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El Corral de la Morería, un tablao para paladares exquisitos

El Corral de la Morería, un tablao para paladares exquisitos

EFE

Madrid —

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La langosta Thermidor o el lenguado Menier eran el colmo de la sofisticación en los 50 y eso fue lo que Manuel del Rey quiso ofrecer a los clientes del que es el tablao más antiguo de España, el Corral de la Morería. Ahora, cumplidos los 60 años, da un paso más en su búsqueda de paladares exquisitos.

Los Kennedy, Nureyev, Sofia Loren, Rock Hudson, Maria Callas, Jack Lemon, Frank Sinatra, el Che, Ava Gardner, Dalí -que quiso entrar con una pantera-, Picasso o Marlene Dietrich son solo algunos de los famosos que sucumbieron el siglo pasado a su fórmula de alta cocina y alto flamenco, a los que en éste han tomado el relevo otros como Justin Bieber, Harrison Ford, Michelle Obama o Hugh Grant.

Con una oferta artística muy consolidada, iniciada por Pastora Imperio, su objetivo es dar un paso más en la restauración: tirarán la cocina para que el chef David García, con una estrella Michelin, desarrolle menús de vanguardia en un restaurante anexo de solo cuatro mesas, y que se sumará a la oferta ya existente.

“Mi padre creó el concepto moderno de tablao y nosotros queremos ir más allá. El Corral ha pasado en estas seis décadas por muchos momentos pero el de mayor éxito es el actual y debemos aprovecharlo. Por aquí pasan cada año entre 50.000 y 70.000 personas”, presume en una entrevista con EFE Juan Manuel del Rey, que se ocupa del negocio junto a su hermano, Armando, y su madre, la bailora Blanca del Rey.

Fue difícil poner al tablao “en el universo”, porque, en aquel entonces, la calle Morería, al lado del Viaducto, no estaba en el centro de Madrid; no existía el “marketing” y no se entendía “un concepto tan rompedor”.

Pero Manuel del Rey tuvo el acierto de contratar a la gran estrella que era entonces Pastora Imperio, y ella atrajo “a toda la alta sociedad”: “Las mujeres vestían con trajes de noche y estolas y los hombres, de esmoquin. Era el colmo de la exquisitez”, recuerda su hijo.

Abrían hasta las 05:00 de la madrugada, “oficialmente”, pero no era raro que la noche se juntara con el día y que a algunos clientes les trajera el chófer al tablao por la mañana una camisa y un traje para irse directamente a trabajar.

El espectáculo comenzaba a medianoche y a las 02:00 bailaba Antonio Gades, padrino de Juan Manuel. Ahora, la primera cena empieza a las 19:00 y el pase de espectáculo a las 21:30; y todo se repite a partir de las 22:00, aunque los clientes pueden quedarse hasta la hora que deseen.

“La clave del Corral ha sido traer a los mejores artistas y cuidarlos al máximo. Aquí siempre pasaban cosas y continuamente aparecíamos en los ecos de sociedad. Ahora los extranjeros vienen como van al Museo del Prado: es algo que hay que hacer”, se ríe.

Sus artistas actúan por todo el mundo y hacen “paraditas” cada año en el local, donde se puede ver desde La Lupi a Olga Pericet, de Manuel Liñán a Rubén Olmo, de Antonio Canales a Ángel Rojas.

“Aquí están todos los que tienen prestigio, todos 'top', porque el local no puede perder su flamencura. Este no es un sitio para guiris. Lo que se ve es una catarata de arte, porque son tres 'top' en el escenario, y eso, reunido en 25 metros cuadrados de escenario, provoca una descarga de adrenalina”, subraya.

Pueden presumir de estar incluidos en el libro de la norteamericana Patricia Schultz “1000 lugares que ver antes de morir” en el mundo y algunos, como Nureyev, quisieron verlo cada noche después de su actuación en el Teatro Real, y otros, como Camaron, Carmen Amaya, Sabicas, Maurice Bejart o la compañía del Bolshoi, lo han “asaltado” con actuaciones espontáneas.

A Blanca del Rey, que conoció a su marido siendo ella una cría que bailaba en el tablao, le gustaría que a su nómina inacabable de famosos se uniera el papa -“una seguirilla es un rezo”-, y Donald Trump, porque, argumenta, “despertaría en él una sensibilidad que sería buena para el planeta”.

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