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Pío García Escudero impone en la Mesa del Senado un reparto de preguntas al Gobierno que favorece al PP

Pío García-Escudero recibe el aplauso de los senadores del PP tras ser elegido presidente de la Cámara Alta.

Irene Castro / Aitor Riveiro

El presidente del Senado, Pío García-Escudero, ha ignorado un acuerdo de la Junta de Portavoces de la Cámara y ha impuesto un reparto inédito de las preguntas que formulan los grupos durante la sesión de control al Gobierno. El principal beneficiado es su propio partido, el PP, que tendrá a partir de ahora nueve intervenciones, dos más de las que tenía hasta hoy. Esas dos preguntas se las arrebata al PSOE.

La mañana ha sido confusa en el Senado. A primera hora, todos los grupos daban por hecho que el PP usaría su mayoría en la Junta de Portavoces para imponer su primera opción: reducir de siete a cuatro las preguntas del PSOE y ganarlas para ellos. 

El PSOE había conseguido posponer este plan del PP para convertir las sesiones de control al Gobierno del Senado en un calvario para el Ejecutivo de Pedro Sánchez. La Junta de Portavoces había acordado solicitar un informe a los letrados, lo que posponía sine die la cuestión, después de una oferta de los socialista de última hora: aceptaban perder dos de sus preguntas parlamentarias, una para el PP y otra para el Grupo Mixto.

Esta opción, según fuentes socialistas, sería mucho más proporcional en relación con los resultados de las elecciones generales de 2016. Entonces, el PP logró un 35% de los votos, pero el sistema mayoritario del Senado, unido a los senadores designados por los parlamentos autonómicos, sobrerrepresentan a los conservadores.

El PP había aceptado durante la reunión de la Junta de Portavoces, que se ha prolongado más de una hora, pedir un informe a los letrados.

Pero minutos después, en una reunión ordinaria de la Mesa del Senado, el PP sacaba su rodillo a pasear. Fuentes socialistas aseguran que el presidente de la Cámara Alta, Pío García-Escudero, ha impuesto el nuevo reparto. Nueve preguntas para el PP, cinco para el PSOE y el resto, todo igual.

El reparto de la preguntas en las sesiones de control al Gobierno que se celebran en el Congreso y en el Senado obedece a un acuerdo tácito entre los partidos mayoritarios para que ambos puedan disfrutar de un número determinado de intervenciones independientemente de los vaivenes electorales. En el Senado, por ejemplo, hasta ahora ambos tenían siete, pese a que el PP detenta una amplia mayoría absoluta.

Pero la actual situación política ha llevado al partido de Pablo Casado a intentar exprimir su labor de oposición. Lo ha hecho en el Congreso, utilizando a la Mesa presidida por Ana Pastor en decisiones que los otros grupos han denunciado incluso ante el Tribunal Constitucional. Y quiere hacerlo ahora en el Senado.

El portavoz del Senado, Ánder Gil, ha asegurado a eldiario.es: “Es una cacicada impresentable: 20 minutos después de acordar estudiar la propuesta socialista, imponen en la Mesa que el PP tenga dos preguntas más a costa del PSOE. El PP en el Senado no cumple sus acuerdos y hace saltar los consensos democráticos que han regido desde hace 40 años. La huida hacia delante del PP está dañando gravemente la convivencia democrática en las instituciones”.

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