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Ciudadanos ignora a Vox en la campaña andaluza convencido de que solo roba votos al PP

Santiago Abascal, presidente de Vox en una charla en el Hotel Nelva, Murcia / CARLOS TRENOR

Carmen Moraga

La posibilidad de que Vox logre el próximo 2 de diciembre representación en el Parlamento de Andalucía, como pronostica la encuesta del CIS, no inquieta a Ciudadanos. El partido de Albert Rivera mantiene una fría equidistancia con el partido utraderechista que lidera Santiago Abascal, al que no ven como rival.

En Ciudadanos creen que si al final Vox consigue algún escaño el 2D no será a costa de robarles a ellos votos, sino al PP de Pablo Casado al que ven “muy nervioso” ante la posibilidad “cada vez más real” de que Ciudadanos consiga el sorpasso en estas decisivas elecciones autonómicas, según fuentes el partido de Rivera.

Por este motivo creen que los populares están lanzando duros ataques a su candidato, Juan Marín, y a su partido. Y por eso también les ven emitiendo desesperados mensajes por el “voto útil” para que los andaluces que se han mantenido fieles hasta ahora a sus siglas no les abandonen y voten a Vox, con el que comparten muchas de sus radicales propuestas. El propio Casado, que se está desdoblando en esta campaña, alerta de ello en sus mítines y ha pedido a su gente que le eche una mano.

Algunos parlamentarios del PP le han secundado. Entre ellos, el diputado por Alicante, Joaquín Albaladejo, que en su cuanta de Twitter ha advertido de que votar a Vox es “quitar al PP escaños” y “regalarle el gobierno a Susana Díaz”.

No obstante, los de Rivera se muestran un tanto escépticos de que al final se cumplan estos vaticinios del CIS y continúan con la estrategia de no “dar publicidad” a “una formación extraparlamentaria”. Prefieren esperar y ver qué pasa el 2D con Vox. “Eso es algo que tendrán que decidir los ciudadanos andaluces, nosotros en este sentido no tenemos nada que decir”, señaló el vicepresidente primero de la Mesa del Congreso, Ignacio Prendes, la semana pasada al valorar la encuesta “cocinada” de Tezanos, presidente del organismo público.

El diputado de Ciudadanos prefirió destacar que su formación es la única que experimenta un notable crecimiento en la autonomía andaluza frente al desplome del PP,  partido al que culpan de ese auge del partido de Santiago Abascal, que -recuerdan- fue compañero de filas de Casado. “Si alguien encarna el futuro, si alguien encarna la esperanza y la posibilidad de salir de estos 40 años de socialismo en Andalucía es Ciudadanos”, presumió Prendes.

Rivera pide “generosidad” a Casado si hay sorpasso

sorpassoA pesar de ese mal ambiente entre los tres partido, saben que el día siguiente de las elecciones habrá que gestionarlo. Y no descartan nada. La encuesta del CIS vaticina que los socialistas -aunque bajan- sumarían con Adelante Andalucía suficientes escaños para poder gobernar frente al PP y a Ciudadanos, que están muy igualados en intención de voto.

Pero en el partido de Rivera también contemplan la posibilidad de que el bloque de “centro derecha” pueda aliarse para que Susana Díaz  no continúe en el poder. El propio Rivera ha pedido “generosidad” a Casado para que apoye a Marín, si ese bloque “tiene un solo escaño más” que la izquierda.

Sin embargo, intuyen que esa circunstancia va a ser muy difícil que se dé, teniendo en cuenta que el crecimiento que experimenta Ciudadanos no parece ser a costa de los socialistas sino fundamentalmente de un PP “que no ilusiona” y que, en opinión de los dirigentes naranjas, “no ha sabido construir un proyecto para Andalucía alternativo al del PSOE”.

Culpan al PP del ascenso de Vox

En ese sentido, y de la misma manera que no se hacen responsables del ascenso de Vox, tampoco se dan por aludido por la fragmentación que pueda sufrir el voto de la derecha al considerar que su electorado son los “liberales” ubicados “en el centro derecha” e incluso también en “el centro izquierda”. De ahí -dicen- el temor del PP a Vox. “A nosotros no nos va a afectar”, afirman muy seguros.

La decisión que han tomado, por lo tanto, es hablar de la formación ultra lo menos posible, ni para bien ni para mal, ignorarla. En privado algunos dirigentes reconocen que lo que sí les preocupa es que esa tendencia al alza que reflejan todas las encuestas se materialice en otras autonomías y en las elecciones generales. “Si lograran algún escaño en el Congreso pues tendríamos que hablar con ellos sobre nuestras propuestas como con cualquier otro grupo”, afirmó con indiferencia José Manuel Villegas en una de sus últimas comparecencias.

Esa premeditada equidistancia también les ha llevado a no etiquetar a Vox como un partido “de extrema derecha” pese a reconocer que muchas de sus incendiarias propuestas coinciden con las de la ultraderecha europea, como el partido de Salvini en Italia, o el de Le Pen en Francia. Y en Ciudadanos presumen de estar en el bando de los liberales, en las antípodas de los “populistas” y de ese bloque de la extrema derecha que se está fraguando de cara a las elecciones europeas.

Lo único que aceptan es que comparten tanto con Vox como con el PP las mismas ideas sobre la unidad de España, la defensa de los símbolos, o en el enfoque sobre qué tendría que hacer el Gobierno en Catalunya contra los independentistas y los nacionalistas.

En lo demás, la cercanía con Vox, insisten, no les interesa. “Nosotros con Vox no coincidimos ni en la derogación del aborto; ni en lo de cerrar fronteras a la inmigración o construir muros; ni en que desaparezcan las autonomías; ni tampoco en ilegalizar a los partidos nacionalistas, porque nosotros solo pedimos que se eleve el listón electoral para que no logren una sobrerrepresentación en el Congreso  de los Diputados”, argumentan en el partido

De hecho, aceptaron  incómodos y resignados  que la fomación de Abascal se sumara al acto de Alsasua cuando hubieran preferido protagonizar en solitario la concentración de España Ciudadana en defensa de la Guardia Civil y de la Constitución, que acabó con un gran tensión. “No podemos evitar que otro partido decida parasitar un acto”, explicaban los dirigentes naranjas.

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