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Los meta-memes, una nueva dimensión solo al alcance de las estrellas de Internet

El "success kid", parodiándose a sí mismo

Modesto García

Hace unos meses, la actriz Jamie Lee Curtis sorprendió a sus seguidores en redes al recrear un meme de ella misma que se había hecho viral en 2010, cuando unos paparazzis le tomaron unas fotos muy enfadada. Consciente de que, nueve años después, la desafortunada secuencia de fotos seguía formando parte de la cultura popular de Internet, la actriz no dudó en recrear la escena junto a su hijo con el fin de promocionar la participación de ambos en un canal de Youtube.

Pero no es la primera vez que algo así ocurre. Al astrofísico y presentador de la serie Cosmos, Neil DeGrasse, le han pedido en varias entrevistas que recrease el famoso gesto que le convirtió en un auténtico meme de Internet. En realidad se trataba de un simple gesto de sorpresa en el que DeGrasse levanta las manos, y surgió de un video en el que hablaba de los logros de Newton antes de cumplir los 26 años, pero Internet, en su imprevisibilidad, convirtió esta imagen en un símbolo tan icónico y universal, que ver al propio autor recreándolo se ha convertido en todo un acontecimiento.

Otros casos similares los han protagonizado James Van Der Beek, Taylor Swift, Nicolas Cage, el chef británico Gordon Ramsey, el presentador de History Channel Giorgio A. Tsoukalos o, en España, Jordi Hurtado, Millán Salcedo o José Mota.

Como es lógico, son los personajes públicos los más susceptibles de protagonizar memes –generalmente de forma involuntaria–, y aunque en muchas ocasiones implican una cierta ridiculización del protagonista, muchos de estos famosos, como los nombrados anteriormente, deciden asumir con orgullo su papel en la historia e incluso sacar un cierto rédito.

Pero no sólo los famosos pueden participar en el fenómeno de los meta-memes. Y es que muchos memes están protagonizados por personas totalmente anóminas que también tienen en su mano el poder de auto-parodiarse. Porque en realidad son también estrellas de Internet. Estos son algunos casos conocidos:

En España, es destacable el caso de la familia que protagonizó la famosa foto de la paella cayéndose. Meses después, la misma familia volvió a recrear la foto, en el mismo lugar (Villar del Arzobispo, Valencia), esta vez con final feliz. La publicó uno de los protagonistas (el que hace el gesto con la mano) en su cuenta de Twitter.

Las series y películas se auto-parodian

Pero el fenómeno adquiere un punto aún más interesante cuando son series o películas las que deciden generar meta-memes en sus ficciones. Es frecuente que un fragmento de una serie o una película se convierta en un meme popular, pero es mucho menos habitual que las propias series o películas hagan referencias a estos memes en sus propios guiones, generando una especie de ruptura de la cuarta pared de la era digital.

Uno de los casos más sonados fue cuando en la temporada 30 de Los Simpsons, Homer utilizó su propio “meme del arbusto” en un chat con Lisa. La serie adquiere durante esos escasos segundos un divertido cariz autoconsciente y paradójico parecido al que se produce cuando un actor mira directamente a la cámara.

También podemos ver casos similares en la película ‘Spiderman into the Spider-verse’, en Futurama, o en la serie Grown-ish.

Las marcas sacan rédito al meta-meme

Las marcas, conscientes de la curiosidad y la carcajada que genera el fenómeno del “meta-meme”, no han duda en hacer un uso comercial del mismo.

Netflix, plenamente conocedores del lenguaje y los elementos de la cultura de Internet, es una de las marcas que mejor ha rentabilizado esto, con campañas como la de Soraya Montenegro. Soraya era una villana de telenovela que se había viralizado en 2014 por una antigua escena en la que gritaba y atacaba a otra persona al grito de “¡Maldita lisiada!”. El personaje y la escena dieron lugar a infinidad de memes y en 2017 Netflix la contrató para auto-parodiarse en esta promoción de Orange is the New Black.

Netflix repitió esta fórmula con otra campaña de promoción de su serie Dark, pero también otras marcas como McDonalds o la empresa alemana de comercio electrónico OTTO han puesto en práctica dinámicas similares.

Hay varias razones que hacen del meta-meme un fenómeno tan exitoso, entendiendo el éxito en Internet como el recorrido viral de un contenido y su repercusión mediática. En primer lugar, lo que convierte a los meta-memes en algo tan único es que están fuera del alcance de los usuarios de a pie. Siendo la Red un ecosistema hiperactivo en el que millones de mentes creativas reinterpretan cada meme una y otra vez dotándolos de más y más significados en una elasticidad infinita, solo los protagonistas de los memes tienen en su mano el poder de generar estas auto-parodias y darles al meme la vuelta de tuerca defintiva. Y es que en Internet, cuanto más inesperada y creativa sea la reinvención de un meme, más valor tiene y mayor es el impulso de compartirlo. Así que, ¿cómo no vamos a celebrar que sea el propio protagonista del meme el que participa en el juego?

Por otro lado, el “meta-meme” supone, para el protagonista, una forma nueva de reírse de uno mismo, y esta actitud siempre se ha percibido como noble e inteligente. Cuando alguien al que se pretende ridiculizar asume su situación y participa de ella suele despertar el aplauso del público. En la era del meme e Internet, muchos famosos y no-famosos tienen la oportunidad de hacerlo de forma creativa, contemporánea y masiva, pero sobre todo, generando un contenido único y de altísimo valor en términos de marketing y de cultura popular.

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