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Las confluencias ensayan estrategias parlamentarias diferentes en el arranque de la legislatura

El responsable de Acción Política y Relaciones Políticas de IU, Ernesto Alba; los diputados de Podemos Irene Montero e Íñigo Errejón; y el diputado de En Comú Podem, Josep Vendrell; y  tras registrar el grupo confederal Unidos Podemos-En Comú Podem.

Andrés Gil

Unidos Podemos-En Comú Podem se ha registrado este martes como grupo confederal con 57 diputados –45 de Unidos Podemos y 12 de En Comú Podem–. Mientras tanto, los nueve representantes de la confluencia valenciana registraron la petición de grupo propio el pasado viernes; y este martes, también, lo han pedido los cinco diputados de la confluencia gallega, En Marea.

A diferencia de lo que ocurrió tras las elecciones del 20D, esta vez las confluencias gallega y valenciana han formalizado la petición en el registro del Congreso. En aquel momento, las declaraciones públicas de PP, PSOE y Ciudadanos presagiaban el veto de la Mesa a los propósitos de las confluencias, y sólo realizaron la petición los cuatro diputados de Compromís que, una vez les fue rechazada la solicitud, se quedaron en el Mixto.

En esta ocasión, han sido los nueve diputados de A la valenciana los que han firmado en el registro. Y no se esperan sorpresas en el veredicto de la Mesa: por lo que, una vez que se rechace la solicitud, los cuatro de Compromís –partido que gobierna la Comunidad Valenciana con el PSOE– previsiblemente volverán al Mixto y los cinco restantes –cuatro de Podemos y uno de EUPV, la IU valenciana– pedirán el ingreso en el grupo confederal de Unidos Podemos-En Comú Podem.

Salvo sorpresa, el ingreso en el grupo plurinacional será inmediato: si la Mesa adopta una interpretación muy restrictiva, hay fuentes que señalan que podría retrasarse el ingreso en Unidos Podemos-En Comú varios meses, hasta el siguiente periodo de sesiones.

Algo parecido ocurre con la confluencia gallega, que este otoño afronta elecciones autonómicas. Tras el 20D desistió de la petición formal, pero esta vez los cinco diputados –dos de Anova, dos de Podemos y una de EU, la IU gallega– han suscrito la petición. ¿Qué pasará si, como está previsto, la Mesa rechaza la petición? Que los cinco pedirán su ingreso en el grupo confederal, que pasará a llamarse Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea.

“En el hipotético caso de una negativa de la Mesa a la legítima exigencia de contar con un grupo parlamentario gallego, En Marea anuncia su compromiso de recurrir a las medidas legales necesarias para asegurar que esta demanda ganada democráticamente pueda ser satisfecha”, explica la confluencia gallega. Y añade: “En ese caso , y en el marco del diálogo y la alianza fraternal con En Comú Podem y Unidos Podemos y del compromiso con la unidad popular y ciudadana, En Marea ejercerá la interlocución y el diálogo necesario para tener un instrumento que defienda a la ciudadanía gallega y mantenga las características de un grupo parlamentario propio a través de la unidad con las confluencias del conjunto del Estado”.

Tanto A la valenciana como En Marea tienen previsto recurrir al Tribunal Constitucional ante el anunciado veto de la mayoría de la Mesa.

En Comú Podem

¿Por qué las confluencias gallegas y valencianas lo intentan formalmente y no la catalana, que reconoce que “los resultados del 26 de junio otorgaron a En Comú Podem la capacidad plena de organizarse como el primer grupo parlamentario catalán en el Congreso”?

De acuerdo con la confluencia catalana, es clave el hecho de que ya se sabe de antemano que PP y Ciudadanos, que cuentan con cinco votos de los nueve de la Mesa del Congreso, han anunciado que lo van a rechazar: “Estos partidos son los mismos que niegan la pluralidad dentro del hemiciclo, negando el uso del catalán, el euskera y el galego”. Pero también tras el 20D se opuso el PSOE que, según En Comú Podem, “adopta una actitud inmovilista que demuestra un gran retroceso en los postulados de defensa del pluralismo democrático existente en el Congreso”.

“Hemos decidido”, explica la confluencia, “constituir un grupo plurinacional, que está compartido con los compañeros de Unidos Podemos que expresa plenamente las relaciones de alianzas fraternales que queremos construir desde el pleno respeto a la diversidad. Ante el bloqueo del sistema político, hemos decidido articularnos como un grupo confederal que es el reflejo de las diferentes voces existentes en el Congreso. Este grupo garantiza a En Comú Podem todas las características propias de un grupo parlamentario propio: disciplina de voto propio que ratifica que somos una fuerza política de estricta obediencia catalana, participación en todos los debates importantes y presencia en todas las comisiones del Congreso”.

Agravio catalán

En Comú Podem señala el posible agravio que supone el veto de la mayoría de la Mesa a los grupos de las confluencias, mientras el órgano del Congreso, “controlado por el PP y Ciudadanos actuará de forma discrecional devolviendo favores a CDC, que incumple los requisitos pero tendrá grupo propio, y negando los grupos al resto de formaciones que los cumplimos, pero que nos opusimos a una Mesa inmovilista”.

La decisión en torno al grupo catalán tendrá que tomarla la Mesa del Congreso, que tiene que reunirse nuevamente este martes.  Los convergentes no cumplen con todos los requisitos que marca el Reglamento de la Cámara Baja para la conformación de los grupos, que establece que tienen que tener como mínimo cinco diputados y haber obtenido al menos un 15% de los votos en las circunscripciones en las que se presentan.

CDC sacó el 26J ocho diputados, con lo que cumple el primero de los requisitos, pero no alcanza el 15% de los votos en el conjunto de Cataluña ya que se quedó en el 13,92%. En concreto, en Barcelona alcanzó solo un 12,26%, y en Tarragona, un 13,72% de los votos.

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