No se puede
No se puede. Un círculo sin salida. No se puede matar para defender tus ideas. Elemental. No se puede matar para lograr la independencia. No se pueden presentar iniciativas ilegales en el Congreso. No se puede. ¿Y qué hacemos?
Lo pelearé con las ideas. Las ideas no delinquen. ¡Quiero defenderlas, oiga! Es la forma. No se puede. No puedes saltarte las leyes. Es el fondo ¡Cambiemos las leyes! No se puede. No puedes. No hay mayoría. No podrás jamás. No puedes.
No puedes acercarte al Congreso. Dentro me están matando. No piensan en mí. No pueden hacer lo que quieran sin mí. No puedes. El juego pasa por las urnas. ¡Juégalo! Aquí estoy. ¡He ganado! No puedes. No puedes venir así. No puedes ser así. No puedes ser como eres. ¡Aquí has de ser como nosotros! Vine a cambiaros. No puedes.
Los círculos sin salida. Los círculos que la buscan.
No puedes saltarte la ley. No voy a consentirlo. No te recibo. ¿Hice algo? Aún no pero es un gesto. ¿Pero soy lo que soy? Lo eres pero te castigo por lo que dices que serás. Buen drama. Ni con ley ni sin ley. ¿La cambiamos? Es imposible. No hay posibilidad ni diálogo.
Los futuros sin salida. Los que la buscan.
Hay lógicas que nos han llevado a callejones sin salidas. La perversidad del terrorismo nos obligó a cegar todas las sendas que parecían animarlo. Cegando el camino nos olvidamos de que el destino era plausible. Vuelta sobre vuelta. Muerto el perro ahora queremos matar la rabia. ¿O era una broma lo de que todo era defendible en democracia mientras no nos saltáramos las normas? No quemamos contenedores ni te acechamos en tu casa pero queremos que se acabe esta realidad con la única lógica de los ganadores. ¿O era una broma que lo que molestaba era mi forma de protestar y no mi grito de igualdad y rebeldía?
A veces escucharos es como un río de gasolina. Me enciende. Quiero independizarme de vuestra lógica que no es sino vuestra imposición. Quiero rodear y cambiar y darle la vuelta a todo. Quiero tener rastas y no ser un borbón con miedo a engrosar la historia con los jirones de mi reino perdido.
Estamos unos. Estamos otros. Reconozcámonos. Incluso el derecho a ser tan diferentes. Unos llaman por teléfono y otros se escandalizan. También cuando les gritan que sí se puede.
Decidme que es así desde hace siglos. No me convenceréis de que no podemos cambiar.
Incluso para los que dicen que sí pueden. Sólo hay ese camino.