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El PSOE confía en aumentar su poder territorial mientras aspira a minimizar la dependencia de Podemos

- El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez (i) y el candidato del PSOE en la Comunidad de Madrid, Ángel Gabilondo, durante el acto de cierre de campaña socialista este viernes en Madrid

Irene Castro

El PSOE arrancó la segunda campaña en menos de un mes con el espaldarazo del 28A, que le situó en la primera posición con holgura respecto al resto de partidos. “Respiramos aliviados”, “se nos puso una sonrisa en la cara” ha repetido Pedro Sánchez en los mítines. El presidente en funciones ha recorrido todas las comunidades, pese a que comenzó la campaña tres días más tarde por el fallecimiento de Alfredo Pérez Rubalcaba, a quien ha citado en todos los actos y cuya despedida sirvió a la dirección del PSOE para mostrar en plena campaña a un partido que se une en los momentos difíciles. “Aquí está el PSOE de siempre, aquí está su PSOE”, expresó Guillermo Fernández Vara, que tenía previsto cerrar con el exvicepresidente en Extremadura este viernes.

Sánchez es consciente de que tiene el viento a su favor. Moncloa se encargó de dejarlo claro nada más pasar las generales y en la antesala del arranque de la campaña del 26M: convocó a Pablo Casado, Albert Rivera y Pablo Iglesias para escenificar “el juego de roles”, que pasa por una competición muy fuerte en la derecha, aunque con el PP aún en cabeza por mucho que Ciudadanos le pise los talones, y Unidas Podemos, como socio preferente del PSOE. Ahora bien, el Gobierno en coalición que le reclama quedará en buena parte circunscrito a lo que suceda este domingo. Los socialistas esperan minimizar su dependencia de Unidas Podemos para lograr su aspiración de gobernar en solitario.

Sánchez rehuye a los independentistas

El PSOE ha tratado, no obstante, de aparcar las negociaciones de la investidura hasta que pase el 26M. Uno de los propósitos ha sido, de hecho, alejar la atención de la necesidad de los independentistas -de quienes, en principio, necesitarán al menos la abstención-. Con ese único propósito, Ferraz llegó a reclamar la abstención de PP y Ciudadanos. La relación con Catalunya es siempre un motivo de tensión en las filas socialistas, que aprovecharon el veto a Miquel Iceta para la presidencia del Senado como argumento de campaña y han zanjado cualquier especulación con la suspensión de los diputados presos apenas 48 horas antes de que se abran las urnas en toda España. El Gobierno también ha dado por hecho este viernes que Sánchez no dependerá de los independentistas en la investidura

El gran reto del PSOE esta campaña ha girado en torno a mantener el nivel de movilización de la izquierda en estos comicios tras la victoria del 28A. “No nos relajemos -ha insistido Sánchez-. Las urnas aún están vacías”. “Tenemos que llenarlas de votos con la misma ilusión, la misma fuerza y el mismo futuro. No podemos dejar la faena a medias”, ha expresado Sánchez en el cierre de campaña. El temor es que el electorado se confíe ante la victoria de las generales y se quede en casa mientras la derecha –esta vez representada por PP, Ciudadanos y Vox– siempre acude en masa, como recuerdan los dirigentes socialistas.

Y es que la victoria generalizada en las generales puso en alerta al PSOE en determinados lugares al analizar de forma pormenorizada los resultados. Las alarmas se activaron en Aragón, donde Javier Lambán puede perder el poder. Las tres derechas también sumaron más que la izquierda, aunque el PSOE quedó en primera posición, en Murcia o La Rioja, por ejemplo. Los socialistas aseguran, no obstante, que los resultados del pasado mes no se pueden extrapolar de manera directa porque hay distintas claves que afectan al voto. 

Madrid, la clave del éxito de Sánchez

El verdadero éxito de Sánchez en esta ocasión será un Gobierno de Ángel Gabilondo en la Comunidad de Madrid, donde hace cuatro años se quedó a un escaño de la Puerta del Sol. El líder del PSOE se ha volcado en la región, donde ha protagonizado tres mítines y otros tantos paseos por barrios humildes de la capital –un formato que en Ferraz creen que les resulta muy rentable–. También Pepu Hernández es una apuesta personal del líder socialista, aunque en el PSOE asumen que no tiene ninguna posibilidad de ser alcalde. “El cambio puede llegar -ha expresado Sánchez al zanjar la campaña refiriéndose a Manuela Carmena-, pero el cambio hay que saber gobernarlo y solo sabe gobernarlo el PSOE y Pepu Hernández al frente”.

“Presidente, presidente”, le han gritado a Gabilondo varias veces los cerca de 3.000 asistentes al acto de fin de campaña. El PSOE ve opciones esta vez de conquistar la Puerta del Sol por primera vez en 24 años, aunque fuentes socialistas reconocen que las sumas de la izquierda y de la derecha están muy ajustadas. Sánchez ha dicho, no obstante, que habrá gente conservadora que esta vez vote al PSOE: “Hay gente que dice: No hay derecho a estas tres derechas que sufrimos en España y en la Comunidad de Madrid”.

“Como en la Comunidad de Madrid contemos con un Gobierno que reme en sentido contrario no vamos a tener el avance contundente”, ha dicho Sánchez en su último mitin. El presidente en funciones reclama ayuntamientos y comunidades socialistas para armonizar las medidas que quiere impulsar desde el Gobierno: “Pido un voto coherente con el avance, la justicia social, la convivencia y la limpieza”. “En la Comunidad de Madrid hay que hablar de limpieza. Tenemos la oportunidad y la responsabilidad de acabar con más de 30 años de corrupción”, ha exclamado. “Merece la pena ese sueño”, ha acabado Sánchez sobre la posibilidad de ser “recibido” en Madrid por un alcalde socialista y en la comunidad por el presidente Gabilondo. 

La aspiración del PSOE es mantener, además, el poder que ya lograron en 2015 –un objetivo que ven factible en Castilla-La Mancha y Extremadura con diversas combinaciones porque dan por hecho una mayoría muy holgada de Fernández Vara y Emiliano García-Page– e incluso ampliarlo en algunos municipios y comunidades, como Castilla y León, donde creen incluso que lograrían gobernar con Ciudadanos para echar del Gobierno al PP tras 32 años ininterrumpidos. A pesar del veto de Albert Rivera al PSOE, algunos barones socialistas confían en recibir su apoyo. 

El futuro del Gobierno de España se dilucidará a partir del 26M y de esos comicios dependerá en buena medida. Los socialistas han dejado claro que esas elecciones determinarán la correlación de fuerzas: “Muchas de las formaciones que a nivel nacional tienen una cierta relevancia en el ámbito municipal no lo van a tener y, a nivel autonómico, pues sí podrán tener más presencia, pero creo que ni siquiera va a ser la que tuvieron en otro momento”, expresó el secretario de Organización, José Luis Ábalos, en una entrevista en eldiario.es. A partir del lunes, Sánchez e Iglesias se sentarán a abordar la formación de Gobierno. El líder de Unidas Podemos dice que es de “sentido común” que él sea ministro y el PSOE, aunque ha abierto la puerta a que suceda, deja al presidente en funciones la última palabra. 

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