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Buscando mi voto útil

Los ciudadanos de Cataluña, los más interesados en las elecciones europeas

Isaac Rosa

En estas elecciones voy a hacer uso por primera vez de la jornada de reflexión. Lo reconozco: es la primera vez en más de veinte años votando en que llego al último día de campaña sin haber decidido aun mi voto. Y por lo que oigo en mi entorno, no soy el único.

Mi problema es que por primera vez me estoy planteando el dilema del voto útil. Siempre he rechazado ese chantaje emocional de algunos partidos que enfrentan al electorado a la disyuntiva tramposa de sumar su voto al que tiene más opciones, o tirarlo a la papelera de los votos que no sumarán bastante para lograr nada. Siempre he dicho que no hay voto inútil, que incluso el voto más marginal y minoritario tiene razón de ser y tiene consecuencias.

Esta vez, sin embargo, estoy considerando mi voto en términos de utilidad. Y eso que son unas europeas, elecciones donde hasta ahora nos permitíamos votar más descocadamente, por sentir que no nos jugábamos gran cosa. Pero en esta ocasión el momento político pesa sobre mi voto: sí pienso que me juego mucho, que lo que vote tendrá consecuencias. No sobre la política europea, obviamente, pues por mucho que diga la burlona publicidad institucional, no vamos a decidir “quién dirige Europa” (que no es el Europarlamento).

Yo me tomo estas elecciones como una primera vuelta de posteriores comicios, o como una ronda eliminatoria (cuartos de final, de modo que las municipales y autonómicas serían las semifinales, hasta llegar a la final en las generales). Y así parecen vivirlas también los partidos políticos: el PP, al que una victoria por escasa que sea le permitirá acompañar su discurso de la recuperación. El PSOE, que tiene próximas las primarias y la renovación de su cúpula, procesos muy condicionados por lo que pase el domingo. Los nacionalistas, codo con codo a ver quién marca el paso de cara a la consulta de noviembre. Las fuerzas a la izquierda, que disputan los puestos en la parrilla de salida hacia un hipotético proceso de creación de frente unido, proceso que marcarán quienes más adelantados salgan del 25. Y las nuevas formaciones, ante una oportunidad irrepetible para meter cabeza.

De modo que ahí me veo yo, camino del colegio electoral sin tenerlo claro, mirando la mesa de papeletas y todavía dudando, seguramente de vuelta a casa sin sentirme muy seguro de lo elegido, y por la noche viendo los resultados con temor de haber roto algo.

¿Cuál es el voto más útil el 25? Aunque la pregunta es otra: ¿útil para qué? Ya que no tiene utilidad alguna de cara a Europa (conseguir uno o seis eurodiputados en un parlamento de casi 800, ya me dirán), mis preguntas sobre la utilidad van por otros derroteros:

¿Cuál es el voto más útil para castigar al PP, y que sea consciente de la dimensión del rechazo ciudadano?

¿Cuál es el voto más útil para debilitar aun más el renqueante bipartidismo?

¿Cuál es el voto más útil para que sea visible e insostenible la crisis del sistema nacido de la Transición?

¿Cuál es el voto más útil para que se abra paso una alternativa?

¿Cuál es el voto más útil para que quienes ahora no han querido o no han sabido crear un frente amplio, se vean obligados a hacerlo en los próximos meses?

Llevo varios días haciéndome estas preguntas, y no siempre llego a la misma respuesta. Es más, no encuentro una sola respuesta que sea válida para todas las preguntas.

Si alguien tiene más claras las respuestas, se agradecen sugerencias.

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