Un nuevo hallazgo fósil reabre el debate sobre la sorprendente defensa de un dinosaurio del Triásico

Un esqueleto casi completo de un 'Plateosaurus' hallado en Suiza aporta nuevas evidencias sobre el posible uso de la cola como arma disuasoria

Ada Sanuy

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Un equipo de paleontólogos excavó en Frick, Suiza, en 2015 y halló un fósil excepcionalmente conservado del Plateosaurus trossingensis, uno de los dinosaurios más emblemáticos del Triásico. Aunque el ejemplar fue montado en el Museo de Historia Natural de Viena en 2021, ha sido ahora cuando una investigación liderada por Thomas Filek ha desvelado un aspecto hasta ahora poco explorado: su cola podría haber funcionado como un arma de defensa.

El yacimiento de Frick, ubicado en el cantón de Argovia, es conocido por su abundancia de fósiles del Triásico superior. Desde los años 1960, ha proporcionado esqueletos casi completos de Plateosaurus, convirtiéndose en un punto clave para el estudio de los primeros dinosaurios. El ejemplar analizado por Filek y su equipo destaca no solo por su estado de conservación, sino porque incluye 36 vértebras caudales articuladas, una rareza que ha permitido reconstruir con precisión su biomecánica.

Mapa de excavación de todos los hallazgos óseos pertenecientes al espécimen de Plateosaurus de Viena (Frick Field n.° 15.5), actualmente conservado en el Museo Nacional de la Historia de Viena (NHMW)

“La cola presenta una morfología que recuerda a la de reptiles modernos que la usan como látigo defensivo”, afirman los autores. En concreto, se ha identificado una estructura flexible en el extremo distal, articulada y delgada, que podría haber generado latigazos con una energía cinética comparable a la de especies actuales como el varano acuático o la iguana verde.

Una biomecánica reveladora

Mediante reconstrucciones tridimensionales a partir de escaneos de alta resolución, los investigadores calcularon que el latigazo de la cola podía alcanzar energías entre 0,5 y 1,6 kilojulios, valores que superan lo estimado anteriormente para dinosaurios no especializados en defensa activa. Para ponerlo en perspectiva, una energía de 1 kilojulio equivale aproximadamente al impacto de una pelota de béisbol lanzada a más de 100 km/h, suficiente para causar daño significativo si se golpea en un punto vulnerable.

Esta capacidad mecánica se basa en la disposición de las vértebras y el rango de movimiento estimado entre ellas. En comparación, animales modernos con colas defensivas generan entre 0,2 y 1,8 kJ, lo que sitúa al Plateosaurus en un rango comparable. “Estos valores sugieren que el movimiento no era simplemente un subproducto de la locomoción o el equilibrio, sino que tenía una función activa en defensa o comunicación”, explica Filek. Esta cifra supera lo que se había estimado anteriormente para dinosaurios no especializados en defensa activa, redefiniendo el papel que pudo haber tenido la cola en su comportamiento.

Huesos identificados del ejemplar vienés de P. trossingensis (Frick Field n.° 15.5) marcados en negro. El contorno negro representa la masa corporal total reconstruida por Gunga et al . [20].

Comportamiento defensivo e interacción social

El estudio, publicado en Royal Society Open Science, sugiere que este dinosaurio herbívoro de unos siete metros de longitud pudo haber utilizado su cola no solo para repeler depredadores, sino también en interacciones dentro de su especie. “Se abre la posibilidad de que estos animales emplearan la cola en conflictos por territorio o pareja, como ocurre en reptiles actuales”, explica Filek. Los autores comparan esta hipótesis con el uso de la cola en algunas especies de lagartos y cocodrilos, donde se ha documentado su empleo en duelos intraspecíficos.

Un dinosaurio que no encaja del todo

El Plateosaurus, que vivió hace unos 210 millones de años, es uno de los primeros sauropodomorfos conocidos, y tradicionalmente se le ha considerado como un antecesor de los gigantes cuadrúpedos del Jurásico. Sin embargo, este hallazgo obliga a revisar parte de esa visión: un cuerpo relativamente esbelto, postura bípeda y ahora también una cola funcionalmente especializada dibujan un retrato más complejo y dinámico. Filek apunta que esta versatilidad puede haber sido clave en su supervivencia durante un periodo de gran competencia ecológica.

El estudio incluye comparativas con otros dinosaurios de cola larga como el Diplodocus, cuyas estructuras también se han analizado como posibles armas defensivas. Sin embargo, el Plateosaurus presenta un diseño más compacto y maniobrable, lo que habría permitido respuestas rápidas ante amenazas. Esta diferencia sugiere una convergencia funcional en el uso de la cola como defensa entre linajes distintos. Los investigadores destacan que, a diferencia del Diplodocus, cuya cola podía alcanzar mayores longitudes, el Plateosaurus habría priorizado precisión y rapidez.

Longitud de las vértebras caudales versus altura del espécimen de Viena de Plateosaurus trossingensis (después de [4]), espécimen de Viena de Plateosaurus trossingensis (Frick Field no. 15.5), Varanus salvator (IPUW 3480), Diplodocus carnegii (NHMW-Geo-1904/0004/0003, elenco), Iguana iguana (NHMW-ZOO-HS-1680). Todas las siluetas a escala creadas por TF Arrows marcan la cola del látigo

Una nueva vía de investigación

Para los autores, este descubrimiento subraya la importancia de la conservación anatómica completa en los registros fósiles. “Nos permite ir más allá de la morfología estática y aproximarnos al comportamiento”, señalan. La investigación sienta las bases para futuras exploraciones sobre la biomecánica y el repertorio defensivo de otros dinosaurios tempranos. Ya se han iniciado estudios comparativos con otros sauropodomorfos encontrados en Alemania y Polonia para contrastar esta hipótesis.

Precedentes en la paleontología e implicaciones evolutivas

El uso de la cola como herramienta defensiva ha sido motivo de debate en otros linajes de dinosaurios. En 1997, Nathan Myhrvold y Philip J. Currie propusieron que el Diplodocus podía generar estallidos sónicos con su cola, aunque esta hipótesis ha sido cuestionada por estudios más recientes. También se ha demostrado que los anquilosaurios, como el Ankylosaurus, contaban con mazas óseas que podrían fracturar huesos, aunque algunos trabajos sugieren que se usaban también en combates intraespecíficos. Por su parte, los estegosaurios presentan el denominado thagomizer, un conjunto de espinas caudales que, según las pruebas fósiles, sirvieron efectivamente para infligir heridas a depredadores.

Más allá del caso puntual del Plateosaurus, el hallazgo plantea una cuestión de fondo: ¿fue el uso defensivo de la cola una característica más extendida entre los dinosaurios del Triásico de lo que se pensaba? Si se confirma, podría cambiar nuestra comprensión de cómo evolucionaron las estrategias de supervivencia entre los primeros dinosaurios. Los autores llaman a la cautela, pero destacan que esta línea de investigación podría ayudar a reinterpretar fósiles incompletos de especies relacionadas.

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