Iglesias y Polaino: abuelos, amigos y adversarios que se salvaron la vida mutuamente en la Guerra Civil
La historia no es nueva. Ni única. Pero es extraordinaria en cuanto que dibuja la tragedia de la Guerra Civil española: amigos y familiares combatiendo en bandos enfrentados que, cuando se cruzan en el campo de batalla, ponen por delante el corazón que el color del uniforme. ¿Quién no tiene algún antepasado que ha contado una historia parecida?
El profesor de Derecho de la Universidad de Sevilla Miguel Polaino-Orts escribe en el último número de Entorno Literario la historia de su abuelo, Lorenzo Polaino, y la del abuelo de Pablo Iglesias, Manuel Iglesias, el preso que leía Mío Cid. Polaino e Iglesias fueron amigos, tuvieron vidas paralelas –ambos licenciados en Derecho, colaboradores en prensa, amantes de la literatura–, pero cayeron en bandos enfrentados: Iglesias, militaba en el PSOE; Polaino, era del bando franquista.
Polaino-Orts recupera la documentación y relación epistolar de los dos personajes Y amigos para retratar una época. “Me ha emocionado leer este texto de Miguel Polaino-Orts, nieto de quien fue el mejor amigo de mi abuelo; uno de los hombres que, pensando distinto, le salvó la vida, como mi abuelo había hecho por él antes”, ha comentado Pablo Iglesias en su Facebook: “¿Quien dijo que la memoria es una revancha? La memoria es la mayor dignidad de un país y la mejor garantía de un futuro más justo”.
“Después de los estudios, dutante la guerra, se encontraron en la provincia de Jaén, en marzo de 1938”, explica el artículo. Entonces, Polaino es secretario judicial; e Iglesias, presidente del Tribunal Permanente del IX cuerpo del Ejército, termina siendo detenido. Y pide ayuda a Polaino.
“Tu marido me protegió contra denuncias falsas”, escribe Polaino a Lolita Peláez, esposa de Iglesias, en abril de 1939, “muy especialmente en cuatro ocasiones en que fueron agentes del Servicio de Información Militar a detenerme”.
La mediación de Polaino –quien le llevaba libros a la cárcel– y otros como él, logró que la pena de muerte contra Iglesias se terminara conmutando por una pena de 30 años; que luego se fue reduciendo hasta que Iglesias sale de la cárcel en diciembre de 1943.
Iglesias logró entrar a trabajar en el ministerio de Trabajo, comienza a publicar libros propios y ajenos: “Uno de sus modos de subsistencia es, según le cuenta a su amigo Lorenzo Polaino, la redacción de tesis doctorales –'he hecho seis, todas aprobadas y algunas muy bien calificadas'–”.
Menuel Iglesias y Lorenzo Polaino fallecieron en 1986: habían pasado 50 años desde el comienzo de la Guerra Civil en la que ambos se habían salvado la vida mutuamente.
El diputado andaluz del PSOE a quien da las gracias Pablo Iglesias, José Juan Díaz, es quien le hizo llegar la publicación, realizada por una editorial por él conocida, al líder de Podemos.