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Sánchez pide cumplir la Constitución de “pe a pa” y Unidas Podemos la tacha de “traje viejo”

Pedro Sánchez y Meritxell Batet en el acto de la Constitución.

Irene Castro / Iñigo Aduriz

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Loas a la Constitución y cruce de reproches con la Carta Magna como protagonista. Un año más Pedro Sánchez ha apelado a la necesidad de cumplir el texto constitucional, esta vez “de pe a pa”, aunque no ha introducido ningún mensaje sobre su necesaria reforma tras asumir que la polarización y la fragmentación lo hacen imposible. Enfrente, Pablo Casado, que era el destinatario del recado del presidente por el bloqueo del Poder Judicial, ha acusado al Gobierno de “revisionismo suicida” del texto aprobado hoy hace 43 años.

El jefe de la oposición se refería a los aliados de Sánchez –no ha perdido la ocasión de hablar de la “homologación del brazo político de ETA” como socio del Ejecutivo– mientras Unidas Podemos ha hablado de “traje viejo” y ha dejado clara su apuesta por un referéndum por la república.

“Hoy es un buen dia para reivindicar y recordar todo lo bueno que nos trajo la Constitución tras un tiempo infame”, ha dicho Pedro Sánchez a su llegada al Congreso: “Nos trajo derechos y libertades donde había entonces una dictadura, nos trajo concordia donde antes había odio y tiranía, nos trajo nuestra pertenencia a la UE donde antes habia ostracismo y un aislamiento por parte del país”, ha agregado. El presidente del Gobierno ha aprovechado para “reivindicar el hacer” de los “miles” de padres y madres que lucharon por la Constitución democrática. “Las generaciones que ahora cogemos el testigo tenemos que cuidar nuestra Constitución y eso significa cumplir de pe a pa todos los artículos”, ha acabado Sánchez su intervención sin preguntas de los periodistas en la que no ha mencionado nada en concreto, aunque la presión del Gobierno es sobre el PP para renovar el Poder Judicial tras tres años caducado.

Sin embargo, en una conversación posterior con los periodistas, el presidente ha admitido la complejidad de acometer la actualización del órgano de gobierno de los jueces, a pesar de que se haya conseguido para otras instituciones, como el Defensor del Pueblo o el Tribunal Constitucional. “Dos no bailan si uno no quiere”, ha dicho en referencia a Casado.

Apenas unos minutos antes era Casado el que hablaba desde el mismo micrófono para reivindicar la Carta Magna desde un prisma completamente diferente: “La Constitución no es el problema, es la solución a todos los problemas que tiene España”. Para el líder del PP, en los últimos meses se han producido ataques “graves” contra la misma como los indultos a los presos del procés o la “homologación del brazo político de ETA, de Bildu, homologados como socios prioritarios del Gobierno”. Pero, una vez más, el líder del PP ha visto empañado su discurso por la guerra interna de su partido, que ha monopolizado la mayoría de corrillos entre políticos y periodistas. La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, no ha perdido la ocasión de insistir en la batalla por el control de la organización regional en sus declaraciones públicas.

Unidas Podemos ha estado representado por sus ministros –a excepción de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, que al igual que Nadia Calviño se encuentra en Bruselas, y del titular de Universidades, Manuel Castells– y de los miembros de la dirección del grupo confederal, Jaume Asens y Gerardo Pisarello, que han planteado “volver a escuchar a los españoles” ante “varios retos democráticos” como el cambio del sistema electoral, la federalización del Estado, la pluralidad de la lengua, el blindaje de los derechos sociales, la reversión de la última reforma del PP y PSOE del artículo 135 o la elección de un modelo republicano o monárquico. También han atacado a Casado por el bloqueo del órgano de gobierno de los jueces.

Pero la Constitución ha sido poco protagonista más allá de esas declaraciones en una celebración absolutamente descafeinada que de nuevo se ha celebrado en el exterior y sin el tradicional cóctel con motivo de la pandemia. El principal tema de conversación en los corrillos de periodistas y políticos giraba en torno a la crisis del PP. La espita la abría la propia Ayuso al pedir ante las cámaras que los hipotéticos adelantos electorales en Andalucía y Castilla y León no afecte al calendario del congreso regional, que ella quiere que se celebre cuanto antes mientras Génova lo dilata.

No era el mejor día para Pablo Casado después de que una encuesta en El Mundo refleje una caída en sus expectativas electorales. “Espero que sigamos siendo capaces de pelear por esa posición tan importante para que cuando lleguen las elecciones estemos preparados”, ha advertido la presidenta madrileña. El líder del PP ha asegurado que la mayoría de sondeos sitúan al PP en cabeza con un margen de 20 escaños sobre el PSOE. “El cambio ya es imparable”, ha asegurado.

El otro tema que se ha colado en las conversaciones ha sido el sistema de financiación autonómica después de que el viernes el Ministerio de Hacienda hiciera llegar a las comunidades su propuesta para la población ajustada, es decir, los términos poblacionales a tener en cuenta a la hora de repartir el dinero. Ningún presidente –de los ocho que han acudido– se ha mostrado 100% contento con el modelo. No obstante, los socialistas han sido más benévolos. “Suena bien, al menos tiene base”, reconocía el extremeño, Guillermo Fernández Vara, sobre el esfuerzo de María Jesús Montero por enviar un modelo repleto de datos. “Hay que añadir alguna cosa, pero bien”, ha dicho a los periodistas la riojana Concha Andreu. “Me gusta que mete la insularidad”, ha señalado el canario Ángel Víctor Torres a falta de estudiarlo en profundidad.

Pero el escepticismo era total en el caso de los presidentes del PP, a los que no han gustado “ni el documento ni las formas”, a pesar de que Montero lleva meses diciendo que les enviaría una propuesta que serviría como base para la negociación posterior. “Este Gobierno no se va a atrever a aprobar un sistema de financiación que no sea el que quiera ERC”, ha comentado el murciano Fernando López Miras. Y Ayuso ha aprovechado para barrer para casa: “La vida no es fácil en Madrid. Se pagan muchísimos impuestos. La economía en Madrid va mejor pero no quisiera que nos dejasen atrás”.

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