En algún lugar hay algo que necesitas leer.
“He visto más drogas en Yale que en cualquier barrio negro de EEUU y nadie va a la cárcel por ello”
Tres de cada diez personas negras no pueden votar en ciertas regiones de Estados Unidos por tener antecedentes por drogas. El dato se desveló en el programa de Conan O'Brien en la cadena norteamericana TBS, donde el humorista entrevistó al activista Van Jones sobre los “arrestos y detenciones abusivas” contra negros por delitos de posesión de estupefacientes.
Jones es conocido por su lucha por los derechos de la comunidad afroamericana en Estados Unidos, y logró notoriedad por su reflexión sobre la llegada de Donald Trump a la presidencia en la CNN en una intervención que se hizo viral. En la entrevista, abanderó esta denuncia y destacó el número “desproporcional” de arrestos de negros en Estados Unidos por delitos de tenencia de drogas.
Más allá de las posibles sanciones económicas o penas privativas de libertad que puede conllevar un delito de este tipo, tener antecedentes penales en Estados Unidos puede tener consecuencias de por vida. En el largo plazo puede suponer la denegación del derecho a voto.
“Si ser afroamericano significa no ser inhabilitado para votar como consecuencia de arrestos o sentencias desproporcionadas por drogas sería un triunfo aplastante”, llega a decir Van Jones, fundador de la ONG Color of Change.
Uno de los momentos más destacados de la tertulia se produjo cuando el activista explicó su experiencia como estudiante de Derecho en la Universidad de Yale, una de las más prestigiosas de Estados Unidos.
“Pasé mis veinte años en un lugar apestado de drogas y repleto de crimen y desigualdad: la Universidad de Yale. Allí vi fabricar más drogas, e incluso en más variedad y formatos, que en cualquier comunidad negra”, recalcó.
Al final de su intervención, instó a la sociedad norteamericana a preocuparse por la encarcelación desproporcionada de afroamericanos por tenencia de drogas. Delitos, que según denuncia Jones, muchas veces llegan a reconocer -incluso sin haberlos cometido- para evitar penas mayores de cárcel.
“A fin de cuentas, si no defendemos la democracia para todos, no hay democracia para nadie”, concluyó.