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ChatGPT sirve para muchas cosas, pero los datos de OpenAI confirman que la productividad no es la favorita

Cada estreno provoca un aumento puntual de la actividad que después se estabiliza

Héctor Farrés

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La popularidad de las herramientas digitales suele medirse en cifras, y pocas muestran un ascenso tan rápido como el que se observa en el uso de ChatGPT. El asistente de OpenAI se ha convertido en un recurso habitual en la vida de millones de personas, con un crecimiento que en apenas año y medio ha multiplicado varias veces su base de usuarios.

Su impacto no se limita a lo laboral, ya que también ha penetrado en actividades personales y de ocio. La evolución de esta herramienta popular se refleja en un estudio de 65 páginas elaborado por el National Bureau of Economic Research (NBER) junto al equipo de investigación económica de OpenAI, en colaboración con el economista David Denning de Harvard.

El asistente de OpenAI dispara su expansión a escala mundial

Ese informe revela que la curva de crecimiento es claramente exponencial. En enero de 2024 la cifra era de 100 millones de usuarios activos, en el arranque de 2025 alcanzaba los 400 millones y en junio de 2025 ya supera los 700 millones, lo que equivale al 10% de la población mundial adulta.

Los datos apuntan a que quienes llevan menos tiempo utilizan el servicio de manera más continuada y variada

De forma paralela, el volumen de conversaciones diarias ha escalado de 451 millones en junio de 2024 a 2.600 millones un año después. Para dimensionar este dato, basta recordar que Google procesa alrededor de 14.000 millones de búsquedas cada día.

El documento también aclara que parte de este aumento procede casi en exclusiva de nuevas altas. Los usuarios registrados antes de 2025 han mantenido un ritmo estable en sus consultas, mientras que los recién llegados interactúan con la inteligencia artificial de manera mucho más intensa. Esta diferencia indica que quienes llevan más tiempo ya han fijado un hábito de uso equilibrado, mientras que quienes descubren la herramienta experimentan más funciones de forma concentrada.

La mayoría de interacciones se orienta a ocio y actividades personales

El estudio se centra en el tipo de interacciones. Frente a la idea extendida de que la IA se orienta sobre todo a la productividad, los datos muestran otra tendencia. En junio de 2024, el 53% de los mensajes correspondían a usos personales o de ocio, pero en junio de 2025 ese porcentaje ha subido al 72,2%. El informe aclara, sin embargo, que no se incluyen en este cálculo los planes corporativos ni educativos, lo que podría modificar parcialmente la proporción.

Entre los usos concretos, dos categorías concentran la mayor parte de la actividad. La primera es la asistencia en escritura, que representa el 28% de todas las conversaciones. Dentro del ámbito laboral, ese porcentaje sube hasta el 42%, con predominio de la edición y revisión de textos sobre la generación desde cero. La segunda categoría en expansión es la búsqueda de información, que creció del 14% al 24,4% en un año y ha superado a la escritura como motor de consulta, convirtiéndose en un competidor potencial de los buscadores tradicionales.

Sam Altman impulsa la IA más allá de lo esperado

El estudio también detecta un uso creciente en tareas profesionales vinculadas a la toma de decisiones. Un 14,9% de las conversaciones laborales entran en esta clasificación, con consultas que buscan consejo o alternativas para resolver problemas.

Según NBER, “los profesionales están utilizando ChatGPT como un asesor o asistente de investigación, no solo como una tecnología que realiza tareas laborales directamente”.

Otras actividades tienen menor peso, aunque resultan representativas de la variedad. El 6% de las consultas se relaciona con contenidos multimedia como imágenes o vídeo, un 4,2% con programación, un 3,9% con ideación creativa, un 3% con cálculos matemáticos, un 1,9% con relaciones personales y un 0,4% con juegos de rol. Estas categorías secundarias muestran que el espectro de uso va mucho más allá del simple apoyo a correos o resúmenes.

El perfil de usuarios cambia con la entrada de mujeres y jóvenes

En el plano demográfico, el crecimiento también ha alterado el perfil. En 2022, el 80% de los usuarios eran hombres. Tres años después, las mujeres representan el 52,4%, lo que invierte completamente la proporción. La edad también marca diferencias, ya que el 46% de quienes usan ChatGPT tienen entre 18 y 25 años. Si se añadieran los menores de edad, ausentes del estudio, el dominio de los usuarios de menos de 25 años sería todavía más marcado.

El informe incluye además un matiz sobre los altibajos que experimenta el uso de la herramienta. Cada vez que OpenAI lanza un nuevo modelo, el tráfico se dispara, aunque después se estabiliza. El ejemplo más reciente fue el estreno de GPT-5, que estuvo acompañado de incidencias técnicas y todavía no ha dejado cifras consolidadas en la investigación.

Los datos recogidos por NBER muestran un panorama en el que ChatGPT se ha instalado como una herramienta que ya forma parte de la vida digital contemporánea, usada para trabajar, crear o simplemente entretenerse, con un alcance que todavía parece tener margen para crecer.

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