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Wert promete dejar la política tras su paso por el Ministerio

El ministro José Ignacio Wert en el desayuno informativo de Europa Press.

Natalia Chientaroli

Los pitidos que acompañan al ministro de Educación prácticamente a cualquier acto público no se reprodujeron en el desayuno informativo que ofreció esta mañana en el hotel Villamagna pero, según él mismo reconoce, comienzan a hacer mella. José Ignacio Wert ha asegurado en ese foro y frente a periodistas, personalidades y miembros del Gobierno (el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón y la titular de Empleo, Fátima Báñez), que dejará la política cuando acabe su cometido como ministro.

“Sería un imbécil si dijera que me causan satisfacción”, ha dicho sobre las protestas, para inmediatamente escudarse en una cita de Santiago Ramón y Cajal: “Si no tienes enemigos es que jamás dijiste la verdad”, a la que Wert sumó un “o hiciste algo que valiera la pena”. Se refería así a las reformas que impulsa su cartera en contra de la opinión casi unánime de la comunidad educativa y del rechazo social, que lo convierten en el miembro del Gobierno peor valorado, con un 1,7 de nota, la peor de la democracia.

“Sabía que la reforma educativa encontraría muchas resistencias”, ha reconocido Wert, que aceptó el reto, según sus palabras, “por un mal cálculo de mis fuerzas o un exagerado cálculo de mis capacidades”. Se mostró consciente del desgaste de su figura y habló de su paso por el Ministerio como una especie de servicio a la patria: “Como no tengo ninguna ambición política ni voy a seguir después de este empeño…”

Wert se refirió, a requerimiento de los periodistas, a algunas de sus afirmaciones más polémicas, como la de “españolizar” a los alumnos catalanes. “Fue una construcción retórica de la que me arrepiento, pero no de lo que quería decir. Me refería a dar a los estudiantes las armas para sentirse tan orgullosos de ser españoles como de ser catalanes”, ha explicado. Y ha defendido los cambios que plantea la nueva ley: “No es cierto que la LOMCE ataque la inmersión lingüística. Sólo se limita a plasmar la doctrina del Constitucional de garantizar su derecho a aquellos padres que quieran una educación con el castellano como lengua vehicular”.

¿Soberbia intelectual?

Ante la mención de críticas vertidas incluso dentro de su partido, Wert sacó pecho al afirmar que se ha sentido “específicamente apoyado” en el Consejo de Ministros. “¿Soberbia intelectual? Es posible. Si la gente lo piensa será porque es así”, ha atajado con una sonrisa. “No soy el mejor juez de mis defectos”.

Respecto de la 'subida de categoría' de Religión, que con la nueva ley pasará a contar para el promedio y la concesión de becas, Wert ha defendido que se trata de un acuerdo con la Santa Sede “que no ha sido denunciado por el PSOE en todos sus años de gobierno”. Además, ha calificado las críticas de “banderín de enganche ideológico”. “También dicen que la LOMCE es segregadora, clasista… el repertorio habitual”, ha zanjado el ministro, que se ha referido a la resistencia a la reforma como “muy pobremente argumentada”.

Respecto a las becas, el ministro se ha mostrado “dolido” por haber tenido que renunciar a las becas de excelencia a favor de las ayudas al estudio por renta. “Procurar la equidad es una virtud muy importante. Por eso las circunstancias económicas son el requisito de entrada y el aspecto más valorado. Pero también lo es la responsabilidad. Y la exigencia de un 6,5 de nota no es un rendimiento de excelencia”, ha defendido.

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