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El confinamiento cambia el arraigado rito musulmán del entierro

Vista del cementerio de Sidi Embarek, con más de 90.000 metros cuadrados, el partido Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía (MDyC), ya ha advertido de la necesaria ampliación del cementerio musulmán que sólo tendría hueco para atender a los enterramientos durante los próximos cinco meses. El Gobierno ceutí ha afirmado a Efe que hay previsto un proyecto de ampliación del cementerio de Sidi Embarek, el cual está ya redactado pero cuya licitación se ha tenido que paralizar por la pandemia. Se trata de un proyecto que, sólo en su primera fase, incluye la construcción de 530 tumbas con un presupuesto de 734.000 euros, a lo que se sumarán otro medio millar de tumbas hasta 1.200 nichos en total. ..

EFE

Ceuta —

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La tradición islámica marca que la persona que fallece debe ser enterrada -nunca incinerada- conforme a unos preceptos que comparten los musulmanes. Una de ellas y muy característica es la multitud de personas detrás del féretro, algo con lo que ya ha podido el coronavirus.

En Ceuta este rito se vive con frecuencia ya que no sólo unas 35.000 personas de las 85.000 oficialmente censadas son de religión musulmana sino que, además, la autonomía posee uno de los cementerios musulmanes en uso más antiguos de España, conociéndose su existencia ya en el siglo XVIII.

El cementerio de Sidi Embarek, con más de 90.000 metros cuadrados, tuvo su origen vinculado al morabito del mismo nombre, donde se enterraban los musulmanes devotos, siguiendo la tradición.

El paso de los años ha motivado que los restos de miles de musulmanes descansen en este camposanto, los últimos de ellos el pasado día 6 de abril cuando la joven Samra, de 27 años, se convertía en la primera víctima de religión musulmana que fallecía en Ceuta.

Su familia, que estaba confinada en su domicilio al haber estado en contacto con la joven, no pudo acudir al entierro así como los cientos de personas que hubieran acompañado al féretro al ser una persona muy querida en su barriada, según han dicho a Efe fuentes del entorno familiar.

El ejemplo de Samra es uno de tantos de los que se están produciendo con motivo del estado de alarma y que han cambiado las tradiciones tan arraigadas de una sociedad como la musulmana que tiene sus propias costumbres con los fallecimientos.

COSTUMBRES FUNERARIAS

Las familias islámicas generalmente son muy unidas y esto se traduce en que muchos asisten al funeral para mostrar su apoyo, presentar sus respetos y lamentar la pérdida de un ser querido, destacando que conforme a las tradiciones islámicas, el funeral y el entierro suceden lo más pronto posible para liberar el alma del cuerpo.

De hecho, el ataúd suele salir desde la casa del fallecido hasta el cementerio portado a hombros por familiares o amigos y seguido multitudinariamente por una hilera de personas que van rezando hasta el lugar donde se despide.

Los difuntos, que permanecían en los domicilios particulares hasta su traslado al cementerio, son bañados por los miembros adultos de la familia -hombres por hombres y mujeres por mujeres- y luego son envueltos ceremonialmente en una tela blanca, según ha explicado a Efe Reduan Mohamed, miembro de la comunidad musulmana de la ciudad.

La familia y los amigos suelen llevar comida para evitar que tengan que ocuparse de estos detalles, y el cuerpo es preparado por los propios familiares que abren las puertas de su vivienda para atender ese día a las decenas de personas que manifiestan su pesar por la muerte.

Ahora todo ha cambiado: el cuerpo queda custodiado por los responsables de la funeraria hasta darle sepultura, el mismo lo preparan en uno de los lugares del cementerio musulmán, el féretro se traslada hasta el sitio de enterramiento por los encargados de la funeraria y a la despedida sólo acuden tres personas, guardando las distancias.

AMPLIACIÓN

Y mientras todo esto ocurre, el partido Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía (MDyC), que tiene una diputada en la Asamblea ceutí, ya ha advertido de la necesaria ampliación del cementerio musulmán que sólo tendría hueco para atender a los enterramientos durante los próximos cinco meses.

El Gobierno ceutí ha afirmado a Efe que hay previsto un proyecto de ampliación del cementerio de Sidi Embarek, el cual está ya redactado pero cuya licitación se ha tenido que paralizar por la pandemia.

Se trata de un proyecto que, sólo en su primera fase, contempla la construcción de 530 tumbas con un presupuesto de 734.000 euros y que también otros más de medio millar de tumbas hasta 1.200 nichos en total.

El MDyC ha pedido una licitación de obra con carácter urgente de forma que, cuanto antes, pueda ponerse en marcha la necesaria ampliación dada la situación excepcional, “puesto que no se trata de un tema que pueda estar a la espera de los plazos ordinarios”, ha dicho a Efe la portavoz del partido, Fátima Hamed.

La dirigente del MDyC entiende que a pesar de la situación de crisis sanitaria “es posible atender otras cuestiones, como ésta, absolutamente necesarias para evitar posteriores complicaciones”.

CREMACIÓN

La cremación es una de las palabras que no entran en los preceptos de religión islámica ya que es un término que se rechaza ampliamente debido a la creencia islámica sobre la resurrección del cuerpo físico.

Las tumbas musulmanas sólo cuentan con una lápida plana con escritura árabe y en el servicio en el cementerio se lee la primera Sura del Corán, seguido de las oraciones de los presentes.

El estado de alarma por el coronavirus se está llevando por delante muchas tradiciones, algunas tan antiguas como la del entierro islámico que, hoy en día, no ha tenido más remedio que adaptarse a las circunstancias.

Rafael Peña

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