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Zapatero: “Otras generaciones pensarán de la nuestra: '¿Cómo fue posible esa discriminación?'”

Piedad Sancristóval

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Era imaginable que José Luis Rodríguez Zapatero disfrutase viendo dos documentales que repasan la lucha por los derechos civiles. Así ha sido, y los recomienda vivamente. Ambos están disponibles en Netflix, el más reciente es Estados Unidos, la lucha por la libertad, de seis episodios y presentado por Will Smith. El otro, obra de la cineasta y activista afroamericana Ava DuVernay, titulado Enmienda XIII, de 2016. “Son dos documentales excelentes sobre la historia de la libertad y la igualdad y sus grandes dificultades en la primera potencia del mundo. Por tanto, tiene que ver mucho con todos nosotros. Además tienen una factura fantástica. Hay que felicitar a Netflix”, destaca como introducción el expresidente del gobierno, cuyas declaraciones pueden verse también al completo al final de este artículo.

Ambas piezas comienzan con el que puede ser el pecado original del país norteamericano: “Es clarísimo que el nacimiento de los Estados Unidos tiene mucho que ver con la esclavitud y con un racismo que ha estado y está latente. Lo estamos viendo todavía este año, estas semanas, estos días, ayer mismo. El movimiento 'Black lives matter' ha cobrado una fuerza extraordinaria en los últimos tiempos en defensa de la libertad, en contra del abuso policial, igual que el movimiento 'Me too', que está vivo, en contra del machismo, del abuso hacia las mujeres. Eso pasa en la primera democracia del mundo, lo cual nos dice que no podemos sentirnos orgullosos de la historia, incluso del país que más éxito ha tenido en los tres últimos siglos y que la lucha por los derechos es una lucha constante, continua. La injusticia es lo que ha caracterizado la historia en el trato a muchas minorías, por ser mujer, por el color de su piel, por venir de otro país, por su orientación sexual. O el siglo XXI es el siglo de la igualdad plena y real o habremos fracasado después de tantas lecciones como nos ha dado la historia”.

Zapatero apunta al conocimiento que todos tenemos al menos aproximado de la historia de Estados Unidos por su influyente cultura, aún así, señala: “Cuando hemos visto estos dos documentales, nos hemos dado cuenta de todas las cosas que aún desconocíamos. Por ejemplo, me ha llamado mucho la atención la importancia que tuvo en Estados Unidos esa película, El nacimiento de una nación, que fue una especie de revancha de la pérdida de la Guerra Civil por el sur, por los esclavistas y cómo produjo un giro”. 

“En España tenemos una laguna muy profunda sobre la historia reciente. La memoria es decisiva”

Surge la cuestión del relato en España, de nuestro conocimiento de la historia reciente, sobre lo que subraya: “De ahí la importancia del conocimiento, de la cultura, y en España tenemos una evidente laguna, una laguna muy profunda sobre cómo fue la historia desde finales del siglo XIX, el siglo XX, y por supuesto, buena parte de lo que llevamos del siglo XXI. Es fundamental revisarla, reconocerla. Es verdad que en nuestro país ha estado teñido por un debate sobre que, 'la memoria no importa'. La memoria es decisiva. La historia nos enseña, explica, justifica, y debemos enfrentarnos a lo mejor y a lo peor de nuestro pasado y hay que animar a que este país avanzado culturalmente, con vitalidad civil, con una lucha muy intensa por los derechos recupere parte de lo que es nuestra memoria”. 

Pone un ejemplo que le ha impactado: “Hace pocos días visitaba la exposición del ochenta aniversario de la muerte del presidente de la Segunda República, Manuel Azaña, y al final de la exposición se reproducía un periódico de la Cuba española de 1830 y venían los anuncios de venta de esclavos, de esclavas. Anuncios terribles, lacerantes. Eso pasó en Cuba, nuestro país, entonces lo era, y creo que es extraordinariamente importante conocerlo y revisarlo. Debo decir que no he podido entender cómo fue posible en la historia de la humanidad la esclavitud, cómo se pudo tener a seres humanos concebidos como bienes materiales a los que les negó todos los derechos, se les golpeaba, se les impedía leer, escribir, votar, ser libres, casarse… Es inconcebible desde nuestros parámetros culturales y debemos conocer y comprender toda esa dimensión. Estoy convencido de que hoy, cosas que pasan, que todavía vivimos como sociedad, cómo tratamos a personas y a seres humanos, dentro de algún tiempo, otras generaciones pensarán: '¿Cómo fue posible que se cometiera esa injusticia, esa discriminación?' Hay una reflexión que aparece en estos documentales en más de una ocasión, referida en este caso a los afroamericanos que me ha impactado, que me ha llegado a las entrañas que es: 'Fueron a África, nos secuestraron, nos trajeron a esta tierra, a su tierra, y no nos dieron derechos como personas'. Es una reflexión que ciertamente nos abre toda una serie de exigencias morales. Siempre he pensado que la vida tiene sentido si hay una aportación a esa lucha en contra esa discriminación y por esos dos valores incuestionables que son la justicia y la libertad”.

“El conocimiento es la fuerza motora más poderosa para superar las injusticias”

Ambos documentales siguen una línea histórica en la que la lucha por la conquista de derechos va acompañada por la resistencia de los que David Trueba denominaba recientemente 'nostálgicos del abuso'. En palabras del político socialista: “Hay una fuerza histórica siempre en favor de la igualdad y de la libertad y una fuerza contra la libertad y la igualdad de aquellos que han poseído privilegios, que piensan que poseen privilegios o que por una ideología, una religión, sostienen el supremacismo, la superioridad, la discriminación, la inferioridad de otras personas. Ese conflicto ha marcado en gran medida toda la historia desde la Revolución Francesa, está presente y no tengo ninguna duda de que es la fuerza decisiva para los cambios que en el futuro vamos a tener y que esa fuerza decisiva viene siempre de la sociedad, de la cultura, de la reflexión. En el documental sobre la decimocuarta enmienda hay un momento muy importante para mí y es que ese gran luchador en contra del esclavismo que fue Frederick Douglass empieza su historia porque desobedece y aprende a leer. Aprende a leer. Y a partir de ahí se convierte en un gran líder en contra de la esclavitud. Es quizás profundizar en la educación, en la cultura, en el conocimiento, la fuerza motora más poderosa para superar discriminaciones e injusticias, por eso celebro y animo a que este producto tan útil contemporáneamente como son los grandes documentales de las grandes plataformas cobre más fuerza y nos ilumine”.

En determinado momento, los hechos analizados en los documentales se unen a la política implantada por el expresidente durante sus mandatos, así lo ha visto él: “En el documental Estados Unidos: la lucha por la libertad, el capítulo dedicado al matrimonio igualitario es quizás de los más emotivos, especialmente la historia del proceso judicial que da lugar a la famosa sentencia del Tribunal Supremo americano, redactada maravillosamente por el juez Kennedy, siempre hay un Kennedy importante en la historia de los Estados Unidos, porque es la historia de una pareja de hombres que lucha por sus derechos. Uno de ellos cae con una gravísima enfermedad de la que va a morir y necesitan regularizar su situación y al final consiguen que el Tribunal Supremo declare en todo el país el derecho al matrimonio igualitario. ¿Qué me impulsó a mí a adoptarlo? Un conocimiento profundo y un sentimiento de rebeldía. Todos conocíamos personas homosexuales, gays, lesbianas, todos conocíamos la injusticia que habían sufrido, la discriminación, la marginación, la humillación sin ninguna razón. Solo por un imperativo moral caduco que negaba su libertad y que les negaba la posibilidad de amar. ¿Cómo puede haber algún mal en el amor, en el matrimonio? Que es un compromiso que, como dice la sentencia del Tribunal Supremo, va más allá de la muerte. ¿Cómo se puede negar a personas por su orientación sexual ese derecho a ser libre, a vivir felizmente? Es un sentimiento que tenía muy muy dentro de mí y que siempre pensé que podría lograr, como ha logrado, un amplio consenso”. 

“Lo brillante del documental es señalar que hay un continuo, una aspiración por la justicia”

Zapatero aclara como se pasa de la esclavitud al matrimonio igualitario en uno de los reportajes: “Me interesa resaltar que por eso es brillante el documental de Netflix sobre la XIV enmienda, porque hay un hilo conductor que une toda la lucha en favor de las libertades y contra la discriminación, porque estamos hablando de los esclavos y de la segregación de los afroamericanos, de la igualdad entre hombres y mujeres, del matrimonio igualitario y porque hablamos, y esa es una de las grandes nuevas conquistas y nueva frontera que la humanidad tendrá que plantearse de los derechos de los inmigrantes y del trato a los inmigrantes. Hay todo un continuo, en el fondo es la aspiración por la justicia de hombres y mujeres libres con la condición que tengan, con la aspiración que defiendan. Y por eso me parece que tiene tanta importancia esa perspectiva general y sí, sin duda, el matrimonio igualitario es una de las grandes conquistas. Esa conquista abrirá nuevas conquistas, igual que la lucha en su momento contra la esclavitud abrió nuevas conquistas, igual que la extraordinaria batalla en favor de la igualdad entre hombres y mujeres, que es la discriminación mayor de la historia, nos abrirá nuevas conquistas y caminaremos hacia sociedades menos injustas, más perfectas, más libres donde todos y cada uno de nosotros, hombres y mujeres, seremos mejores y más libres. Esta es la grandeza de la lucha por los derechos civiles, por la consideración de las personas, por la dignidad de los seres humanos. Es una conquista reciente en la historia, pero llevamos tanto retraso, ha habido tantas mujeres cuyas vidas se han apagado pronto, ha habido tantos homosexuales que han sido maltratados, ha habido tantos afroamericanos, o inmigrantes que han sido despreciados, humillados, que merece la pena que en este siglo XXI, que es el de la gran tecnología, el de la revolución tecnológica, no olvidemos que cuando haya que optar entre la inteligencia artificial y la igualdad entre seres humanos, y la solidaridad, optemos por la igualdad”. 

Ambos documentales destacan la labor de los activistas, Zapatero, desde la política orgánica analiza su labor: “Sin duda alguna, si las corrientes organizadas de asociaciones feministas, de asociaciones en defensa de los LGTB, no hubieran existido no estaríamos hablando hoy de conquistas que han acabado en las leyes, y por tanto, en la realidad. La política ha de ser intérprete, representante de las aspiraciones sociales pero debo decir que mi experiencia en mi etapa de gobierno fue en gran medida movida por la promesa que tenía conmigo mismo, la principal, de extender y ampliar los derechos civiles, sociales, los valores de la igualdad y la libertad. Esas conquistas se producen cuando hay una gran convicción desde la política. Uno, al repasar los documentales ve los momentos históricos, cuando ha habido decisiones políticas forzadas que no acaban produciendo una transformación social y cuando ha habido decisiones políticas desde la profunda convicción de legisladores o de jueces que acaban produciendo esa transformación. Por tanto, se trata de ganar la convicción, de imponer la razón que la moral de la igualdad supone en la convivencia entre seres humanos y desde luego estar siempre muy cerca de esos movimientos sociales. ¿Mi experiencia que me dice? Que cuando hay movimientos sociales reclamando derechos, normalmente tienen razón”. 

“Me hubiera gustado terminar con la prostitución, abolirla”

Preguntado por las batallas más importantes de la actualidad, Zapatero señala sus prioridades: “Hay tres, de distinta naturaleza, pero en donde pondría las nuevas aspiraciones de las conquistas sociales para perfeccionar nuestra sociedad. Primero es abolir la prostitución. En algún momento he expresado que si respondo a esa pregunta que nos hacen a los expresidentes '¿Qué le hubiera gustado hacer que no hizo?' Terminar con la prostitución, abolirla. Es una convicción profunda que tengo, creo que las próximas generaciones se preguntarán cómo fue posible que existiera la prostitución, que la contempláramos como algo normal. Me parece una forma absolutamente indignante de explotación, contraria a cualquier sociedad civilizada y avanzada. En segundo lugar, un tratamiento distinto de la inmigración. Me producía y me produce desgarro el término de persona ilegal, inmigrante ilegal, irregular. Me produce desgarro y tengo el convencimiento de que antes o después, las sociedades democráticas avanzadas construirán un nuevo modelo, un nuevo concepto donde los derechos de las personas que tienen que dejar su país porque no tienen futuro tengan un tratamiento distinto, más acorde con la Declaración de los Derechos Humanos, más acorde con lo que significa vivir en una sociedad civil, en una sociedad de justicia. Y en tercer lugar, tenemos un reto por delante que, en este tiempo de crisis de salud, de pandemia, también es importante, es el reto de los cuidados a las personas solas. Quizá sea una nueva dimensión que tendremos que afrontar como prioritaria y que sin duda alguna va a ocupar buena parte de la conversación pública y de las nuevas aspiraciones en favor de derechos y en favor de la dignidad de los seres humanos”. 

El expresidente del Gobierno termina recalcando la importancia de los nuevos productos audiovisuales: “Creo que una buena parte del apetito cultural, del apetito por el conocimiento, por el arte, lo cubren hoy las series y muy especialmente los documentales que me parece que marcan un antes y un después de toda la industria y seguramente pueden marcar un antes y un después de toda la comunicación social con impacto en la política y por tanto en nuestras vidas”. 

Vídeo completo de la entrevista:

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