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El primer debate a cinco de la democracia marcará el desarrollo de una campaña corta y con un 20% de indecisos

Imagen del debate organizado por RTVE el pasado mes de abril.

Aitor Riveiro

El 55,8% de los españoles vio los debates electorales previos a los comicios del pasado 28 de abril, según el CIS. Otro 23,1% no los vio, pero tuvo “referencias” de ellos. El ganador de aquellas confrontaciones, según el barómetro del instituto público, fue Pablo Iglesias. Y un 7% de quienes lo vieron, cambiaron su intención de voto. Este lunes se celebrará el único debate entre los principales candidatos en las elecciones del 10N, en un ambiente de gran indecisión en el electorado, con un 20% de los españoles que asegura todavía que no sabe a quién va a votar el próximo domingo. Y con un nuevo actor: Santiago Abascal.

En 1993 se celebró el primero de estos debates. Fue por partida doble y enfrentó a Felipe González y a José María Aznar. Fue un espejismo. En 1996 el líder del PP se negó a repetir la experiencia, quizá temeroso de que el secretario general del PSOE hiciera como tres años antes y le robara un puñado de votos en el último momento que le dejara, otra vez, con la miel en los labios.

Aznar ganó los comicios y el PP vetó los debates. No se celebraron en el 2000 ni en 2004. Solo regresaron con el triunfo del PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero ese año. Y, esta vez sí, para quedarse. Desde entonces, ninguna cita electoral se ha celebrado sin debates.

La irrupción de Podemos y Ciudadanos en 2015 modificó las reglas del juego. Además del clásico cara a cara entre los líderes de PSOE y PP, se estrenaron los debates a cuatro. Mariano Rajoy acudió al primero y protagonizó un duro intercambio con Pedro Sánchez. Pero mandó a Soraya Sáenz de Santamaría al segundo, a enfrentarse, además, con Pablo Iglesias y Albert Rivera. Una decisión que no debió convencer a los estrategas del PP, que en la repetición electoral de 2016 sí optaron porque fuera Rajoy quien defendiera su propia candidatura.

Este 4 de noviembre se añadirá un nuevo actor al debate que organiza la Academia de Televisión. A diferencia de lo ocurrido en abril, Vox sí tendrá un espacio para su líder. Hace seis meses, la Junta Electoral Central vetó la presencia de Santiago Abascal en el debate organizado por Atresmedia, para disgusto del PSOE, y RTVE no convocó a Vox, que no tenía representación parlamentaria estatal.

El partido de Pedro Sánchez amagó con no acudir a ninguno de los dos si no iba Vox. La estrategia electoral socialista pasaba por polarizar con los de Abascal. Finalmente, Sánchez perdió el debate del debate y tuvo que acudir a dos. Y además, consecutivos.

5 bloques; 5 minutos por candidato

En el PSOE no han querido repetir el error de abril. En esta campaña, reducida al ser una repetición, las opciones se han cerrado muy pronto. Solo habrá un debate de candidatos. Será en campo “neutral”, ya que lo organizará la Academia de Televisión. Y mucho más tasado que los de abril de RTVE y Atresmedia.

Los cinco candidatos se enfrentarán a cinco bloques temáticos (cohesión de España, política económica, política social e igualdad, calidad democrática y política internacional). Cada bloque tendrá una duración de 25 minutos, por lo que cada candidato tendrá apenas cinco minutos para exponer su posición inicial y, luego, debatir con el resto.

Ese motivo llevó a la Academia y a los partidos a negociar que no hubiera preguntas de los periodistas que van a conducir el debate, Ana Blanco y Vicente Vallés. Pero la presión de los medios que van a emitir la señal ha hecho que se rectifique y sí se admitan preguntas, aunque genéricas.

Además, habrá una intervención inicial y otra final que, por sorteo, han recaído en el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias. El secretario general de Podemos ya sorprendió en 2015 en un formato que domina: los debates televisivos. Aquel primer minuto de oro fue el broche a una campaña en la que el partido remontó las encuestas y se situó en tercera posición, con 69 diputados.

En abril de este año, Iglesias volvió a demostrar que el formato le viene muy bien. Y confían en Unidas Podemos en que esta vez ocurrirá lo mismo. Por eso creen que Sánchez ha limitado el formato tanto.

Pero no solo Iglesias confía en el debate como revulsivo. Desde Ciudadanos también achacan buena parte del resultado del 28A, cuando lograron 57 diputados, al buen hacer de Albert Rivera en los debates. De hecho, este 4 de noviembre es un día clave para su campaña. En Ciudadanos han puesto todas las esperanzas para la remontada en la actuación de este lunes.

En el PP también confían en que Pablo Casado demuestre sus dotes oratorias en el debate. De hecho, hubieran preferido que se celebrara más de uno, como también ha reclamado Unidas Podemos. Casado además ha criticado la fecha elegida por Sánchez, ya que será un día antes de conocerse los datos del paro de octubre.

Con todo, habrá una suerte de segunda vuelta el próximo jueves, 7 de noviembre. La Sexta ha organizado un debate con mujeres: María Jesús Montero (PSOE), Ana Pastor (PP), Inés Arrimadas (Ciudadanos), Irene Montero (Unidas Podemos) y Rocío Monasterio (Vox).

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