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China deja de prohibir las videoconsolas: apertura y control

Mando de una videoconsola Xbox360

Pablo G. Bejerano

Madrid —

Resulta paradójico que el lugar donde se fabrican la mayoría de los componentes de hardware de las videoconsolas tuviera prohibida su venta en el mercado interno. Así era desde el año 2000 hasta hace unos días, cuando un anuncio del Consejo de Estado de China, el máximo organismo administrativo del país, levantó las restricciones, si bien cada dispositivo tendrá que ser aprobado individualmente por el Ministerio de Cultura.

Esta medida forma parte de un paquete que el Consejo de Estado chino ha anunciado para flexibilizar la regulación de los servicios de internet en el país. Las compañías extranjeras lo tendrán más fácil para acceder al mercado más grande del mundo, si bien tendrán que cumplir una serie de normas. Entre ellas está garantizar la seguridad de la información y someter cualquier servicio que pueda violar la regulación a una aprobación específica del Consejo de Estado.

Los beneficios del Gobierno

El país asiático está viviendo una explosión de su mercado interno en lo que se refiere a la electrónica. Las ventas de dispositivos móviles crecen y algunas compañías extranjeras, como Apple, han obtenido el beneplácito para establecerse sólidamente en China. Al final todo comercio radica en ingresos para el gobierno y lo mismo ocurre con las videoconsolas, un sector que mueve cifras desorbitantes en otros países.

Las nuevas medidas se han emitido para la zona de libre comercio de Shanghái y se desplegarán a lo largo de los próximos tres años. Para China constituyen un intento por acercarse al modelo de las economías occidentales, abriéndose al consumo de videoconsolas y videojuegos, así como a los productos de compañías extranjeras.

Apertura y control

Hace 13 años el gobierno chino prohibió las videoconsolas por considerar que causaban “daños irreparables” en la salud de los adolescentes y de los niños. Se refirió expresamente al contenido violento, aunque los juegos de ordenador, que sí siguieron permitiéndose, están limitados por otra serie de reglas. El Ministerio de Cultura dispone de un comité encargado de examinar los títulos provenientes del extranjero antes de que se pongan a la venta. Pueden vetar un juego si consideran que viola los principios de la Constitución, atenta contra los fundamentos de la nación o provoca disturbios sociales.

La apertura del mercado puede chocar muchas veces con el control al que China no quiere renunciar. El GTA es un ejemplo de cómo estos dos aspectos están enfrentados. Polémico y de violencia explícita, la quinta generación de esta saga facturó en un solo día 800 millones de dólares. Pero la contención que hace el país asiático no es siempre por cuestiones morales o para evitar problemas sociales.

El avance tecnológico en el mayor mercado del mundo a veces se frena con el fin de dar tiempo a las empresas locales a ponerse tecnológicamente a la altura de las compañías extranjeras y ganarse a los usuarios internos sin competencia. En lo que se refiere a servicios de Internet, Facebook, Twitter y otras plataformas no están permitidas en el país. En su lugar hay copias que ofrecen prestaciones similares.

Google se marchó al exilio de Hong Kong después de problemas con sus servidores y cruzar acusaciones con las autoridades. Así se dejó espacio al buscador chino mayoritario, Baidu. El Gobierno puede manejar fácilmente a estas empresas locales (de las que a veces forma parte) que ofrecen servicios a millones de ciudadanos. En el caso del buscador se impulsa la censura de determinadas búsquedas, mientras que en Weibo (el equivalente chino a Twitter) se vigila la comunicación y se borran mensajes prácticamente a tiempo real.

Con las videoconsolas China ha dado un paso adelante, pero sin dejar de exigir el cumplimiento de unas reglas, en principio relacionadas con el contenido violento u ofensivo. Sin embargo, la aprobación del Ministerio de Cultura a una consola representará para compañías como Sony, Nintendo o Microsoft una promesa de ventas millonarias, por lo que harán cuanto esté en su mano para ganarse el favor del Estado. De esta manera, la aprobación podría utilizarse como medida de presión.

Además, hoy en día existen fabricantes chinos potentes, no sólo de componentes, sino de smartpones, tabletas y otros dispositivos electrónicos. El levantamiento del veto es una oportunidad para empezar a fabricar videoconsolas para un mercado que conocen bien –y donde las autoridades les son favorables–, con lo que podría florecer una nueva industria local.

Las medidas, que afectarán a la zona de libre comercio de Shanghái, también ofrecen la posibilidad de abrir la industria de Internet a las compañías extranjeras. Hasta ahora, debían establecer un negocio conjuntamente con una empresa local para poder ofrecer cualquier tipo de servicio on line.

Imagen: Alfred Hermida

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