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Un 8 de marzo de nuevo apremiante

Rosa María Artal

Hace hoy justo un año que los medios se hacían eco de las palabras en el Congreso del ministro de justicia de un casi recién estrenado gobierno, Alberto Ruiz Gallardón. Denunciaba lo que el considera una “violencia estructural” contra la mujer que obliga a abortar. Y, por ello, se comprometía “a defender el derecho reproductivo por excelencia de la mujer, que es el de la maternidad”. Ya avanzaba que iba a primar “los derechos” del feto, sin decir aún que incluso con graves malformaciones. Fue su homenaje a las mujeres en el día Internacional que se nos dedica. Para que nadie se llamara a engaño. Este señor aún pasaba por “centrista”.

De alguna manera, los 8 de marzo de los últimos años habían adquirido un carácter festivo. Quedaba mucho por hacer. No solo en España, sino en un mundo donde ser mujer suele acarrear diversas condenas. Pero aquí parecía a comenzar dar frutos la larga lucha de 40 años que protagonizamos las mujeres españolas apenas se alumbró la Transición. Incluso antes. Hoy el retroceso camina al galope.

Prácticamente todas las “reformas” de ese ciclón devastador que ha supuesto para la sociedad el PP, poco más un año de PP aún, van encaminadas a mermar el Estado del Bienestar y a devolver a la mujer a “su sagrado papel en la familia”, como sin duda tienen en mente. La crisis ha restado servicios que puede suplir perfectamente la persona que “de natural” tiene esa “obligación”. Cuidar niños, ancianos, dependientes. En familia. A su costa.

Pepa Bueno, la directora de Hoy por Hoy en la SER, abría hoy a las 8 con aterradoras cifras y reflexiones. Algunas de las cuales recojo y hago mías:

“Sólo el 53% de las mujeres españolas está en el mercado laboral. Forman parte de la población activa y de ellas, un 26,5% está en el paro. Una tasa que se ha disparado, subió más de tres puntos en el último año. De los casi 700.000 empleos que se destruyeron en los últimos 12 meses en nuestro país, más de la mitad eran femeninos. La crisis las golpea especialmente a ellas que han acusado en primera fila los recortes en Sanidad, Educación y Dependencia: 150.000 cuidadoras se han quedado sin seguridad social y se les ha reducido la paga. Se eliminó el plan para crear nuevas escuelas infantiles y, a día de hoy, 400.000 españolas trabajan a tiempo parcial para poder cuidar de su familia, frente a sólo 15.000 hombres. Es decir, los minijobs ya están aquí y, de momento, feminizados: jornada laboral más corta, pero también salario más pequeño y por lo tanto menor cotización y peores prestaciones a futuro, por ejemplo, el paro en la vejez, menos pensión”.

Y, por otro lado, abierta la veda para imponer de nuevo esa ideología franquista que nos lastró durante décadas, renace el machismo. Ese actor, metido a político, Toni Cantó, que desde las filas de UPyD cuestiona el maltrato a la mujer. Y que es defendido, expresamente, por dos mujeres de su partido: la jefa Rosa Díez y la también diputada, Irene Lozano. Quien dice que rectificar es de sabios, mientras Cantó, ataca de nuevo para asegurar que “no se puede construir la igualdad a costa de los hombres”. Y el PSOE de Ponferrada (León) no tiene empacho en apoyarse en un condenado por acoso sexual para lograr la alcaldía de la ciudad. Dando ejemplo.

Mientras se cercenan de nuevo los derechos de las mujeres, sus posibilidades de desarrollo, asistimos a ese despliegue de “féminas” –odiosa palabra que en este caso cuadra a la perfección– que ven machista establecer cuotas, como Cospedal y que, desde los más altos estamentos, vuelven a enlutarse en el falso recato, el incienso y la sacristía en pleitesía vaticana.

El Periódico dedica hoy toda su edición a las mujeres. El diario 20 minutos, llena la portada. Todos volvemos a hablar hoy de una reivindicación que se creía ya al menos encauzada. Y resulta que vuelve a ser necesaria y apremiante. Entretanto, la Comunidad de Madrid ha organizado un sarao estupendo con galletas, bombones, mascarillas capilares, un personal shopper o una clase de aerobic Zumba para celebrar el día de la Mujer Trabajadora. Interesante el asesor para comprar cuando se conoce que las rebajas han registrado un histórico descenso del 20% porque ya no llega para eso. No hay nada de lo que hoy felicitarse. No, mientras esto no cambie.

Detesto escribir en “los días de” y, sin embargo, hoy lo hago voluntariamente, con preocupación y rabia. Lo peor es que hoy no es solo el Día de la Mujer trabajadora. Es también el día de la sanidad pública en cuya destrucción esta gente ha puesto el turbo. Con una obstinación que hasta al más simple debería llamarle la atención. El de la educación. Toda. Tenemos ya hasta planes para cercenar la Universidad, base del progreso de un país. Esto es un festín en el que solo vemos prosperar a las familias de quienes han tomado las riendas en asesorías y negocios. En el que la corrupción pudre las estructuras del Estado.

Sobre todo, es el día de la sociedad maltratada, si bien vuelvo a insistir que con la entusiasta colaboración de sectores de ella que no sé dónde tienen la cabeza… y la dignidad, y la empatía con sus semejantes. “Las obras de la libertad se construyen con mucha dificultad contra la historia, pero se derrumban con suma facilidad”, escribía en su último libro el filósofo Carlos Fernández de Liria. Para añadir: “La historia no devolverá jamás la razón que hoy se nos lleva. Cada milímetro que el mercado y el capital ganen a la razón hará falta luego reconquistarlo, contra la historia, con los mismos esfuerzos con los que en su día se le arrancaron”. El capital, el mercado, la involución ideológica.

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