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Moncloa minimiza las tensiones en la coalición mientras Podemos le atribuye “cálculo electoral”

La ministra portavoz, Isabel Rodríguez, este martes durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.

Irene Castro / José Enrique Monrosi

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Un nuevo retraso en la aprobación de la ley de familias y la decisión del PSOE de seguir adelante con los cambios en la ley trans han llevado a Podemos a dar otro golpe en la mesa. Esta vez la formación de Ione Belarra, convencida de que los socialistas tratan de torpedear sus normas, acusa a Pedro Sánchez de pensar en términos electorales. En Moncloa tratan de minimizar la tensión y atribuirla al proceso “deliberativo” de la producción legislativa, al mismo tiempo que niegan una vez más que el presidente esté pensando en pulsar el botón de un adelanto electoral. 

La cohabitación de PSOE y Unidas Podemos en el primer Gobierno de coalición desde la restauración de la democracia ha sido complicada, pero nunca ha llegado la sangre al río, como sí ha sucedido con todos los bipartitos de la derecha a nivel autonómico. En los cerca de tres años de vida del Gobierno, la comisión de seguimiento del acuerdo se ha convocado tan solo en un puñado de ocasiones para abordar conflictos como la ley del 'solo sí es sí', nada más echar a andar, o la reforma laboral. 

Ni siquiera ahora, con las discrepancias en algunas de las normas bandera del Ejecutivo, como la derogación de la ley 'mordaza', la ley trans o la de vivienda, ninguna de las partes plantea la convocatoria de ese organismo previsto para solventar los conflictos políticos. “No veo necesario convocar ningún encuentro adicional puesto que el Gobierno de coalición está permanentemente en contacto”, expresó la portavoz, Isabel Rodríguez, tras la reunión del Consejo de Ministros. 

Rodríguez se esforzó por quitar hierro a las divergencias en la coalición. “La acción de este Gobierno se puede valorar por los debates en tanto y cuanto concluyen estos, como hoy es el caso con la ley de trata, o por los debates previos a la acción de este Gobierno. Los españoles lo que valoran es el final de cada acuerdo de este Gobierno y, por tanto, la acción definitiva del Gobierno”, agregó la portavoz, que puso como ejemplos la reducción de la inflación o la aprobación de los Presupuestos. “Las diferencias son absolutamente normales en un Gobierno de coalición (…). No me quedo con el ruido, me quedo con los derechos y los avances”, dijo horas después el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, en una entrevista en la Cadena SER en la que definió “el ruido” como “pura hojarasca”.

A pesar del llamamiento a la calma, ambas partes emiten claros síntomas de desgaste, y a los encontronazos habituales en las denominadas políticas de Estado o a la actuación policial en Melilla se han sumado en las últimas horas el choque en la reforma de pensiones y, sobre todo, por leyes impulsadas por Podemos. 

En el Ministerio de Derechos Sociales encuentran incomprensible que Moncloa haya dilatado la aprobación de la ley de familias. El argumento que esgrimen en el ala socialista es que la norma no se incluyó en el orden del día del Consejo de Ministros en la última reunión de los secretarios de Estado y subsecretarios porque había “observaciones” de otros ministerios, según fuentes socialistas. 

Eso, sumado a la pretensión del PSOE de introducir cambios en la ley trans, lleva a Podemos a pensar que hay “demasiadas señales” que conducen a pensar que los socialistas están “bloqueando” las normas que salen de los departamentos en manos del partido de Belarra, aunque el titular de Presidencia, Félix Bolaños, que es el encargado de organizar la actividad gubernamental aseguró que las leyes “no son del PSOE ni de Unidas Podemos sino del Gobierno” en una entrevista en la que volvió a usar la baza del peso de los socialistas dentro de la coalición.

Podemos teme elecciones anticipadas

“No queremos pensar que el PSOE esté haciendo cualquier tipo de cálculo político o electoral, pero las señales preocupantes se van acumulando”, advirtió el portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, a quien replicó su homólogo socialista: “No busquemos fantasmas donde no los hay”. “Si estuviéramos haciendo cálculos políticos, lo mejor sería que todas las leyes salieran adelante ya”, agregó Patxi López. 

Sin embargo, en la dirección de Podemos hay quien no oculta su inquietud con los distintos escenarios que pueda estar manejando el presidente para 2023. “El PSOE no ha tensionado nunca la coalición así”, reflexiona un dirigente del partido. Uno de esos escenarios que contemplan los de Belarra es el de que Pedro Sánchez fuerce un final precipitado de la legislatura para convocar elecciones en cuanto las encuestas le den un respiro. Una tesis de la que reniega tajantemente el PSOE pero que estaría sustentada en el temor a unas malas perspectivas económicas junto a unos malos pronósticos para las autonómicas y municipales de mayo, siempre según el análisis de Podemos. 

En la búsqueda de explicaciones sobre lo que consideran una obstaculización premeditada de normas que tengan que ver con ministerios de Podemos, como la de familias o la ley trans, los de Belarra trabajan con una segunda hipótesis y se llegan a plantear que por la cabeza del presidente pueda pasar agotar la legislatura pero sin sus ministras. Es decir, que se lleve a cabo la salida del Ejecutivo de Irene Montero e Ione Belarra, ambas dirigentes del partido y voces especialmente críticas con el PSOE. Sobre la posibilidad de que sea Podemos quien decida abandonar el Consejo de Ministros por el bloqueo de algunas de sus leyes emblema, aseguran: “La coalición es una conquista de Podemos, nuestra gente no lo entendería”. 

Los recelos de la formación fundada por Pablo Iglesias se alimentan, además, de dos circunstancias más. Por un lado, que la interlocución directa del partido con la Moncloa es prácticamente inexistente. Por otro, la desconfianza manifiesta hacia quien sí ejerce esa interlocución, es decir, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, a la que acusan de tener posiciones blandas en las dinámicas internas del Gobierno respecto al PSOE, especialmente en asuntos que no sean de su ministerio. “El PSOE aprovecha esa debilidad”, critica un dirigente de Podemos, que señala: “En asuntos relacionados con Consumo, Igualdad o Derechos Sociales no hace presión interna”.

Desde el equipo de Yolanda Díaz niegan esas acusaciones y recuerdan que la vicepresidenta no solo ha defendido de manera insistente la ley trans en los mismos términos que el Ministerio de Igualdad, sino que consiguió el desbloqueo de la misma en el seno del Ejecutivo intermediando directamente ante Pedro Sánchez. Algo parecido a lo que, aseguran, ocurrió con la ley de familias.

En Moncloa la respuesta es rotunda y cierran absolutamente la puerta a un adelanto electoral, aunque en las filas socialistas comienza a haber hartazgo por la presión que el socio minoritario ejerce a través de los medios de comunicación porque consideran que le va a pasar factura a las fuerzas progresistas. En el equipo del presidente desmontan las tesis de su socio sobre el final de la legislatura y sostienen que hay un tirón de los alcaldes y presidentes socialistas que permitirá al PSOE ser la primera fuerza en las municipales de 2023. Tradicionalmente, el partido que gana esos comicios se impone después en las generales. 

Además, Sánchez tiene la confianza en que la situación económica se irá aliviando y en que Alberto Núñez Feijóo llegará desgastado a las urnas. “En esos términos seguiremos trabajando en los próximos meses porque aún queda para las próximas generales”, apuntó la portavoz tras enumerar algunos de los logros de la coalición en las últimas semanas, entre ellos sacar adelante los Presupuestos en el Congreso con una holgada mayoría. 

En el ala socialista del Gobierno ven con preocupación la pelea dentro del espacio confederal, pero en lo que coinciden todos los dirigentes consultados en los últimos meses es en rechazar la posibilidad de una ruptura en la coalición antes de las elecciones. “Fuera del Gobierno hace mucho frío”, sostienen fuentes socialistas sobre la posibilidad de que Podemos acabe fuera del Ejecutivo. “Es importante que el espacio político a la izquierda tenga un proyecto político que sea único”, reconoció Bolaños este martes.

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