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Las mujeres católicas 'toman' las catedrales de media España para exigir el fin de la Iglesia patriarcal

Movilización de la Revuelta de Mujeres en la Iglesia de Madrid, en la Parroquia de San Carlos Barromeo, en Madrid.

Jesús Bastante

en religiondigital.com —

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“Somos creyentes, feministas y luchadoras”. Así se definen las mujeres que participan en la 'Revuelta de Mujeres en la Iglesia', un movimiento que surgió en línea con el #MeToo y que busca que “la igualdad, la justicia y el cuidado de la casa común se hagan costumbre”. Y es que las mujeres, más de la mitad de los católicos del mundo, están hartas de una Iglesia patriarcal donde su papel, pese a los intentos por parte del Papa Francisco de abrir ventanas a la igualdad, sigue siendo el de servidoras, y no el de dirigentes. “Reconocemos los pasos que se están dando (como el nombramiento de una mujer con voz y voto en los sínodos, o la puerta abierta para que las mujeres entren al altar), pero son claramente insuficientes”, afirman desde la coordinadora.

“El 7 de marzo, a las 12 de la mañana volveremos a visibilizarnos y plantear nuestras propuestas y reivindicaciones en las puertas de las catedrales en numerosas ciudades del Estado para realizar un acto reivindicativo de memoria y esperanza, con los protocolos sanitarios requeridos”, señala la teóloga Pepa Torres, una de las responsables de la iniciativa, que este domingo ha organizado una decena de concentraciones ante los principales templos de Barcelona, Granada, Madrid, Bilbao, Gran Canaria, Santiago de Compostela y Valencia, entre otras. En todos los casos, se cumplirán estrictamente las medidas de prevención dictadas por las autoridades sanitarias en el contexto de crisis pandémica. 

En Madrid la cita estaba prevista junto a la catedral de La Almudena, pero la decisión de la delegación de Gobierno de prohibir las concentraciones por el 8-M ha obligado a trasladar el evento a la 'parroquia roja' de San Carlos Borromeo, en Entrevías, desde donde estas mujeres lanzaron su manifiesto en el que reivindican que “las mujeres constituimos la mitad de la iglesia y nuestra representación en los lugares de tomas de decisiones es prácticamente inexistente”.

“Este año nos movilizamos nuevamente para denunciar la profunda discriminación que vivimos las mujeres en la iglesia y decir ”¡Basta ya!. Porque si las mujeres callamos gritarán las piedras“, sostienen, en una referencia el Evangelio de Lucas, uno de los muchos textos silenciados en los que Jesucristo reivindica la plena igualdad de todos los seres humanos, y que la estructura eclesiástica ha ido orillando a lo largo de la historia para perpetuar el poder del hombre y el sometimiento de la mujer.

Mujeres lesbianas, trans y bisexuales, invisibles

Las mujeres católicas ya no están dispuestas a transigir. “Trabajamos y seguiremos haciéndolo por una iglesia sinodal que reconozca la plena ministerialidad de las mujeres”, explican. Por ello “exigimos cambios estructurales profundos desde la perspectiva de las mujeres, en sintonía con el Evangelio y la práctica de Jesús en reconocer dignidades y anteponer la vida a preceptos y legalidades excluyentes”.

¿Qué significa esto? “Que queremos tener voz y voto en las estructuras eclesiales; decidir, celebrar y predicar en una Iglesia igualitaria”, recalca Pepa Torres, que aclara que la 'revuelta' no sólo pretende cambios para las mujeres.

“Queremos repensar la moral sexual desde la misericordia y la ternura. Queremos una iglesia que reconozca e incluya a las mujeres lesbianas, trans y bisexuales dentro de la iglesia y reconozca la diversidad de familias. Queremos poner fin a la explotación y la violencia hacia las mujeres dentro y fuera de la Iglesia, y queremos que se reconozca y valore la teología feminista como motor de cambio”, se lee en el manifiesto que será leído en todas las concentraciones.

Para Silvia Martínez Cano, presidenta de la Asociación de Teólogas Españolas, “las mujeres, como parte fundamental de las iglesias cristianas (en algunas somos más que fundamental, es decir una mayoría del 80%), soñamos con una Iglesia rica en equidad. No hablo de igualdad, sino de equidad”, lo que implica “el cambio de un modelo eclesial piramidal y jerárquico a un modelo circular y asambleario”.

“El primer nivel de cambios eclesiales, que sería el reconocimiento de la igualdad de hombres y mujeres no se ha producido todavía. Ni siquiera hemos llegado a los mínimos”, lamenta.

No están solas. Más allá de nuestro país, la Revuelta de Mujeres en la Iglesia trabaja en coordinación con Catholic Women Council (CWC) un grupo global creado a finales de 2019 en Stuttgart y que agrupa redes católicas romanas unidas en su lucha por el pleno reconocimiento de la dignidad y la igualdad en la Iglesia.

2022: año clave para el cambio

Este acto tiene la mirada puesta en un encuentro de mayor envergadura: el Sínodo convocado por el papa Francisco para el otoño de 2022. La próxima Asamblea General ordinaria del Sínodo de los Obispos tendrá el propósito, en efecto, de asegurar una mayor implicación de toda la Iglesia en la celebración y preparación del evento, según informó a primeros de febrero la Oficina de Prensa de la Santa Sede. 

De momento, sin embargo, no pierden la perspectiva. La cita más importante e inmediata en la agenda de estas mujeres es el 7 de marzo, fecha en que están llamadas, según Alba Martorell, de Alcem la veu, a “celebrar todo aquello que ya somos en la Iglesia y a seguir reivindicando todos aquellos caminos que todavía no podemos recorrer”.  

“Queremos recuperar la memoria transgresora de Jesús en el Evangelio y recordar al papa Francisco la necesidad apremiante de cambios estructurales urgentes en la Iglesia, desde la perspectiva de las mujeres y hasta que la igualdad se haga costumbre”, concluye Pepa Torres.

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