Ainoha Arteta brilla en su regreso al Festival de Cap Roig

Una de las voces más destacadas de la lírica española como es la de Ainhoa Arteta ha regresado este jueves por la noche al Festival de Cap Roig para ofrecer una gala solidaria.

La tolosana, que cumplirá 52 años en septiembre y combina sus actuaciones operísticas con recitales y conciertos dirigida por los más reputados maestros y por renombrados pianistas repertoristas, ha llenado las gradas con 2.000 seguidores fieles a su voz y a su elegante porte.

La soprano guipuzcoana, que ha cautivado al público con su presencia escénica vestida de color piedra con brillantes y su poder vocal, ha empezado su actuación con “Azulao”, de Jaime Ovalle, seguido de “A ti”, de Jaime León, y temas como “Alfonsina y el mar”, de Ariel Ramírez, y “La rosa y el sauce”, de Carlos Guastavino.

Descansó su voz mientras “La danza de la moza donosa”, de Alberto Ginestera, sonaba de manos del gran pianista italiano afincado en Barcelona Marco Evangelisti, que le ha acompañado durante toda su actuación.

Puso fin a la primera parte de su actuación con el Aria “Vissi d'arte”, de la ópera “Tosca”, de Puccini, papel con el que ha triunfado en los escenarios de Londres, y el aria “La Habanera”, de la Ópera “Carmen” de Bizet, ambas premiadas con prolongados aplausos.

En la segunda parte, la artista, que se formó en el Conservatorio de San Sebastián y estudió interpretación en el Actors Studio de Nueva York, ha mostrado su desenvoltura interpretativa esta vez con un largo y también elegante vestido azul.

Tras las “Cinco canciones negras”, máximo ejemplo de lo que se conoce como la época antillana del compositor gerundense Xavier Montsalvatge, entre ellas “Cuba dentro de un piano” o “Canción de cuna”, interpretó “La maja de Goya”, “El majo tímido” y “El majo discreto” de Enrique Granados.

Para poner la guinda final a su actuación, escogió dos fragmentos de zarzuela, “No corté más que una rosa”, de “La del manojo de rosas” de Pablo Sorozabal, y la presentación de “Canción de Paloma” de “El barberillo de Lavapiés”, de Francisco A. Barbieri.

Al terminar, puntualmente, su actuación, el público premió a la soprano con un largo aplauso.

La lírica volvió al escenario y tras dirigirse al público con un “buenas noches a todo el mundo, estoy muy contenta de estar aquí con vosotros” en catalán, deleitó a los asistentes con un aria que acostumbra a interpretar, “O mio Babbino caro”, de Puccini.

Desde ese momento presentó, con un gran carisma y un agudo sentido del humor, cada una de los tres temas que escogió para cerrar su actuación, entre ellos “El cant dels Ocells”, de Pau Casals, que calificó de “himno que es patrimonio cultural”.

Le ha seguido uno de sus temas preferidos, según ha confesado, “Ecco respiro apena, Io son l'umile ancella”, de la ópera “Adriana Lecouvreur”, del compositor Francesco Cilèa, y ha decidido despedirse de su público, según ella misma ha explicado, con una bonita canción que le dio a conocer el maestro Evangelisti, “Maig”, de Eduard Toldrà.

La soprano, que ostenta numerosos galardones y premios de reconocido prestigio, ha cantado esta noche en la gala solidaria en la que parte de la recaudación, 5 euros por entrada, se destinará a la entidad Tramuntana, que gestiona un centro ocupacional para disminuidos psíquicos en Palafrugell.