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La Xunta oculta al Parlamento cuántas camas cierra en los hospitales durante el verano

El conselleiro de Sanidade, Jesús Vázquez Almuíña (izquierda), en un acto reciente

David Lombao

Sin respuesta concreta para la que la Consellería de Sanidade considera una pregunta “anticuada”. En los primeros días de junio los sindicatos que representan al personal del Servizo Galego de Saúde (Sergas) lanzaron una nueva alerta sobre el cierre de camas hospitalarias en verano. Lo hicieron, como cada año, a partir de estimaciones elaboradas con información recopilada en cada centro antes de que la Xunta ofreciera información al respeto. El Gobierno de Alberto Núñez Feijóo ya ha aportado datos. Lo ha hecho a petición de la oposición en el Parlamento, pero un año más evita ofrecer una cifra concreta de camas y niega, además, que existan cierres en sentido estricto. Se trata, dice, de un menor porcentaje de “recursos operativos”.

Un mes antes de que las centrales sindicales publicaran sus estimaciones de cierres, a principios de mayo, el BNG registró en el Parlamento una pregunta para reclamar conocer los detalles al respecto para este verano. Más allá de la valoración política de estas decisiones -enmarca los cierres en una “precarización de la calidad asistencial” y en la continuación de la política de recortes- el Bloque formuló una batería de preguntas concretas. Entre los datos que pedía conocer figuraban “los servicios, en cada hospital” que iban a estar afectados por estas medidas, “cuáles son las especialidades más afectadas” y el impacto de los cierres en los servicios de urgencias. Adicionalmente, pedía un cálculo del “ahorro previsto”, de las “derivaciones de pacientes a la sanidad privada” durante este período y de las contrataciones de personal previstas para “cubrir las vacaciones”.

La respuesta de Sanidade a estas preguntas acaba de llegar al Parlamento y en ella la Consellería no ofrece ninguna de las cifras solicitadas, sino que se limita a ofrecer un porcentaje medio de camas cerradas. “En este año 2017 durante los meses de verano la estimación previsible de los recursos operativos en este período será del 88,93%, casi 14 puntos por encima de la media de la ocupación real de los años anteriores”. Esto implica, entonces, que las camas cerradas serían un 11,07% del total, una proporción sensiblemente menor a la avanzada por el propio conselleiro, Jesús Vázquez Almuíña, que en las últimas semanas lo situó entre lo 15% y el 20%.

El hecho de no ofrecer una cifra concreta de cierres provoca que para hallarla haya que recurrir a las estadísticas del Sergas sobre el total de camas. El dato más reciente, del año 2015, indica que en la sanidad pública gallega están “en funcionamiento” unas 6.600 camas e instaladas, algo más de 7.000. De este modo, si las camas en funcionamiento durante el verano son el 88,93%, los cierres serían alrededor de 730. En caso de que las camas cerradas alcancen el porcentaje indicado por el conselleiro en los medios de comunicación la cifra total ascendería por riba de las 1.000 camas.

La justificación del Gobierno de Feijóo

La ausencia de números concretos sobre los cierres contrasta con la amplia justificación que Sanidade incluye en esta respuesta parlamentaria, de casi tres páginas. Así, el departamento autonómico comienza por “puntualizar que las camas hospitalarias no se cierran”, sino que “están todas disponibles en función de las necesidades” y que la “planificación sanitaria” implica “la gestión y adecuación de los recursos a las necesidades asistenciales” también en verano, atendiendo “al decrecimiento de la demanda, motivado por la disminución de la morbilidad estacional de determinadas patologías” y también a la “programación de las vacaciones de los profesionales, así como a la realización de obras en los centros hospitalarios.

En este escenario, el Ejecutivo de Alberto Núñez Feijóo insta a “entender que la sanidad y, por lo tanto, las necesidades asistenciales son procesos dinámicos” y que “siempre que existe una necesidad”, las áreas sanitarias echan mano de las “listas de contratación para formalizar todos los nombramientos que sean necesarios” porque, reitera, “las camas no se cierran”. Sanidad inserta en este punto de la respuesta cifras sobre las listas de espera, pero solo las referentes a junio de 2016 (61,6 días) y a diciembre del mismo año (68,3 días). No incluye indicadores de demora correspondientes a los meses en que parte de las camas no están operativas, toda vez que con el nuevo modelo de presentación de los datos la Xunta se autorizó a sí misma a no informar sobre la espera del verano, que mientras fue publicada siempre resultó ser la más alta del año.

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