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Una española, mejor recepcionista del mundo, mano de hierro en guante de seda

Una española, mejor recepcionista del mundo, mano de hierro en guante de seda

EFE

Madrid —

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Una mente organizada, un actitud de servicio y una sonrisa presta son los valores por los que Sofía Barroso, recepcionista del hotel Villamagna de Madrid, ha sido galardonada con el David Campbell Trophy, una prestigiosa distinción que, por primera vez en 21 años, gana un representante español.

“Un recepcionista es la primera cara que ve el cliente cuando llega al hotel y debemos dar respuesta a las necesidades de cada uno de ellos, que nunca son idénticas”, explica Sofía Barroso, “feliz” de haber logrado el premio que otorga la institución “Amicale Internationale des Chefs de Réception et Sous Directeurs des Grands Hôtels” (AICR).

Barroso, que habla inglés, alemán y francés, estudió turismo en Madrid y, “al no encontrar trabajo”, decidió emigrar a Londres, donde permaneció cuatro años trabajando en un hotel.

“Descubrí que esto es lo que me gusta, aunque allí no hay tanta profesionalización como en España”, comenta.

Después de “comer las uvas a destiempo” lejos de la familia, decidió regresar a Madrid sin trabajo a la vista, pero la suerte estaba de su lado.

Dos meses después de aterrizar en la capital, tuvo su primera entrevista en el hotel Villamagna, un 5 estrellas gran lujo, en el que Víctor Colmena, Jefe de Recepción, supo ver en ella “dulzura, serenidad y una gran capacidad para transmitir tranquilidad a un cliente ante una situación de estrés”.

Algo que Colmena resume recurriendo al refranero popular: “Sofía aplica mano de hierro en guante de seda” en el trato con el cliente.

Ella misma explica que un recepcionista tiene que ser una persona “polivalente” y “empática” con quien se aloja en el hotel.

Un correo electrónico, varios días antes de la llegada, es su primera toma de contacto con el cliente donde le indica el número de vuelo, alguna petición sobre la habitación o sus “necesidades” durante la visita.

“No es lo mismo que alguien venga en viaje de negocios o con niños”, dice. De la misma manera que, desvela que hay clientes muy organizados y otros que “se dejan llevar”.

A partir de ahí, se crea un “vínculo de confianza” porque el hotel se convierte “en su casa” e igual que cuando llega un familiar a la suya, “lo que quiero es que se encuentre muy agusto”, porque en el hotel yo soy su “referencia”.

Tranquilidad y resolución frente al mostrador de un gran hotel es lo que ha valorado el jurado del premio en esta recepcionista de 27 años que ha tenido que competir con sus compañeros españoles y después en la sección internacional con participantes de 16 países como Australia, Indonesia, Emiratos Árabes, Alemania o Francia.

“Fui muy resolutiva y supe mantener la calma ante una situación difícil”, nada que no haya tenido que hacer en su día a día. “Me encuentro muy cómoda en el trabajo. Soy muy sociable y me gusta hablar idiomas. Estoy como pez en el agua”, confiesa.

Reconoce que ha pasado por situaciones complicadas, pero recuerda con cariño la tensión que vivió cuando trabajaba en el hotel de Londres.

“Acompañé a una señora por todo el hotel para que encontrara una habitación a su gusto. Decía que la que aparecía en la web no se correspondía con la que le había adjudicado”, comenta entre sonrisas, sin embargo, finalmente se alojó en la primera habitación que vio, según cuenta “porque no estaba tan mal”.

Resultó que la señora era dueña de un hotel en Grecia, donde le ofreció trabajo por su “dedicación” y “paciencia” para resolver la situación.

Barroso asegura que su satisfacción por el trabajo bien realizado llega cuando un huésped le agradece su servicio. “Te sientes bien cuando la gente está bien”.

Reconoce que el trabajo en equipo es fundamental para que el engranaje del hotel funcione. Para sus compañeros del hotel sólo tiene palabras de elogio. “Son maravillosos y todos trabajan por lograr la excelencia en su tarea”.

Con este premio su currículum se enriquece y confía en que la ayude a prosperar en su carrera profesional.

“Los ganadores anteriores han pasado de recepcionistas a asistentes de jefe de recepción”, una categoría superior a la que aspira. Por Inmaculada Tapia

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