Pablo Casado en el laberinto
Este mes de octubre de 2021 ha escenificado, después del rodaje de septiembre, la vuelta a la normalidad política, tras una pandemia que ha engullido la cotidianeidad de la agenda parlamentaria. Y han vuelto las descalificaciones y las medias verdades, más lesivas que las mentiras, de los partidos de la derecha y extrema derecha. Casado en el laberinto no huye del minotauro, en un intento torpe y torticero, lo busca para ofrecerle en bandeja de plata el sacrificio de los diferentes, de los más vulnerables, la España de los derechos y libertades.
Se ha iniciado con el mantra “España está en quiebra” y continuado con el chantaje de ETA siempre sobre la mesa. Todo como consecuencia de un hipotético acuerdo extra parlamentario con la izquierda abertzale para recabar el apoyo a los presupuesto. Para ello Casado no duda en preguntarse desde Bruselas“ ¿El señor Macron está negociando con los que justifican los atentados de Bataclan para los presupuestos? O ¿Biden pactaría con los terroristas del 11S? o ¿Draghi con los partidarios de las Brigadas Rojas? y ya puesto sí también lo hubiera hecho la ex presidenta Merkel con la banda Baader-Meinhof. ¡Esta aberrante estrategia de confundir a la ciudadanía¡ Porque ninguno de estos grupos terroristas tienen representación parlamentaria en estos países, faltaba más, como para que hubiese que analizar acuerdos de los respectivos gobiernos con ellos. Lo que sí realmente tienen en común, este intento burdo de mezclar al gobierno de España con grupos terroristas, es que todos estos grupos están disueltos o, caso de las distintas facciones yihadistas, no tienen un estado de referencia.
Ningún partido del arco parlamentario francés representa a los terroristas del denominado Estado Islámico que atentaron en Bataclan. Ningún partido italiano apoya a las ya extintas Brigadas Rojas. Ninguna fuerza política estadounidense apoya a al Qaeda, que atentó contra las Torres Gemelas. No existe ningún partido político español que apoye a ETA, porque esta banda terrorista, que inicio su declive en1982, con la disolución de su rama político-militar, fue derrotada definitivamente en 2011sin conseguir ninguno de sus objetivos políticos como el derecho a la autodeterminación o la unión del País Vasco y Navarra.
No obstante no le tiembla el pulso a Pablo Casado a la hora de fotografiarse en Colon o pactar gobiernos en comunidades autónomas con VOX. Un partido que hace apología de la dictadura franquista constantemente. La razón es porque no solo coinciden en la estrategia de VOX de intentar desprestigiar al Gobierno pervirtiendo la esencia de la acción parlamentaria, sino que en sus hojas de ruta ideológica hay multitud de paradas y fondas y no para comer o descansar sino para tergiversar y conspirar contra la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.
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