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El Consejo Escolar de Cantabria propone alargar el curso y reprogramar los exámenes

AMPL El Consejo Escolar propone iniciar el curso cuanto antes en septiembre y concluirlo lo más tarde posible en junio

Rubén Vivar

Seguir reduciendo las vacaciones de verano, reprogramar las fechas de los exámenes y evitar la “sobrecarga” de tareas en los periodos de descanso son algunas de las recomendaciones realizadas por el Consejo Escolar de Cantabria a la Consejería de Educación de cara a lograr una mejor implementación del nuevo calendario escolar que comenzó a aplicarse este curso académico.

El departamento que dirige el socialista Ramón Ruiz, en colaboración con los sindicatos y con el visto bueno de la Federación de Padres y Madres de Alumnos (FAPA), revolucionó el pasado verano el sistema tradicional sobre el que se articulan los periodos educativos en España, sustituyendo los clásicos trimestres por cinco bimestres entre los que se ha intercalado una semana de descanso, un sistema similar al que emplean otros países europeos.

Con el curso ya entrando en la recta final, es hora de ver cómo ha funcionado el cambio y, sobre todo, evaluar si ha logrado sus principales objetivos: racionalizar los tiempos lectivos y evitar la saturación de los alumnos con trimestres que en ocasiones se hacían excesivamente largos -hasta ahora era la Semana Santa la que determinaba la duración del segundo y tercer periodo-.

El informe del Consejo Escolar, aprobado por unanimidad por parte de los 15 miembros presentes de la comisión permanente, no entra al fondo del asunto, ya que según señala en la introducción cree es necesario “más tiempo” para poder llevar a cabo una evaluación “con mayor perspectiva” y rigor.

No obstante, tras realizar audiencias durante cinco meses con los distintos agentes educativos -directores, familias, profesores, sindicatos...- sí que realiza una serie de recomendaciones.

Entre esas mejoras, se encuentran extender al máximo el curso entre junio y septiembre. “Si estamos hablando que este calendario es bueno porque permite unos descansos para poder abordar en mejores condiciones ese proceso de aprendizaje, entonces empezar cuanto antes y terminar más tarde permite ajustar mejor los periodos de descanso”, ha explicado el presidente del Consejo, Jesús Gutiérrez Barriuso, en rueda de prensa.

Todo ello, según se puntualiza el informe, con la condición “imprescindible” de que los exámenes extraordinarios se realicen antes de las vacaciones de verano, a final de junio, algo que Gutiérrez Bustillo ha recordado que no es nuevo en Cantabria, que fue “pionera” al haberlo llevado a cabo ya entre 2005 y 2011.

“Tal vez sería más racional dosificar los periodos escolares en buena alternancia temporal con los periodos de descanso y no tener un periodo excesivamente largo que en ocasiones los chavales no saben ya ni qué hacer”, ha abundado Javier Argos, profesor de la Universidad de Cantabria y el presidente de la comisión de seguimiento que ha realizado el estudio.

De esta forma se podría hacer frente a lo que ha denominado como “ese largo verano”, que Gutiérrez ha apuntado que “a quién más perjudica” es a los alumnos con más dificultades para acceder a actividades socioculturales. “Por eso decimos ajustar las vacaciones de verano, esos dos meses, y empezar cuanto antes y terminar más tarde”, ha concluido.

Más descansos y pedagogía

Otra de las recomendaciones más destacadas del informe es tomar medidas para evitar lo que considera como una “sobrecarga de exámenes y tareas antes, durante y después de los periodos de descanso”, para evitar el “desasosiego” que eso está produciendo en los estudiantes, según ha explicado Javier Argos.

En el documento también se aboga por hacer un esfuerzo para explicar “adecuadamente” a las familias y a la sociedad en general los criterios que sustentan el cambio de calendario, y que se den “paulatinamente” pasos para que el nuevo modelo tenga “racionalidad y equilibrio” para conseguir la continuidad pedagógica.

Se apuesta, además, por potenciar medidas organizativas en cada centro para permitir “pensar, elegir, adecuar, jerarquizar y reorganizar” los contenidos del currículum, para evitar las “constricciones” trasladadas por algunos docentes que “no han sabido acompasar los contenidos que hay impartir con las nuevas parcelas de periodos lectivos”, ha detallado Argos.

Y se apunta la necesidad de “intensificar” la reflexión sobre la evaluación continua, que ha precisado que no debe ser el resultado de varios exámenes, sino con el aprendizaje del “día a día” que tiene que valorar un docente “comprometido”, ha alegado.

Autonomía para los centros

El informe también señala como “positivo” que se contemple la autonomía de los centros en la toma de medidas sobre las evaluaciones, incluyendo sobre su número, ya que se entiende que “no tendrían por qué identificarse, necesariamente, los cinco periodos de vacaciones con cinco evaluaciones”.

Además, se recomienda trabajar “intensamente” para que se produzcan “importantes” cambios metodológicos, didácticos y de organización de agrupamientos, espacios y tipos de tareas, que conduzcan a modelos menos rutinarios y lineales y más basados en la colaboración y la creatividad de los alumnos.

Y se aconseja hacer pública “lo antes posible” la oferta de actividades en los periodos de descanso de los estudiantes e implicar a los ayuntamientos en esos programas, para favorecer la conciliación familiar y los vínculos entre los centros y el entorno “socio-comunitario”.

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