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ASMR: Por qué un vídeo con 15 horas de ruiditos tiene millones de visitas

AMSR, el fenómeno del ruido agradable

Felipe G. Gil

Internet siempre ha sido un lugar para explorar nuestras filias. Todavía hay quién se sorprende de lo peculiar de ciertos gustos, pero si hay personas que participan en concursos para imitar el sonido de las vacas, que realizan retratos de músicos famosos usando cinta de cassette o que coleccionan pelusas durante más de 30 años, quizás deberíamos asumir que cualquier rareza o gusto peculiar es capaz de afiliar a un grupo de personas a través de Internet.

El ASMR ('Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma') no es precisamente una filia poco conocida. Desde 2010 (según Knowyourmeme, la enciclopedia de los memes) el término se ha estado utilizando para definir un extraño hormigueo o sensación inexplicable de agradable escalofrío que se produce ante determinados estímulos relacionados con los cinco sentidos, pero especialmente los sonoros o visuales.

Como ejemplo vale este vídeo con 15 millones de visitas donde uno de estos youtubers se pasa 10 horas sin hablar pero experimentando con diferentes sonidos de objetos que tiene a mano:

Hay más de 11 millones de vídeos publicados en youtube que usan como parte del título la palabra ASMR. Algunas de las personas que suben vídeos sobre la temática se han convertido en youtubers profesionales e invierten miles de euros en adquirir microfonía profesional que permita capturar mejor determinados sonidos. Aunque pueda resultar extraño que haya tantos vídeos cuyo único objetivo sea escuchar susurros, páginas de una revista pasando o cepillos de dientes siendo frotados contra una superficie rugosa, lo cierto es que no puede considerarse esta práctica como algo minoritario.

“Es como una pequeña explosión y luego sientes como burbujitas y un hormigueo por toda tu cabeza y espalda. Dependiendo de la intensidad del hormigueo a veces puede extenderse a otras partes del cuerpo. Si llega hasta las piernas entonces es que ha sido excitante”, declaraba en 2012 a VICE la que hoy es una de las youtubers más conocidas del ASMR, Maria 'Gentle Whispering ASMR'.

Como es normal y con este tipo de definiciones tan etéreas, el ASMR cuenta con detractores. Desde Youtubers que se preguntan cómo es posible que alguien pueda encontrar placer en escuchar “los desagradables sonidos que hace otra persona comiendo” hasta personas que trabajan en psicología o neurociencia que a pesar reconocer que el fenómeno deba ser estudiado, se muestra muy escépticas con los fundamentos científicos del mismo.

La popularización de una práctica no debe ser considerada justificación suficiente para considerarla fundamentada objetivamente, sin embargo, mientras la ciencia se encarga de desvelar qué les puede suceder a las personas que han experimentado el ASMR, lo que sí podemos es intentar plasmar cuestiones culturales que explican el fenómeno y que nos pueden hacer entender por qué se ha vuelto memético (a finales de 2016 ASMR era un término más buscado en Google que Chocolate):

1. El amateurismo

Aprender algo nunca fue tan fácil en la historia de la humanidad. Internet y la cultura digital no solo han dado rienda suelta a todo tipo de filias, sino que han construido un ecosistema donde iniciarse en algo genera un compromiso no explícito para continuar con la cadena de intercambio de conocimiento. Por eso abundan los tutoriales y por eso quizás todos los vídeos de ASMR desprenden la sensación de que cualquiera puede llevarlos a cabo. De hecho, algunos de los Youtubers más conocidos han producidos vídeos donde explican qué es el fenómeno y cómo documentar apropiadamente el sonido y la imagen.

2. El deseo de pertenencia a una comunidad

Detrás de muchas de las filias que pueden considerarse peculiares a priori lo que hay es el deseo de un grupo de personas de sindicarse, de sentir que forman parte de un grupo disperso geográficamente con el que comparten algo muy especial que solamente estas personas podrán entender. Más allá de lo cuestionable de la práctica en sí, el ASMR es prácticado por muchas personas que han sufrido ansiedad o desarreglos del sueño (tal y como indica este artículo de The Guardian: “ASMR and 'head orgasms': what's the science behind it?). Quizás los vídeos son el síntoma de su necesidad de desahogarse y compartir sus experiencias con otras personas que hayan pasado por lo mismo.

3. La hiperdocumentación y la teatralización de la propia realidad

La mayoría de los Youtubers más conocidos que se dedican a producir contenidos ASMR cuentan con equipos profesionales de grabación de vídeo, pero espacialmente de sonido. Algunos de estos equipos se utilizan en producciones cinematográficas semiprofesionales y profesionales, precisamente para enfatizar determinadas emociones en ciertas escenas a través de la captación exagerada de los sonidos.

Vivimos una época donde la construcción de la identidad parece conllevar obligatoriamente la narración de la propia vida a través de documentos audiovisuales (Instagram stories sería un ejemplo). Salvo aquellas personas que construyen un avatar anónimo y lo alimenta, uno de los efectos evidentes es la construcción de un personaje que nos representa como personas. En muchos casos hay poca distancia entre persona y personaje, Por todo esto los vídeos de ASMR son un fenómeno interesante y a buen seguro generarán un debate encarnizado entre detractores y fans. Lo que es seguro es que representan una sociedad que se hiperdocumenta y que busca nuevas formas de materializar el placer compartido a través de los dispositivos que usa para comunicarse y para consumir nuevas experiencias que los conecten con otras personas. Lo que al fin y al cabo implica combatir la soledad.

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