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Una trampa para eliminar depredadores en un coto de caza atrapa a un lince del plan de recuperación de la especie

La lince Llera, atrapada en un lazo.

Raúl Rejón

Una trampa puesta en un coto de caza para eliminar depredadores atrapó este lunes a un lince del programa de recuperación de la especie, según cuentan fuentes forestales a eldiario.es. El ejemplar, una hembra soltada en marzo en Ciudad Real, se llama Llera y cayó en la trampa de una finca en Albacete. El animal no ha sufrido lesiones graves y los responsables del proyecto lo han devuelto al campo tras pasar unas horas en un centro de atención a la fauna. La Consejería de Agricultura ha dicho a este medio que se está “averiguando qué ha pasado”.

El lazo estaba legalizado, cuentas las mismas fuentes, al amparo de la orden de la Junta de Castilla-La Mancha que dice que “la caza regulada de depredadores cinegéticos generalistas es una práctica que (...) podría contribuir a la recuperación de determinadas poblaciones de especies de caza menor”. Es decir, trampas para suprimir variedades que cacen conejos o perdices: piezas codiciadas por los usuarios de cotos. El guarda de la finca dio aviso del incidente para que acudiera la policía medioambiental castellanomanchenga. Horas después también se acercaron agentes del Seprona de la Guardia Civil.

2014: año nefasto

El programa de recuperación del lince ibérico (Lynx pardinus) es un plan multimillonario que lleva acumulados más de 72 millones de euros. El último Life-Lince, que se extiende hasta 2016, cuenta con un presupuesto de 34 millones. El 61% proviene de Europa. En Castilla-La Mancha se desarrolla otro programa paralelo llamado Priormancha para impulsar las especies propias del bosque mediterráneo que obtiene otros 3,6 millones. Pero, al mismo tiempo, el Gobierno de María Dolores de Cospedal tiene aprobada una resolución para identificar las “zonas de presencia estable y reproductora del lince ibérico” donde se permite autorizaciones para “el control de depredadores mediante uso de lazos”. Una de esas técnicas de caza es la que atrapó a Llera.

2014 fue un curso nefasto para el lince. Murieron por causas no naturales 28 ejemplares (un 8% de la población mundial). Cada felino que pereció costó 243.000 euros del esfuerzo por su recuperación. Cinco de ellos eran ejemplares que provenían de los 24 soltados por el programa Life el año pasado. Las causas de las muertes fueron los atropellos, el envenenamiento, los lazos y hasta el disparo de un cazador.

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