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Iñigo Urkullu, reelegido lehendakari con los votos de PNV y PSE

Urkullu tiende la mano para "unir fuerzas al servicio de Euskadi"

Aitor Guenaga / Iker Rioja Andueza

El candidato peneuvista Íñigo Urkullu ha sido reelegido este jueves lehendakari con los 37 votos del PNV y PSE, uno menos de la mayoría absoluta. Exactamente a las 10.08 de este jueves, Iñigo Urkullu Rentería (Alonsotegi, 1961) ha sido reelegido lehendakari en segunda votación, en la que ha sido una breve segunda jornada de la sesión de investidura.

Tras no lograr mayoría absoluta el miércoles a la noche, los 37 votos de PNV y PSE-EE han sido suficientes ahora frente a los 18 obtenidos por Maddalen Iriarte (EH Bildu) y la abstención (20 votos) de Elkarrekin Podemos y PP. Su designación, recibida por una salva de aplausos de prácticamente todo el hemiciclo, se ha completado con un breve discurso de cinco minutos, perfectamente bilingüe, en el que Urkullu ha asegurado que no hay “mayor honor” que ser “lehendakari de Euskadi”.

Urkullu, el quinto lehendakari tras la restauración de la democracia, afronta su segundo mandato. En 2012, con apenas 27 votos a favor, se convirtió en el presidente vasco con menos apoyos de la historia y en el primero desde 1987 en no recabar apoyos de más partidos. Cuatro años después, el PNV ha ganado en representación y, además, ha recuperado el espíritu “de hace 80 años [en la II República] y de hace 30 años [con José Antonio Ardanza en Ajuria Enea]” y ha cerrado un pacto histórico con el PSE-EE que deja al Ejecutivo rozando la mayoría absoluta.

Urkullu, en todo momento muy sonriente y acompañado de su esposa y de sus tres hijos en esta jornada, ha demostrado que no había margen para la sorpresa política: traía escrito su discurso de proclamación y lo llevaba guardado desde la mañana en el bolsillo interior de la americana. Iniciado con agradecimientos, a la sociedad, a su familia, al PNV, al PSE-EE y a sus colaboradores estos cuatro años, lo ha cerrado con una apelación al “diálogo”.

El lehendakari, ya de pleno derecho tras varios meses en funciones, ha resumido en varias pinceladas su mensaje del miércoles en la investidura. Ha apelado a la “modernización” de Euskadi y ha subrayado que la “prioridad” es la economía y la recuperación del empleo de calidad. También ha prometido el mantenimiento de los “servicios públicos esenciales” y abrir el debate del “pacto estatutario”. Tras el final de ETA, se ha conjurado también por garantizar la “convivencia social y política”.

En sus primeras palabras tras lograr la reelección al frente del Gobierno vasco, Urkullu ha agradecido a los dos partidos, PNV y PSE, el trabajo por el acuerdo que le ha permitido ser elegido en segunda votación por mayoría simple

Su proclamación y sus primeras palabras han sido recibidas con aplausos de cortesía de todo el arco parlamentario, salvo algunas pocas excepciones en las bancadas de PP, Elkarrekin Podemos y EH Bildu. El matiz ha sido que la bancada del PNV, y también la socialista, se han puesto en pie para la fotografía. Urkullu, abrumado, ha saludado uno por uno a los líderes de la oposición y a sus consejeros y se ha fundido en un abrazo con Joseba Egibar, portavoz del PNV.

Urkullu ha pedido continuar con el trabajo en común para que esta legislatura sea fructífera en los dos principales temas pendientes: el autogobierno y le memoria y la convivencia.

La presidenta del Parlamento, Bakartxo Tejeria, ha comunicado que el protocolo se completará el sábado a mediodía en Gernika, junto al histórico roble símbolo de la foralidad vasca. Allí, Urkullu jurará su cargo en un acto solemne de larga tradición.

Entretanto, el presidente vasco perfilará su nuevo Gobierno en las últimas horas, que tendrá tres miembros socialistas. Algunas fuentes apuntan a que el gabinete se cerrará este mismo jueves. En todo caso, estará listo antes de la jura del sábado. Los consejeros, algunos de los nuevos intercalados en los palcos de invitados, tomarán posesión el lunes y el martes se iniciará formalmente el trabajo con el primero Consejo de Gobierno.

Tras ser reelegido Urkullu, el Parlamento comunicará la designación al rey. Urkullu jurará su cargo el sábado en la Casa de Juntas de Gernika (Bizkaia). A lo largo de este jueves, se conocerá el organigrama del futuro Gobierno vasco.

El debate del miércoles, dos modelos para Euskadi

En la sesión del miércoles, Urkullu defendió las bondades del acuerdo suscrito entre PNV y PSE. Un pacto que no le asegura alcanzar los amplios consensos a los que aspira en la nueva legislatura. Un acuerdo sin mayoría absoluta que le va a obligar a Urkullu a buscar acuerdos entre la oposición, tanto para el día a día, como para los grandes consensos que ha propuesto en el debate de investidura en materia de autogobierno/nuevo estatus y de memoria y convivencia tras el final de la violencia.

Urkullu quiere forjar un amplio consenso en la Cámara vasca en relación al nuevo estatus y la profundización del autogobierno. Todo dentro de la legalidad, como le ha exigido el PSE-EE que lidera Idoia Mendia. “Legalidad y búsqueda de consensos amplios”, ha reiterado la líder socialista. Y, en la primera sesión de la investidura, el candidato peneuvista ha reiterado su apuesta por alcanzar en el Parlamento vasco un amplio consenso para plantearlo, por las vías legales, para su aprobación en el Congreso. “Propongo un punto de encuentro respetuoso con la pluralidad de sentimientos de pertenencia nacional de nuestra sociedad”, ha reiterado. “Ninguna solución es mejor que una solución acordada”, ha resumido, receta que ha defendido tanto para consolidar la paz y cerrar de manera ordenada el ciclo terrorista de ETA, como para el nuevo consenso sobre el autogobierno vasco o “nuevo estatus”.

Sin renunciar a los postulados que el PNV va a defender en el foro parlamentario de autogobierno. De hecho, Urkullu ha pedido el reconocimiento de Euskadi como nación y la necesidad de acordar “mecanismos de bilateralidad efectiva que garanticen el cumplimiento de lo pactado con el Estado”. Pero siempre con los pies en el suelo: “Ni he caído, ni voy a caer en planteamientos irrealizables o insostenibles”, ha remarcado. Y es ahí donde su intervención ha chocado con EH Bildu, que ha presentado a Maddalen Iriarte como candidata a lehendakari.

La candidata independentista ha presentado a la coalición de Sortu, EA, Aralar y Alternatiba como la única garantía de que el País Vasco inicie el camino a la independencia como Escocia y Cataluña, a los que ha dicho “admirar”. Iriarte, que principalmente se ha expresado en euskara pero que ha intercalado ideas en castellano, ha planteado una “consulta vinculante” para 2018 y que la ponencia de autogobierno, en la que PNV y PSE-EE plantearán una reforma del Estatuto desde la legalidad constitucional, redacte una Constitución vasca.

Miren Larrion (EH Bildu), que ha actuado como portavoz de la coalición independentista, considera que esa apuesta por la legalidad lo que implica, en realidad, es tener una relación de “subordinación” con España. Y le ha acusado de involucionismo, frente a lo defendido por el PNV en la etapa del 'plan Ibarretxe'. Urkullu ha asegurado que la izquierda abertzale ha estado en su propia rotonda -una metáfora que ha utilizado la candidata independentista de Bildu en su intervención- en los últimos 25 ó 30 años“, por su subordinación a la violencia etarra. ”Si han conseguido salir de ahí, me alegro“, ha subrayado en su turno de respuesta. Y se ha alejado con claridad del modelo independentista catalán: tanto por la ”inestabilidad“ de la CUP, como por la apuesta del expresidente Mas, al que ha citado por su nombre, para remarcar su lejanía con la vía catalana.

“No me importa cómo queda Mas, me importa cómo queda la democracia en Cataluña”, le ha respondido Larrion en su turno de réplica, afeando a Urkullu por que solo está preocupado por permanecer cómodamente en el sillón de lehendakari, según la portavoz independentista.

En el otro extremo del nuevo tablero político en Euskadi, los populares vascos han hecho una lectura del pacto en clave de quiebra de la legalidad. Para su líder, Alfonso Alonso, el acuerdo es una apuesta por “la independencia a fuego lento”, para en esta legislatura “poner a rodar su nuevo estatus de la mano de la mayoría soberanista de esta Cámara”. En el turno de respuesta, Urkullu le ha afeado a Alonso que está “en un discurso anclado en el pasado, siguen igual que en campaña”, le ha reprochado. Le ha pedido “respetar lo pactado”, el autogobierno vasco y las transferencias pendientes, destacando el Régimen Económico de la Seguridad Social y las políticas pasivas de empleo.

En la otra punta del tablero, Elkarrekin Podemos ha mantenido su postura de abogar por el eje de izquierdas en esta legislatura para determinadas políticas, aunque el PSE-EE haya pactado con el PNV. Pili Zabala ha atacado con dureza el acuerdo entre peneuvistas y socialistas, un “matrimonio de convivencia” que ha tildado de “aburrido”. No obstante, ha tendido la mano para hacer valer esa suma progresista (Bildu-Podemos-PSE) en el Parlamento (disponen de 38 de los 75 escaños.). “Aquí hay una mayoría parlamentaria progresista de 38, aunque unos estemos en la oposición y otros en el Gobierno, y el legado de esa mayoría, por más que no lo sea de Gobierno, debe ser un legado de avance social y democrático. EH Bildu, PSE-EE y nosotros tenemos esa responsabilidad”, ha remarcado Zabala.

Derecho a decidir y 71 parlamentarios de Madrid

Pero, al contestarle a Urkullu, Zabala también ha mostrado su disposición al acuerdo con el PNV y su candidato a lehendakari en lo relativo al derecho a decidir y a la gestión del final ordenado y definitivo de ETA. Sobre el desarrollo del autogobierno, ha afirmado: “Podemos llegar a acuerdos y estamos dispuestos a intentarlo. Las mayorías han cambiado, no sólo en Euskadi, sino también en Madrid. Nosotras nos comprometemos a utilizar toda la fuerza de nuestros 11 parlamentarios en Euskadi, pero también de nuestros 71 parlamentarios en Madrid para avanzar en el derecho a decidir y en el desarrollo del autogobierno de Euskadi. ¿Hará el PSE-EE lo mismo?”. Y, sobre paz y convivencia, ha marcado como “reto” de legislatura que todos los pasos se den “por unanimidad”.

El pleno se ha iniciado con unos minutos de silencio y con los 75 parlamentarios en pie en recuerdo al que fuera parlamentario de Herri Batasuna Santiago Brouard, asesinado el 20 de noviembre de 1984 por los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL). El recuerdo a las víctimas de ETA y de la violencia en general y las políticas de memoria han estado presente en las intervenciones de los dos candidatos y de los portavoces de los distintos partidos.

En materia de memoria y convivencia -que es como se va a llamar la nueva ponencia parlamentaria-, hay una disposición clara al acuerdo por parte de Elkarrekin Podemos.

En este capítulo, en relación al “final ordenado de la violencia” terrorista, Urkullu ha pedido el desarme y la desaparición definitiva de ETA, el “paso pendiente más importante” que queda, y ha reclamado otra política penitenciaria en relación a los presos etarras. Tres exigencias recogidas en el acuerdo cerrado entre PNV y PSE-EE. “En materia de paz, memoria, convivencia y derechos humanos, propongo que renunciemos a ganarnos por mayoría, para ganar por acuerdo”, ha resumido.

Las rotondas políticas y la primera nevada

Los socialistas vascos, en su papel de socio del PNV, han defendido el pacto alcanzado. En cuanto a los asuntos más espinosos del acuerdo, los relativos a la gestión del final de ETA o a la reforma del Estatuto, su líder, Idoia Mendia (PSE-EE), ha sido tajante: “Ni el PNV se ha hecho socialista ni el PSE-EE se ha hecho nacionalista” y ha negado que su partido se vaya a dejarse enredar en “debates nominalistas” sobre lo que significa el término nación. Y le ha recordado al PP que en el debate constituyente, Manuel Fraga, entonces líder de la derecha española en AP, ya realizó una “identificación entre nacionalidad y nación”.

En todo caso, ha añadido que a su partido “no le duelen prendas” por hacer renuncias para alcanzar consensos y ha recordado al resto de la Cámara que “se pacta siempre con quien piensa diferente” y mirando a los ciudadanos. “Vamos a dar nuestra confianza al señor Urkullu”, ha zanjado.

Mendia ha cerrado su alocución insistiendo en que el pacto “compromete soluciones para los ciudadanos nacionalistas y no nacionalistas”. Y ha añadido: “Comenzamos una nueva etapa con el mismo objetivo: conseguir que ciudadanos diferentes, que se sienten vascos y vascas de forma distinta, tengan garantizado por igual el derecho a tener un proyecto de vida digno en cualquier lugar de esta comunidad compartida que es Euskadi”.

La primera sesión de investidura se ha dado la mano con la primera y copiosa nevada de la temporada en Vitoria-Gasteiz. Pero las rotondas, la gran metáfora de la jornada en la Cámara vasca, no han quedado impracticables para el tráfico por la nieve. Tal vez una metáfora de lo que pueda pasar en esta legislatura, que ha arrancado ya en Euskadi. En todo caso, para aclarar la metáfora -que fue objeto de debate entre la anterior legislatura entre PNV y EH Bildu, Joseba Egibar, portavoz peneuvista, zanjó el debate diciendo, que independientemente de las rotondas, “nunca vamos a llevar a nadie a un callejón sin salida”.

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