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Antonio Hens, “La partida” y por qué no puede haber futbolistas gays

Antonio Hens, "La partida" y por qué no puede haber futbolistas gays

EFE

Madrid —

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Una pareja de adolescentes homosexuales y apasionados del fútbol son los protagonistas de “La partida”, un drama romántico rodado en Cuba en el que el cordobés Antonio Hens plantea “las contradicciones de la masculinidad del hombre que se cree más macho que nadie”.

En otras palabras, “¿por qué no puede haber futbolistas gays?”, plantea Hens en una entrevista con Efe. Ese es un tabú que, en su opinión, tampoco en España hemos superado. “Estamos de camino, pero hay muchas zonas negras. Tenemos un comportamiento estanco en determinados segmentos como los toros y el fútbol”, afirma.

El peso de “La partida”, el segundo largometraje del autor de “Clandestinos” (2007), lo llevan los jóvenes cubanos Milton García y Reinier Díaz, a los que Hens localizó mediante una selección en escuelas de cine de Cuba.

Ellos son Reinier y Yosvani, amigos y aficionados al fútbol que deben superar sus propios prejuicios y miedos, y los de la sociedad en la que están inmersos, para vivir el amor y la pasión mutua que descubren durante una noche de juerga.

Sus sólidas interpretaciones son arropadas, en papeles secundarios, por actores más veteranos, como los cubanos Luis Alberto García y Mirtha Ibarra, y el español Toni Cantó, que rodó este delicado papel -es un turista sexual y aparece desnudo en varias escenas- antes de tomar posesión como diputado en el Congreso.

“Cuando la película estuvo terminada, y él ya era diputado, yo le pedí autorización porque aparece en escenas que podrían ser utilizadas en su contra como político, y él no tuvo inconveniente en que formaran parte del montaje”, asegura el director.

“La partida” llega el próximo viernes a las salas españolas después de haberse estrenado en Estados Unidos y en Alemania, un recorrido “inusual”, admite el director y productor, que puede dar una idea de cuál es la situación de la industria en nuestro país.

“Se puede decir que hacemos películas a pesar del ministerio de Cultura”, critica, al tiempo que insiste en que, si esta cinta ha podido comercializarse, es porque mira “más allá del público meramente español”.

La cinta aborda también el tema de la prostitución en la isla caribeña y, lo que para Hens es más importante, la pureza de los sentimientos en la adolescencia, una etapa vital por la que ya se interesó en su primera película, “Clandestinos”, la controvertida historia de amor entre un aspirante a etarra y un capitán de la Guardia Civil.

Pese a que tanto la homosexualidad como el turismo sexual son temas conflictivos en la sociedad cubana, Hens afirma que el Instituto de Cine de Cuba no sólo no puso grandes obstáculos al rodaje sino que la ha adquirido para su distribución comercial.

“Tuvimos que convencerles de que no era una película contrarrevolucionaria. Una vez convencidos de ello, todo lo contrario, he tenido más facilidades en Cuba que en España”, aseguró.

En ese sentido, Hens se muestra especialmente orgulloso de que la cinta haya sido un éxito tanto en su estreno en La Habana como en Miami.

“Era una de las cosas que vigilaba todo el rato, no entrar en la crítica política directa ni hacer nada que pudiera ser utilizado de manera propagandística por una u otra parte”, señala.

El estreno mundial tuvo lugar en enero de 2013 en el San Francisco Frameline, que es el festival de cine gay y lésbico más importante del mundo. Después ha pasado por certámenes generalistas, como el Festival de Cine Europeo de Sevilla, el Iberoamericano de Huelva o la Mostra Internacional de Sao Paolo.

Pese a todo, Hens cree que aún hay una “homofobia latente” en la recepción de las películas que abordan relaciones homosexuales.

“Todo romance no heterosexual se cataloga como tal y empieza a ser excluido. A mí me ha pasado en festivales generalistas que dicen, 'ah, sí, está muy bien, pero ya tenemos otras de temática gay', como si tuviera que haber un cupo”, exclama.

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