La recuperación colectiva de los solares
Cuando un aparejador y una ingeniera de caminos regresaron a su Huesca natal después de acabar su carreras vieron que en el casco viejo de la ciudad se reproducían los solares vacíos. La crisis había paralizado la construcción de varios proyectos, públicos y privados, y los espacios se iban convirtiendo en lugares en los que almacenar basura con el consiguiente desánimo de los vecinos que veían cómo el barrio se iba degradando. La pareja se juntó con dos colegas arquitectos y nació Re-Gen Huesca, una empresa para impulsar la recuperación de estos solares con un proceso participativo y colaborativo que uniera a vecinos, ayuntamiento y comercios y empresas de la zona.
Tres años después de su puesta el marcha, el proyecto ha logrado regenerar cuatros solares para el uso común de la ciudadanía y tras un proceso de evaluación permanece a la espera para impulsar los ya existentes y recuperar los que aún permanecen cerrados. “Cuando vimos la problemática que había con los solares del centro nos pusimos a trabajar en un proyecto para poder presentárselo al Ayuntamiento”, explica Ignacio Melero, integrante de Re-Gen Huesca, junto a Marta Mercadal, Nora Arias y Borja Fermoselle.
Emplearon cinco meses en tener lista la propuesta. No solo contabilizaron y examinaron los solares vacíos -22- sino que trabajaron de forma exhaustiva en el qué, cómo y con quién se debían recuperar esos solares. “Teníamos claro dónde queríamos empezar y acabar”, señala el aparejador. Cuando se reunieron con el Ayuntamiento, entonces gobernado por el PP, las sensaciones fueron buenas y una semana después tenían su visto bueno para comenzar a trabajar.
Plan de intervención
Lo primero que hicieron fue elaborar un plan de intervención en el que analizaban todos los aspectos técnicos de los solares. De forma paralela, comenzaron a trabajar con los vecinos y colectivos sociales en un proceso participativo en el que los habitantes debían contar cuáles eran las necesidades del barrio y las propuestas que debían dar respuesta a esas necesidades.
Con toda la información técnica y de las reuniones vecinales, Re-Gen elaboró un plan de intervención y adjudicación de usos con el que en un futuro el proyecto fuera capaz de caminar solo en caso de que sus impulsores no estuvieran ya en él.
Mientras tanto, el Ayuntamiento comenzó a hablar con los propietarios de los solares y empezó a firmar contratos de cesión de uso por cinco años con el propio Consistorio. La condición para terminar el contrato antes de ese tiempo debía ser la existencia de un proyecto real de construcción en el solar vacío. Si no era así, el acuerdo continuaba, a cambio de una rebaja del IBI.
Con toda la información, el Gobierno municipal decidió que el primer solar a regenerar fuera el de la calle Desengaño, 38. Las condiciones de los impulsores eran que debía tener un coste mínimo y que la participación ciudadana estuviera garantizada en todos los aspectos: desde el diseño, la construcción, el uso y el mantenimiento. Y así fue.
Reuniones y construcción participativa
El diseño se decidió entre los vecinos que se interesaron por el proceso, que nunca bajaban de los 50 en cada una de las sesiones participativas. La construcción se iba haciendo los fines de semana -cuando acudían unas 20 personas- en grupos organizados: uno se ocupaba del café, otro de la madera, otro de la pintura y otro de las paredes. Los materiales procedían de donaciones de empresas y comercios de la zona que a cambio de aparecer en los agradecimientos colaboraron de forma desinteresada en el proyecto. Y las herramientas pertenecían al servicio de mantenimiento del Ayuntamiento que las cedía los fines de semana, cuando los trabajadores municipales -quienes también colaboraron en la regeneración- no las usaban.
Tras un año de trabajo participativo y colaborativo inauguraron el primer solar, dedicado a juegos tradicionales, a zona de esparcimiento, como lectura al aire libre, y zona para niños. “Se creó una Comisión gestora de los solares en la que está el Ayuntamiento y más de 20 entidades sociales y a través de un mail común se da cuenta de lo que haya que arreglar o de la organización del calendario de actividades”, explica Melero. Dos años después de su apertura los vecinos han hecho suyo el espacio para el desarrollo de multitud de iniciativas.
Tres solares más, uno dedicado a la cultura, otro a la historia y otro al intercambio se han ido regenerando y poniendo en marcha a continuación. Hace un año, se inauguró el cuarto, Re-Gen decidió parar y hacer una evaluación de cómo había ido hasta ahora para mejorar o impulsar distintos aspectos en los futuros solares. Concluyeron que el diseño y la construcción habían funcionado muy bien en cuanto a participación pero en alguno de los solares el mantenimiento había que mejorarlo y dar un empujó al desarrollo en él de actividades.
“Lo bueno de este tiempo es que hay colectivos que se han conocido a raíz de trabajar juntos en las construcción de los espacios y luego han continuado haciendo cosas”, explica Melero. Los vecinos también se han apropiado de los espacios y cuenta por ejemplo que cuando en el espacio de Desengaño robaron los palés que formaban las gradas los vecinos apenas tardaron unos días en organizarse y reconstruir de nuevo la estructura. Tras el cambio de gobierno municipal- ahora gobierna el PSOE- el proyecto permanece a la espera de continuar reviviendo espacios para la ciudadanía.
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