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Misterio resuelto en el río Támesis: el esqueleto exhibido pertenece a una mujer torturada brutalmente

Restos óseos de la mujer encontrada

Raquel Sáez

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Corría el año 1991 cuando se descubrieron los restos óseos de una mujer en la ribera medieval temprana del río Támesis, colocados en un lugar y de una manera desconcertante. Poco más se sabía del esqueleto encontrado en aquel momento. Ahora, una investigación publicada en World Archaeology ha revelado las condiciones en las que murió: tras una brutal paliza para luego ser ejecutada y expuesta, a modo de escarmiento público.

Lo primero que llamó la atención de los científicos fue la colocación del cuerpo. Los restos óseos de la mujer fueron encontrados colocados entre dos láminas de corteza, sobre una estera de juncos con almohadillas de musgo colocadas sobre su cara, pelvis y rodillas.

En el momento de la excavación, se observó que había sido enterrada de una forma distinta a lo habitual: no estaba en un agujero, sino que había sido colocada en la costa donde sus restos podrían ser vistos por los ciudadanos durante la marea alta o pleamar.

Ha habido que esperar décadas para tener una radiografía completa de los restos óseos encontrados, que permanecían en el Museo de Londres. Para ello se han realizado análisis multidisciplinarios que demuestran que sobrevivió a fuertes palizas, para después morir por un golpe en la cabeza.

Palizas, patadas y puñetazos

A partir de las dataciones de radiocarbono tomadas de las láminas de corteza, se sabe que vivió durante el período medieval temprano, entre 680 y 810 d. C. De acuerdo con la investigación liderada por la doctora Madeline Mant y sus colegas, cuando murió tenía entre 28 y 40 años.

El río Támesis a su paso por Londres en una foto de archivo

Dos semanas antes de su muerte, sufrió dos incidentes traumáticos que le produjeron más de cincuenta lesiones individuales en todo el cuerpo. El primero le provocó fracturas finas en ambos omóplatos y seguramente fueron provocadas por palizas o azotes. El segundo, le dejó lesiones en el torso y el cráneo, probablemente por patadas y puñetazos. Después, un último golpe acabó con su vida.

“La Inglaterra medieval temprana fue una época de cambios en los códigos legales: el código legal de Ethelberto (c. 589-616) no incluía el castigo corporal, pero el de Wihtred de Kent (690-725) establecía castigos específicos, por ejemplo, palizas para quienes no podían pagar las multas”, conextualiza Mant.

Además de destacar la crueldad de su muerte, los autores explican que los análisis de isótopos revelaron que la mujer era originaria de la zona, probablemente habiendo crecido en Londres o sus alrededores.

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