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Ciudadanos pone un supervisor a Edmundo Bal en el grupo parlamentario tras su derrota en las primarias

El portavoz parlamentario de Ciudadanos, Edmundo Bal, en una comparecencia en el Congreso de los Diputados junto a Guillermo Díaz

Carmen Moraga

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Ciudadanos intenta recobrar la normalidad después de las tensas primarias que ha vivido hace apenas unas semanas y que se saldaron con la victoria de la lista oficialista auspicia por Inés Arrimadas y la derrota de la que presentó Edmundo Bal. A partir de ese momento, el futuro de Bal como portavoz adjunto del grupo parlamentario quedó en manos de la nueva dirección de Ciudadanos que ahora lidera sobre el papel el eurodiputado Adrián Vázquez y la dirigente balear Patricia Guasp, aunque en la práctica sigue en manos de Inés Arrimadas, pese a que no está ya al frente del núcleo duro de la dirección.

Quince días después de que la formación finalizara su “refundación” en la VI Asamblea General extraordinaria, ambos dirigentes se han centrado en intentar calmar las aguas internas y en pacificar el partido, al menos hasta afrontar la doble cita con las urnas de las municipales y autonómicas del próximo mes de mayo, que van a ser cruciales para la formación.

El primer gesto que hicieron fue integrar a Bal y a todos los miembros de su candidatura en el Consejo General, máximo órgano del partido entre Asambleas, y también en el Comité de Garantías. Pero todas las miradas estaban puestas estos días en conocer el papel que le pensaban a asignar al abogado de Estado y si iban a dejarle continuar como número dos del grupo parlamentario, donde la mayoría de sus nueve diputados apoyaron su candidatura en las primarias. Solo el malagueño Guillermo Díaz se mantuvo fiel a la hasta entonces presidenta de Ciudadanos quien continuará ejerciendo como portavoz en el Congreso hasta que finalice la legislatura y sigue formando parte de la Ejecutiva Nacional como vocal.

La incógnita sobre el futuro de Bal fue desvelada este lunes por el nuevo secretario general, Adrián Vázquez. El partido ha decidido mantenerle “de momento” como portavoz adjunto en el Congreso, pero al mismo tiempo ha nombrado a Guillermo Díaz coordinador y enlace entre el grupo parlamentario y el Comité Permanente, que es el órgano que toma las decisiones políticas del día a día.

Es decir que Bal se verá sometido al tutelaje del malagueño, quien desde su nuevo cargo diluirá todo su poder. Vázquez ha justificado el nombramiento de Guillermo Díaz argumentando que es el único miembro de la Ejecutiva Permanente que tiene un puesto en la nueva dirección, en la que ejerce como viceportavoz nacional. Además, ha destacado que como coordinador entre ambos órganos tendrá ahora una tarea de “muchísima responsabilidad”. “Será la persona que traslade las decisiones de la Permanente al Congreso”, ha concretado el secretario general, que ha sido el encargado de realizar una ronda de contactos por separado con cada diputado estos días.

La manera salomónica de cerrar la crisis interna, por un lado evitando un choque en el grupo parlamentario, y por otro “premiando” a Díaz, propiciará por tanto que la estructura del grupo parlamentario que encabeza Arrimadas se mantenga intacta -y pacificada-, al menos hasta las elecciones de mayo. Y a la vez, es la solución más cómoda para la propia exlíder después de la fuerte tensión vivida entre ambos.

Temor a una “rebelión” dentro del grupo contra Arrimadas

Casi al mismo tiempo que Vázquez anunciaba la decisión de mantener a Bal en su cargo, este estaba interviniendo ya en la Diputación Permanente del Congreso, defendiendo la posición de Ciudadanos ante la retahíla de comparecencias de ministros del Gobierno solicitadas por varios grupos de la oposición, entre ellos el suyo.

Aunque Bal había dicho que asumía su derrota y agradecía la “generosidad” del secretario general de integrarle a él y a los suyos en el Consejo General, había cierto temor entre los nuevos dirigentes del partido a una posible 'rebelión' contra Arrimadas. El reglamento interno permite presentar una recusación contra la portavoz si se cuenta con mayoría de los votos de los diputados, como es el caso de Bal. No obstante, pocos eran los que pensaban que el derrotado en las primarias fuera a atreverse a dar ese arriesgado paso que habría significado reabrir de nuevo las heridas y la ruptura total del partido justo cuando intentan pasar página del enfrentamiento vivido.

“No creo ni deseo que haya tensiones en el grupo porque nosotros siempre hemos trabajado juntos en el Congreso como un pequeño ejército, como un gran equipo. Somos la envidia del resto de los grupos y espero que continuemos funcionando así ayudándonos los unos a los otros”, señaló un Bal muy conciliador en una entrevista concedida a RNE al día siguiente de la clausura de la Asamblea General.

Pese a esa buena voluntad manifestada en aquella entrevista, este mismo sábado Bal se desmarcaba de la decisión de Arrimadas y de Begoña Villacís de acudir a la manifestación contra Pedro Sánchez, celebrada en Cibeles, a la que asistió también la plana mayor de Vox y algunos cargos del PP de segundo nivel.

Después de dejar claro que él no iba a asistir, opinó que “el partido no debe estar allí” porque “somos el dique de contención contra los populismo de derechas y de izquierdas. Bal sigue manteniendo que Ciudadanos debe dar un giro estratégico y tener un espacio propio ”diferenciado del PP y mucho más de Vox“.

Algunos miembros de su candidatura mostraron también su rechazo a la presencia del tándem Arrimadas-Villacís en esa concentración. Como el senador autonómico de Murcia, Miguel Sánchez, quien se apresuró a afearles la decisión en su cuenta de Twitter. Además, recordaba que él ya no estará en el futuro del partido, tal y como anunció hace algunas semanas, antes siquiera de conocer la derrota de la candidatura crítica de Bal, en la que Sánchez se había integrado. “Yo no estaré ni el sábado en Cibeles, y me temo que ni en el futuro de Ciudadanos de la que él formó parte. Ya tengo el intermitente puesto. Que os vaya bonito en esta aventura. No es la mía”, lanzó.

El partido se enfrenta ahora a la designación de coordinadores autonómicos y unas nuevas primarias para la confección de las listas electorales, una tarea que según ha anunciado Guasp, estará culminada antes del 28 de febrero. Ciudadanos concurrirá a los comicios en 12 autonomías.

La crisis de las primarias por el liderazgo del partido ya ha dejado algún 'cadáver': La portavoz de Ciudadanos en la Comunitat Valenciana, Ruth Merino, que había sido elegida tras la marcha de Toni Cantó para liderar el grupo parlamentario, dimitió la semana pasada de su cargo reconociendo que se iba “decepcionada” con el proceso de refundación que ha abanderado Arrimadas, pero también criticando la alternativa que representaba de Edmundo Bal, considerando que “lo único que demuestra es un continuidad”, lo que le llevaba a pensar que “todo iba a seguir igual” en el partido.

En Cáceres, el coordinador de la junta directiva de Ciudadanos, Joaquín Valhondo, también presentaba su dimisión el pasado viernes y se daba de baja como afiliado del partido debido a los “acontecimientos acaecidos en los últimos tiempos en el partido tanto a nivel nacional, regional y local”. Y todo apunta a que habrá más deserciones.

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