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¿Qué es la vía eslovena a la independencia a la que apunta Puigdemont?

El president de la Generalitat de Catalunya, Carles Puigdemont, a su llegada este martes al Parlament.

Andrés Gil

¿Hay paralelismos entre el proceso independentista esloveno y el catalán? En los últimos días, tras el desarrollo del 1-O, la hipótesis eslovena ha ido circulando entre los digerentes de los diferentes sectores implicados en el procès.

“Vía eslovena. Lo previsto; que sea Moncloa la que decida negarse a negociar”, reflexionaba un dirigente independentista tras oír la intervención de Carles Puigdemont en el Parlament este martes.

El eurodiputado del PDeCAT Ramón Tremosa dio pistas este martes por la mañana de lo que iba pasar en el Parlament: “Declarar la independencia y suspender sus efectos durante un tiempo a la espera de poder sentarse en una mesa, sin condiciones previas, con el Gobierno español para negociar un referéndum acordado”.

Tremosa, además, puso como ejemplo Eslovenia, país que declaró la independencia, la suspendió y “al cabo de seis meses de negociaciones en los que Belgrado ni se sentó a la mesa, comenzaron a caer los reconocimientos internacionales”. El eurodiputado explicó cómo Eslovenia celebró unas elecciones “con una especie de Junts pel Sí y logró mayoría absoluta”, tras lo que intentó negociar con Belgrado su independencia “y no hubo manera”, motivo por el que “hizo un referéndum unilateral y lo ganó”.

El referéndum se produjo el 23 de diciembre de 1990, y el sí a la independencia obtuvo un 95% de respaldo –con un 93,2% de participación–. A partir de ahí, Eslovenia declaró su independencia y “a los pocos días” la suspendió durante unos meses con el fin de negociar con Belgrado. El impasse duró seis meses, hasta el 25 de junio de 1991, cuando el Gobierno esloveno declaró unilateralmente la independencia.

Por aquel entonces, a diferencia de España, Yugoslavia no era miembro de la Unión Europea ni de la OTAN, y su desintegración se vio acelerada por la caída del muro de Berlín y la URSS.

La declaración de independencia, a los seis meses del referéndum, fue seguida de una guerra de diez días –no duró más porque Belgrado estaba preparando la guerra con Croacia y Serbia no compartía frontera con Eslovenia– que acabó el 6 de julio de 1991 con 44 soldados yugoslavos muertos, 18 eslovenos y otros 12 ciudadanos extranjeros.

En diciembre de 1991, Alemania reconocía a Eslovenia y Croacia; y la Comunidad Europea, en enero de 1992.

¿Será Catalunya independiente en seis meses y tendrá el reconocimiento internacional un año después? Esa es la aspiración de los dirigentes independentistas y es el escenario al que quiere conducir el discurso de Puigdemont y la Declaración de los Representantes de Catalunya firmada por el Govern y los dirigentes de PDeCAT, ERC y la CUP tras el pleno del Parlament.

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