento para lograr sus fines.
El PSOE ficha a Irene Lozano para las elecciones más reñidas de la historia. La tarta sigue siendo la misma, pero antes se la repartían entre los dos grandes partidos y ahora hay más comensales. En esta tesitura, no se entiende que Pdro Snchz se haga acompañar de paracaidistas, trasladando la sensación de que en su partido no hay gente suficientemente válida. Y más ahora, cuando las encuestas dicen que se van a reducir los puestos de salida y por lo tanto, no tendría que forzar tanto la búsqueda de talento entre los suyos. Está bien que un líder político no quiera tener hipotecas, pero podría explicarlo en Ferraz con sensibilidad y convicción, no fomentando los codazos y el mal ambiente. Creo que ese sería el camino para ir reforzando su liderazgo.
Soy de las que cree que Irene Lozano tiene muchas virtudes. Consiguió tener un perfil propio en UPyD, se adaptó perfectamente a la vida política, fue una buena parlamentaria y se explicaba muy bien. Lo que ocurre es que si algo caracteriza a quienes se presentan como diputados representando a un partido es la ideología, las diferentes formas de entender la gestión de la vida pública y la organización de la vida de la gente. Por eso me parece francamente extraño que Lozano decidiera un día incorporarse a UPyD, se enfadara con Rosa Díez años después por rechazar el entendimiento con Ciudadanos, intentara luego liderar la formación magenta, para terminar finalmente en las listas del PSOE. Y a ese periplo hay que añadir la dureza con la que Lozano ha tratado a los socialistas en el Parlamento.
La exdiputada ha explicado que su fichaje responde a un fin: regenerar el PSOE. Me parece un objetivo realmente ambicioso para alguien que no pudo regenerar UPyD, porque los suyos no le votaron como relevo. En mi opinión, Irene Lozano hubiera sido un gran fichaje como periodista, no como diputada. Quizá en este país no estemos acostumbrados, pero sí me parece que un periodista honesto puede trabajar para afrontar y contar mejor incluso aquellos asuntos en los que no cree. Desde ese punto de vista, echo de menos una explicación desde el PSOE para entender por qué realizan esta jugada justo en la peor semana del PP, por qué ellos odiaron tanto a Rosa Díez por hacer casi lo mismo que Lozano ahora y por qué cambia alguien el color del escaño de un día para otro, si no es por apego al poder.