Rajoy busca pokémons
En estos días inciertos, en los que el cardenal Cañizares monta misas por Franco en Valencia, dos señores discutían acalorados la pasada tarde en el Metro de Madrid. El tema de la disputa: la división de la izquierda, la consiguiente derrota en la Guerra Civil y la fortaleza de la derecha. La conversación partía de que en Alemania sería impensable una misa por Hitler, seguía por un “aquí hacen lo que quieren” y se ponía a tope cuando decían que “teníamos que estar gobernando” y uno le echaba la culpa “al Coletas” y otro “al Pedro ese”.
La entrada en estampida de un grupo de jóvenes en la siguiente parada interrumpe la conversación. Los viejos cotillean cómo los chavales, que rondarán los 20 años, hablan indignados… Que si “es una vergüenza”, que si “mañana iremos a protestar”, que si “la Policía no puede impedirlo…”. Hablan de quedar mañana “todos juntos para entrar allí”… No me entero en ese momento de qué hablan y dudo que los ancianos se estén quedando con la copla del motivo de semejante indignación juvenil…
Aún hay gente que se rebela, pienso. En ese momento, uno de esos dos señores pasa de los chavales, me mira y me pregunta si yo sé “qué va a pasar”. Le confieso que no sé qué les ha ocurrido a esos muchachos, pero el anciano me corrige con complicidad y me dice que se refiere a que le cuente “algo” de quién va a gobernar. No conozco de nada a esos dos caballeros, pero no me corto y les doy mi información. Aquí la comparto. Me dicen que gobernará el PP, con el “permiso” del PSOE y de Ciudadanos. Las presiones de la “fontanería” del Estado son tales que al final ocurrirá. Se anunciará como un paso por “el constitucionalismo”, “la estabilidad”… Aunque, de la misma forma, les cuento que, a día de hoy, Pedro Sánchez no está por la labor y que, incluso, ha confesado a gente muy cercana que intentaría formar gobierno si el PP fracasa en el intento… Es un ir y venir la línea circular del Metro. Comento con aquellos ancianos que Rajoy no ha podido hacer a Cospedal presidenta del Congreso, pero aún querría hacerla ministra. Dudo que pueda.
En otro aniversario del golpe del 18 de julio, aquellos señores que ponían el grito en el cielo por la ceremonia franquista del cardenal Cañizares, me cuentan ahora alguna de las calamidades que pasaron en la posguerra. Yo, con la otra oreja, he conseguido adivinar de qué se quejaban aquellos jóvenes indignados: vienen de cazar “pokémons” y hay algún lugar donde no les dejan. ¡Insisten en que van a protestar! Intento explicárselo a los dos ancianos, pero me cuesta. Les digo que hay una España pendiente de que Rajoy busque gobierno y otra buscando “pokémons”. Es cuestión de prioridades. Diferentes formas de cazar (y de ser cazados).
