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Los neonazis se pasaron al bitcoin para ganar dinero y privacidad, pero han perdido los dos

Varios neonazis en Charlottesville (Virginia, EEUU) en agosto de 2017

David Sarabia

Los neonazis y los supremacistas blancos están perdiendo dinero. Llevan tiempo haciéndolo, pero el desplome del bitcoin a finales del año pasado ha acelerado el proceso. La referencia a esta conexión la encontramos en el manifiesto que escribió Brenton Tarrant, el terrorista de Christchurch (Nueva Zelanda) que mató a 50 personas hace dos semanas: “Trabajé durante un corto periodo de tiempo antes de ganar algo de dinero invirtiendo en Bitconnect, luego usé el dinero de esas inversiones para viajar”, asegura.

Bitconnect fue una estafa piramidal que empezó en 2016 y terminó en enero de 2018, cuando los administradores de la supuesta criptodivisa cerraron la plataforma. Cuando esto ocurrió, su precio, que llegó a estar por encima de los 500 dólares (441 euros), se desplomó hasta poco menos de un dólar en cuestión de horas. Pero Bitconnect solo fue otra de las múltiples criptomonedas a la que los neonazis huyeron tras ser vetados de las plataformas de pago habituales.

Hay que remontarse hasta agosto de 2017 en Charlottesville (Virginia, EEUU). Después de la gran concentración neonazi en la que murieron tres personas, fueron muchas las compañías de Internet que cortaron los lazos con The Daily Stormer. El blog de extrema derecha ayudó a coordinar la multitudinaria manifestación, motivo por el que muchas pasarelas de pago como PayPal, Apple Pay o Google Pay decidieron no prestarles servicio nunca más.

Charlottesville les condenó

Sin embargo, The Daily Stormer llevaba recibiendo pagos en bitcoin desde enero del 2017. La primera transacción fue de 0,0015 btc y hasta el momento de escribir estas líneas acumula 1.509 donaciones y 54 btc en total (213.513 dólares o, lo que es lo mismo, 188.695 euros). En marzo de ese año, algunos supremacistas blancos como Richard Spencer llegaron a decir que el bitcoin era “la divisa de la extrema derecha”.

Una buena muestra de ello es que los pagos al blog neonazi se intensifican a partir de finales de agosto del 2017, precisamente cuando las compañías mencionadas arriba cortaron su servicio con The Daily Stormer. Como ese mes el blog ya recibía de forma esporádica algunas donaciones a través de la criptomoneda, Coinbase, una de las mayores casas de cambio de bitcoin en Internet, también suspendió todas las cuentas asociadas al Daily Stormer tras la manifestación de Virginia.

A partir de ahí, movidos por el discurso de sus líderes y por la negativa de las plataformas, los neonazis tuvieron que buscar un nuevo método para sus transacciones y se fueron a bitcoin en bloque. Otros se fueron a Bitconnect, pero terminaron estafados. Entre las razones, la cuestión de que el bitcoin sea una moneda pseudoanónima y la burbuja alcista que por aquel entonces experimentaba la criptodivisa.

En enero del año pasado, The Guardian ya investigó los lazos existentes entre muchos referentes del movimiento supremacista y la criptomoneda. Algunos investigadores cifraron en 200 los monederos de bitcoin pertenecientes a los neonazis y ya avisaban que la extrema volatilidad de la criptomoneda les estallaría en la cara antes o después. No se equivocaron.

Todo lo que pensaban que les protegería

El bitcoin es de naturaleza criptoanarquista y libertaria. Se basa en la idea de la descentralización del dinero para que así los bancos no puedan fiscalizar las transacciones. También otorga cierta privacidad, ya que los movimientos de dinero aparecen reflejados como una larga cadena de números y letras en la cadena de bloques (blockchain), la tecnología sobre la que se asienta.

Los neonazis abrazaron rápidamente el bitcoin tras la manifestación de Charlottesville, al que ligaron con los principios de Timothy C. May (1951-2018), el creador del Manifiesto Criptoanarquista. May, exingeniero de Intel, fantaseó al final de su vida con la idea de “llevar a las chimeneas” a “cuarenta millones de estadounidenses”, entre los que incluía a “judíos” y a “negros”. A pesar de que sus amigos lo calificaban como un simple troll, lo cierto es que sus discursos racistas fueron una constantes durante los últimos 30 años de su vida. En diciembre del año pasado, el Daily Stormer le dedicó un obituario a su muerte.

Desde que la burbuja del bitcoin estalló, el monedero de la criptodivisa ha ido reduciendo la cantidad de las aportaciones. Se puede consultar a través de esta cuenta de Twitter creada por John Bambenek, un investigador en ciberseguridad. “Bitcoin proporciona a estos grupos terroristas neonazis la capacidad de recaudar y gastar dinero de una manera que es difícil de desmontar”, explica al medio Foreign Policy. “Pero también proporciona a un analista de inteligencia como yo la capacidad de vigilarlos, porque renuncian a todos sus derechos de privacidad al usarlos, porque el libro de registros del bitcoin es público”, continuaba.

Por eso, porque la cadena de bloques es pública y porque en diciembre del 2017 un bitcoin se cambiaba por algo menos de 20.000 dólares pero hoy no vale más de 4.000, los neonazis se van. Y aún lo hicieron más en el final del verano de 2018, cuando la burbuja explotó, se fueron los peces y se quedaron los tiburones.

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