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Los 'señores del acero' vascos escondieron su fortuna en Liechtenstein y Suiza

Los vínculos de los Aristraín con una fortuna opaca en Liechtenstein

Antonio M. Vélez

La familia Aristrain ha mantenido durante décadas una estructura oculta de sociedades y fundaciones opacas en Liechtenstein vinculadas a cuentas bancarias en Suiza para esconder parte de su multimillonario patrimonio y eludir sus obligaciones fiscales en España. Así se desprende de la investigación Los Papeles de la Castellana, elaborada conjuntamente por las redacciones de eldiario.es, La Marea y Diagonal, a partir de una documentación remitida al buzón seguro filtrala.org procedente de distintos despachos de asesores tributarios ubicados en el Paseo de la Castellana, el distrito financiero de Madrid.

Vinculados durante décadas al negocio siderúrgico, los Aristrain son una de las grandes fortunas de España y una de las más discretas. Los documentos revelan que la utilización de estructuras 'offshore' por su parte se remonta hasta la década de los 60 del siglo pasado.

Entonces, el patriarca de la familia, José María Aristrain Noain, había amasado ya una enorme fortuna. Aristrain emigró de niño desde su Argentina natal a Ordizia (Guipúzcoa). Tras casarse con la hija de un adinerado chatarrero, forjó un negocio siderúrgico que con los años derivaría en una de las mayores empresas españolas del sector. Muy vinculado al País Vasco y al Opus Dei, Aristrain fue buen amigo del dictador Francisco Franco y de varios de sus ministros más poderosos. Murió en 1986, a los 69 años; sus allegados aseguran que fue de los pocos empresarios vascos que nunca cedió al chantaje de ETA.

La documentación acredita que algunas de esas entidades opacas que puso en marcha José María Aristrain hace medio siglo han estado activas hasta fechas muy recientes. En Liechtenstein, a tiro de piedra de Suiza, los Aristrain contaban con al menos dos Stiftung, palabra alemana que significa “fundación”. Se trata de una figura jurídica propia de ese minúsculo principado de menos de 37.000 habitantes, tantos como Teruel capital. Un Stiftung permite a sus beneficiarios gestionar su patrimonio a través de un banco (normalmente, suizo) preservando en todo momento su anonimato. Es un instrumento similar al que utilizó un bisnieto del expresidente Maura para defraudar a Hacienda, o al que ha empleado durante décadas el multimillonario sueco Ingvar Kamprad para controlar su participación en la multinacional de los muebles Ikea sin pagar impuestos.

Los stiftung de los Aristrain se llamaban Fundación Laguardia (establecida el 22 de agosto de 1974) y Fundación Gordi. Ambas estaban domiciliadas en Vaduz, la capital de ese principado alpino. En ese paraíso fiscal, los 'señores del acero' vascos también contaban con al menos tres “establecimientos” o anstalt. Se trata de estructuras híbridas entre una sociedad mercantil y una fundación, utilizadas frecuentemente por los extranjeros en ese país para la tenencia de dinero y de acciones de empresas en otros países.

La documentación de Los Papeles de la Castellana procedente de los asesores fiscales de la hija de José María Aristrain, María de los Ángeles Aristrain de la Cruz, revela que el más antiguo de esos establecimientos es Plywood Trading, constituido el 18 de mayo de 1966. Los otros dos se llamaban Inometal Trade Holding y Egui-Ferro Holding Etablissement. El primero fue creado en junio de 1978, mientras que Egui-Ferro se constituyó en mayo de 1993, coincidiendo con el reparto de la herencia entre los dos hermanos Aristrain: José María y Ángeles Aristrain de la Cruz. Su padre, José María Aristrain, había fallecido años antes, el 20 de mayo de 1986, en un accidente de helicóptero en Mónaco, pero entonces su hija Ángeles aún era menor de edad. El reparto de la herencia no llegó hasta que cumplió los 24 años.

La condesa y el presunto defraudador

Nacida en agosto de 1969, Ángeles Aristrain es condesa de Biñasco por vía matrimonial. Está casada con Alberto Díez de Rivera Elzaburu, hijo de los marqueses de Huétor de Santillán, abogado, economista y socio del despacho de gestión de propiedad industrial Elzaburu. Con una actividad pública que se limita a su condición de “miembro de honor” del Museo Guggenheim y a la gestión de su ganadería Las Pueblas, Ángeles Aristrain es, si cabe, más discreta que su hermano, José María Aristrain de la Cruz, al que la Agencia Tributaria quiere sentar en el banquillo por un fraude fiscal de cerca de 200 millones de euros, el mayor de la historia judicial española, según adelantó en octubre pasado El Confidencial.

El 10 de mayo de 1993, siete años después de la muerte de su padre, Ángeles Aristrain estaba a tres meses de cumplir 24 años. En esa fecha, el albacea del desaparecido patriarca de la familia, José María Zabala Mendizábal, certificó en un escrito que los herederos, los dos hermanos Aristrain de la Cruz, “ambos domiciliados en Madrid, han decidido la partición de su herencia y en consecuencia resulta la Señorita María de los Ángeles Aristrain de la Cruz única propietaria y derechohabiente del Etablissement Inometal Trade Holding, Vaduz”. El documento adjuntaba la firma de José María Aristrain hijo, que renunció al 50% de sus derechos en esa entidad, y autorizaba al apoderado general de ese anstalt, Gaspar René Zentner, residente en Zurich (Suiza), para que Ángela Aristrain “conste en los actos de la Sociedad, como única propietaria” de ese ente opaco en Liechtenstein.

La hija de Aristrain también se convirtió en beneficiaria de los bienes administrados por la Fundación Laguardia, que a 10 de octubre de 1994 gestionaba a través de una cuenta en UBS activos valorados en 27.225.725 dólares. Al cambio actual y teniendo en cuenta la inflación acumulada desde entonces, la cifra equivaldría a unos 40 millones de euros. En 1997, la cartera de la Fundación Laguardia ascendía ya a 30.443.748 dólares de entonces, con una rentabilidad anual del 10,96%, según carta remitida el 15 de enero de 1998 por G. P. Rossetti y A. Stankiewicz, ambos vicepresidentes de UBS. En esas fechas, el hermano de Ángeles Aristrain negociaba con el Gobierno de José María Aznar la toma de un 11% de la empresa estatal Aceralia, entonces en proceso de privatización, a cambio de la Corporación Aristrain, controlada por ambos hermanos.

La Fundación Laguardia estuvo administraba en los años 90 por, entre otros, Andreas Welti, banquero de esa entidad helvética al que Aristrain otorgó poderes en Laguardia en agosto de 1995. Preguntado por este asunto, Welti dice que no recuerda haber administrado esa sociedad opaca de los Aristrain.

La documentación remitida a filtrala.org que custodiaban los asesores fiscales de Ángeles Aristrain da cuenta de un patrimonio oculto de hasta 50 millones de euros en esas fechas. Según un informe fechado el 12 de mayo de 2015, los activos gestionados por Inometal Trade Holding ascendían a cierre de 2014 a 12.330.949 dólares y 8.645.276 francos suizos, y los de Egui-Ferro, a 352.000 francos suizos. En total, más de 18,8 millones de euros al cambio actual.

A esa cifra se sumarían más de 30 millones de euros en otras dos cuentas bancarias opacas que aparecen asociadas a ella en la documentación que manejaban sus asesores fiscales, a pesar de que su nombre no figura directamente en estos documentos. En una de ellas, a nombre de Muscari Corp, figuran inversiones por valor de 30.495.752,13 euros a 12 de marzo de 2015, que estaban guardados en el Private Investment Bank Limited en Nassau (Bahamas), con el número de cliente 11287985. La otra cuenta opaca que sus propios asesores fiscales vinculan a Ángeles Aristrain está en el banco suizo BSI a nombre de Corevi Limited. El 31 de diciembre de 2014, esta cuenta tenía depositados otros 539.658 euros.

La documentación de Ángeles Aristrain en poder de sus asesores fiscales también sugiere que el entramado offshore de la familia se extendió durante años a Panamá y a Antillas Neerlandesas. Entre los documentos figura el acta de una sociedad panameña, Riscimbras Inc, creada en enero de 1980 y disuelta el 2 de noviembre de 1993, meses después de que los hermanos Aristrain acordaran repartirse la herencia de su padre; y unas anotaciones manuscritas de 1977 dan cuenta de otra sociedad de José María Aristrain Noain en otro paraíso fiscal, Curazao (antiguas Antillas Neerlandesas).

Esa sociedad, según esas notas, se llamaba Metro Properties NV y era, según ese documento, la propietaria de seis apartamentos de lujo (el 41B, el 42B, el 44B, el 48B y el 34B y el 50D) en el edificio Galleria, en el 117 East 57th Street de Park Avenue de Nueva York, adquiridos por José María Aristrain Noain en fecha indeterminada por 1.085.000 dólares. El representante de esa sociedad de Aristrain en Curazao era el abogado J.A. Schiltkamp, ya fallecido, del despacho especializado en sociedades offshore Corporate Trust NN.

Ángeles Aristrain no ha respondido a las repetidas llamadas a su oficina en Madrid ni a un correo electrónico para comentar este asunto. El pasado 2 de junio, eldiario.es logró por primera y única vez contactar con su teléfono móvil. “No soy yo”, respondió una voz de mujer al otro lado de la línea. Desde su oficina, insisten en que es una persona “muy discreta” y declinan hacer comentarios.

Gestiones para regularizar

Ángeles Aristrain es residente en Navarra, que tiene transferidas del Ejecutivo central la mayoría de las competencias en materia fiscal. El Gobierno navarro aprobó en junio de 2012 la Ley Foral 10/2012, por la que, en lugar de aplicar la amnistía fiscal de Cristóbal Montoro (aprobada ese año), dio algunas facilidades a los contribuyentes navarros al permitirles regularizar su patrimonio oculto hasta el 31 de diciembre de 2012 con rebajas del 90% en el importe de los recargos y del 20% en los intereses de demora.

La hija de Aristrain no regularizó esos fondos aprovechando esa norma. “Habiéndose incumplido la obligación de informar sobre los bienes y derechos situados en el extranjero, que actualmente se encuentran sin regularizar”, aseguraban sus asesores en un informe interno, donde le advirtieron de que tras esa mini amnistía fiscal en Navarra aún le quedaban otras alternativas para legalizar su patrimonio.

eldiario.es no ha podido confirmar si esa regularización se produjo ni, en su caso, cuál fue la opción elegida, ni la cuota que Aristrain pagó. Sí está acreditado que los trámites se iniciaron unos meses después de la intervención del Banco Madrid por presunto blanqueo de capitales, del que Aristrain era cliente destacada.

El 6 de julio de 2015, Ernesto Lejeune Valcárcel, catedrático de Derecho Tributario y “mandatario verbal” de Ángeles Aristrain, recibía una documentación del banco suizo BSI de los ejercicios 2011 a 2014 y declaraciones del IRPF y del Impuesto sobre el Patrimonio de Aristrain de esos años. Y nueve días después, los asesores fiscales de Aristrain en Madrid remitían una carta a otro banco suizo, Julius Baer, para solicitar información de las cuentas “Inometal Trade Holding Etablissement” y “Egui-Ferro Holding Etablissement” para “proceder a la regularización de las mencionadas cuentas ante las autoridades españolas”.

“Que yo sepa, Ángeles Aristrain tiene su situación regularizada con Hacienda”, dice su asesor Ernesto Lejeune, preguntado por este asunto.

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