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Noches tropicales en otoño: el calor extraordinario se perpetúa en España

CalorOtoño

Raúl Rejón / Victòria Oliveres

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No parece asfixiante, pero el calor que acumula España en lo que va de otoño hace saltar los registros. Los termómetros más allá de los 30ºC de estos días llevan al año desbocado hacia convertirse en el más cálido medido en España.

“Son temperaturas más propias de comienzos de septiembre”, explica el portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología, Rubén del Campo. La cuestión es que, en lo que va de octubre, las temperaturas máximas en amplias zonas de España han llegado a estar algunos días cinco o incluso diez grados más altas que su promedio 1980-2010.

La anomalía de las temperaturas está siendo muy grande. En 49 de las 51 provincias españolas (sin contar Ourense, para la que no se dispone de datos), la media de las máximas registradas por la Aemet desde septiembre rebasa la media histórica. En lo que va de octubre, 31 de ellas superan ese umbral por tres grados y en ocho se va a más de cinco grados de diferencia entre la realidad de lo medido y el promedio histórico.



De hecho, durante la madrugada del 18 de octubre muchas provincias han soportado noches tropicales, donde el termómetro no ha bajado de 20 grados: Cádiz, sur de Sevilla, Almería, casi toda la costa de Levante, las Baleares, pero también en Cáceres y Badajoz y la franja litoral de Euskadi y Cantabria. No se trata de puntos aislados de calor concentrado, sino amplias áreas del territorio peninsular.

Más allá de la anécdota de poder pasear en manga corta o las imágenes de las playas llenas de bañistas, estos datos ilustran cómo el calentamiento global está mostrando su cara más concreta este 2022. Tras rebasar un verano de olas de calor encadenadas y un mes de septiembre cálido, el año está siendo el más cálido desde que comenzaron las mediciones sistemáticas en 1961.

La temperatura media general en nueve meses (de enero a septiembre) ha superado los 16,2ºC. Solo en años muy recientes –2017 y 2020– se ha llegado a cotas parecidas. Las noches tropicales en pleno otoño y el calor de octubre han puesto un nuevo peldaño en esa escalera de ascenso continuado. “Salvo algunos periodos breves frescos, registramos temperaturas casi estivales desde principios de mayo”, ha recordado la Agencia este martes.

Sí, es el cambio climático

Las altas temperaturas, fuera del rango esperable, están sólidamente ligadas a la alteración del clima. El científico experto en atribución de fenómenos climáticos Nikos Christidis ha afirmado que “el cambio climático ya ha influido en la probabilidad de que haya días con calor extremo”. Su estudio se refería al Reino Unido, pero los datos para España siguen el mismo camino.

La Aemet subraya que “la evaluación de la temperatura anual en España revela una clara tendencia desde 1971 a las temperaturas más altas tanto en los valores promedio como en máximas y mínimas”. Es una línea “consistente”, añade, con la realidad que muestra “que los años más cálidos se hayan registrado en su mayoría en el siglo XXI”.

Pero ¿por qué? La NASA utiliza esta explicación: “La atmósfera contiene ahora más moléculas de gases de efecto invernadero, de manera que más energía rebotada por la superficie de la Tierra termina siendo retenida [por la atmósfera] y, como parte de esa energía extra de la atmósfera recalentada se irradia hacia la superficie del planeta, las temperaturas en esa superficie se incrementan”.

El invernadero que han creado las emisiones humanas de dióxido de carbono o metano a base de quemar combustibles fósiles recalienta las zonas que habitamos. Los gases atrapan el calor y, “como respuesta, las temperaturas en la superficie de la Tierra suben”, en palabras de la agencia estadounidense de protección del medio ambiente. En el extremo de esa cadena se sitúan el verano extra cálido de 2022 o su prórroga térmica de este otoño con los mercurios más allá de los 30ºC en octubre.

No es solo que haga calor

A partir de ahí, se multiplican los problemas. Este mes, la organización World Weather Attribution, una unión de científicos que investigan la relación entre la crisis climática y los fenómenos atmosféricos concretos, concluyó que “las altas temperaturas exacerbadas por el cambio climático han hecho que las sequías del hemisferio norte en 2022 sean más probables”.

Su investigación concluía que “el fuerte incremento de las temperaturas es la principal causa de las sequías”. En España, aproximadamente el 35% del territorio de la península ibérica soporta actualmente sequía prolongada por falta de lluvia, según el Ministerio de Transición Ecológica. Eso, unido a la demanda intensiva y continuada de agua, ha hecho que en el 60% del país se viva con algún grado de escasez. Las reservas hídricas han tocado el mínimo del siglo.

Por otro lado, la entrada de viento del sur con aire cálido –que es una de las causas de la subida de temperaturas– ha elevado mucho la amenaza de incendios forestales. Cuando sopla ese viento sur, es temporada invernal de fuegos en la fachada norte de la península. Para estos días, todavía de otoño, el mapa de peligros muestra amplias zonas (como Castilla-La Mancha, Aragón, Castilla y León, La Rioja, Navarra, Euskadi, Cantabria y Asturias) del color rojo que avisa del riesgo extremo de incendio.

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