Amnistía Internacional es un movimiento global de más de 7 millones de socios, socias, activistas y simpatizantes que se toman la lucha contra las injusticias como algo personal. Combatimos los abusos contra los derechos humanos de víctimas con nombre y apellido a través de la investigación y el activismo.
Estamos presentes en casi todos los países del mundo, y somos independientes de todo Gobierno, ideología política, interés económico o credo religioso.
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Siria: Un lugar sin infancia para niños y niñas combatientes
“Vengo de ser un niño refugiado-soldado, pero aun tengo mi dignidad. Y debo decirlo de nuevo, si Emma nunca me hubiera rescatado sería un cadáver en la llanura africana”. Emmanuel Jal, exniño soldado del Ejército de Liberación Popular de Sudán. Como él, miles de menores sufren esta violación en sus derechos humanos. En el Día Internacional contra la Utilización de Niños y Niñas Soldado debemos recordar que todavía 17 países y territorios, como Siria, siguen permitiendo esta práctica.
Nieves Gascón
Equipo menores Amnistía Internacional España —
A mediados de 2011 comienzan las revueltas en Siria, en las que la población reclamaba más derechos y libertades. De inmediato el gobierno reprime brutalmente este movimiento ciudadano, desembocando en un conflicto bélico y crisis internacional durante cinco largos años. De entonces hasta la fecha, se cometen graves violaciones de derechos humanos. Uno de los colectivos más vulnerable sin lugar a dudas, son los niños y niñas que han muerto, huyen o sobreviven en un país en ruinas, caos y violencia extrema. En este escenario de supervivencia las opciones vitales son escasas. Viviendas destruidas, escuelas atacadas, innumerables pérdidas de vidas y medios materiales. Con frecuencia se bloquea la ayuda humanitaria, que no llega a tiempo. Ante tal panorama resulta complicado, sobre el terreno, hallar alternativas de mejora, especialmente frente la dura realidad de una infancia arrebatada a millones de niños y niñas por la guerra.
De forma habitual chicos y chicas sufren detenciones, tortura y desapariciones forzadas. En 2014 según la ONU, unos doscientos setenta y un niños y siete niñas fueron reclutados y utilizados como soldados por grupos afiliados al Ejército Sirio Libre, Unidades de Protección de la Población Kurda (YPG/YPJ), el EIIL y el Frente Al-Nusra. A la mayoría se les armó para el combate por un sueldo de unos casi trescientos sesenta euros mensuales, cantidad suficiente para disuadir a las familias a alistar a sus hijos e hijas, en situaciones de extrema pobreza. Se reclutaron a muchos menores de quince años, incluso a pequeños de tan solo ocho años.
En los campamentos de adiestramiento en Aleppo, se sometió a cientos de niños a adoctrinamiento: les prometían un sueldo, teléfono móvil, armas, un lugar en el paraíso entre los mártires y una esposa al alistarse al EIIL, dotándoles de cierto poder a modo de ritual de paso a una acelerada edad adulta.
El reclutamiento es una grave violación de derechos humanos de estos niños, en su mayoría, y niñas minoritariamente, que además son explotadas sexualmente y sus abusos más invisibilizados. De esta manera se infringe el derecho internacional humanitario y se cometen crímenes de guerra, tanto por parte del estado sirio como por los múltiples grupos armados.
También se reclutó para el terrorismo suicida. Tras su adoctrinamiento, por su fácil manipulación y sin que hayan llegado a elaborar una idea certera sobre la muerte, estos chicos y chicas se ven abocados al final precipitado de sus cortas vidas, favorecido por su alta tolerancia a la violencia ambiental y cotidiana, el odio y la falta de expectativas adecuadas a sus necesidades. Se les niega el derecho a la educación, formación u orientación para un empleo y vida digna. Ni que decir tiene la imposibilidad de estos chicos y chicas para tener un mínimo bienestar, el derecho a permanecer en familia, a vivir sin violencia y a la protección tal como señala la Convención sobre los Derechos del Niño y su Protocolo facultativo relativo a la participación de niños y niñas en los conflictos armados.
Las escuelas son objetivo de ataques y masacres de civiles, además de ser lugares de detención arbitraria y tortura. No constituyen ya el espacio para crecer, aprender o jugar, convirtiéndose en lugares vulnerados por el adoctrinamiento, el sufrimiento y la muerte.
No son soldados, son niños y niñas como bien proclama la campaña de Naciones Unidas, Child, Not Soldier, (2014/2016) con el objetivo de poner fin al reclutamiento de niños y niñas en casi 20 países del mundo donde se mantiene esta práctica y se comete tan grave delito. Impliquémonos en este mensaje y exijamos a todos los gobiernos, a las Naciones Unidas y organizaciones internacionales, su intervención activa para poner fin al reclutamiento de niños y niñas. Porque nada ni nadie puede robar la infancia a cientos de miles de chicos y chicas en ningún lugar del mundo.
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Amnistía Internacional es un movimiento global de más de 7 millones de socios, socias, activistas y simpatizantes que se toman la lucha contra las injusticias como algo personal. Combatimos los abusos contra los derechos humanos de víctimas con nombre y apellido a través de la investigación y el activismo.
Estamos presentes en casi todos los países del mundo, y somos independientes de todo Gobierno, ideología política, interés económico o credo religioso.