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Los sindicatos mayoritarios suspenden en materia de igualdad

Los secretarios generales de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, y de UGT, Cándido Méndez

Juan Luis Fernández López

“El sindicalismo es un mundo de hombres”, afirma Inmaculada Jimeno, responsable del área de Igualdad de la Confederación Intersindical del País Valenciano. “Se ha impuesto la paridad en los primeros niveles, como es el caso de los liberados, pero aún cuesta ver a una mujer en un puesto de responsabilidad”, continúa. Lo cierto es que las cifras acompañan los argumentos de la sindicalista: los sillones de las secretarías sectoriales en UGT y CCOO están ocupados en su totalidad por hombres y sólo el 7% de las cúpulas territoriales están encabezadas por mujeres. La balear Katiana Vicens Guillén es la única secretaria general autonómica en Comisiones Obreras. En lo que respecta a UGT, solo La Rioja y Cantabria sitúan a mujeres en lo más alto.

Al igual que en los partidos políticos, la igualdad es esgrimida por los sindicalistas como un eslogan de progreso y cambio social. Dicha consigna parece haberse impuesto en las directivas autonómicas de los sindicatos mayoritarios. Así, el 51% de los cargos son ocupados por mujeres en UGT, cifra que desciende al 46% en el caso de CCOO. “Intentamos revertir la situación. Estamos imponiendo las cuotas y la paridad a nuestros estatutos”, asegura Ana Herranz, secretaria de Mujer e Igualdad en Comisiones Obreras. Sin embargo, señala que “el proceso va más lento de lo que nos gustaría”. Y es que la igualdad sigue siendo una materia pendiente cuando nos referimos a los más altos cargos, tanto a nivel regional como sectorial.

La asignación de secretarías concretas a mujeres es otra de las constantes que se observan en la estructura sindical. Un reparto de tareas que merma la consecución de la igualdad plena. En el caso de CCOO, únicamente tres mujeres están al mando de la secretaría de acción sindical, una de las más importantes. Por el contrario, la inclusión del área de igualdad en la mayoría de las direcciones ha facilitado la incorporación del género femenino.

¿Qué es lo que limita el acceso de las mujeres a los cargos de mando sindicales? Herranz expresa que “ello exige una disponibilidad, reuniones por las tardes… En este sentido, no existen políticas de conciliación adecuadas”. Por su parte, la economista Carmen Castro se muestra más tajante y critica que “los sindicatos son estructuras piramidales que se rigen por los estándares del sistema patriarcal. Se organizan en torno al patrón del obrero industrial masculino. No hay mucho espacio para la mujer”.

La flexibilización de la estructura interna de las organizaciones y el cambio de mentalidad son algunas de las soluciones esgrimidas por Macu Jimeno. Perteneciente a la minoritaria Confederación Intersindical, asegura que “aquí es diferente, ya que no tenemos secretarios generales. El órgano de más responsabilidad es el secretariado y está compuesto por hombres y mujeres, que se van rotando en sus funciones”. Por otra parte, Jimeno afirma que han trabajado para vencer “las reticencias de los compañeros, de los hombres. Hay responsabilidades que siempre han llevado, como es el caso de las portavocías”.

Conciliar trabajo y familia, más difícil que nunca

Pese a reconocer los déficits internos, los sindicatos aseguran que la política gubernamental dificulta la incorporación de la mujer a los puestos de dirección. Herranz opina que “el peso de los recortes en el Estado de bienestar ha recaído especialmente sobre la mujer. El cuidado de los niños o los mayores han pasado a ser asumidas por la sociedad o, mejor dicho, por las mujeres. Ello merma sus oportunidades de ascenso y promoción”. Según los datos de la última EPA, la tasa de ocupación de las mujeres es del 53,32%, mientras que en el caso de los hombres supone un 66,12%. La necesidad de conciliar las tareas domésticas y el trabajo se plasma en el protagonismo del contrato a tiempo parcial en el género femenino (36,1%), muy superior a los hombres (8,3%).

Carmen Castro enfatiza la necesidad de que el sindicato regenere su papel en materia de igualdad: “Creo que desde los sindicatos se han hecho trabajos interesantes, a pesar de todo. El mundo sindical debería apostar firmemente por la reducción de jornada laboral y la conciliación laboral”.

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