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El edificio malquerido: la Diputación de Málaga embarga un inmueble de la Junta de Andalucía

El antiguo edificio de Correos, en Málaga | N.C.

Néstor Cenizo

La Diputación de Málaga ha embargado un inmueble a la Junta de Andalucía, y no uno cualquiera: el edificio de Correos, situado entre la Alameda y la Avenida Andalucía, sin uso desde 2010. La noticia causó sorpresa entre los responsables de la administración autonómica, que ya han anunciado recurso.

Según Diputación, la Junta de Andalucía adeuda a 75 municipios de la provincia 8,76 millones de euros, acumulados desde 2006 por impagos de IBI o tasas de basura. Para garantizar el cobro, el Patronato de Recaudación de la Diputación, a quien esos municipios tienen cedida la gestión de los tributos, ha embargado el edificio de Correos, que fue transferido a la Junta de Andalucía en 2010 como pago de parte de la deuda histórica del Estado con la comunidad.

Francisco Salado, presidente del Patronato de Recaudación y vicepresidente de la Diputación, justificó la decisión en que la Junta “no ha sido diligente” en el pago de sus obligaciones tributarias. En declaraciones recogidas por Europa Press, aseguró que el Patronato había notificado en varias ocasiones a la Administración autonómica su demora en los pagos, hasta que el viernes anotó el embargo.

La mayor parte de lo adeudado se correspondería, según Diputación, a recibos del IBI devengados en 2006. “Ellos hacen lo mismo con los ciudadanos que no pagan. Tiene que cundir el ejemplo”. Salado respondió así a José Luis Ruiz Espejo, delegado de la Junta de Andalucía, que en declaraciones a Sur había puntualizado que había alegaciones a la supuesta deuda que Diputación no había respondido. Salado las dio por desestimadas por silencio administrativo, aunque se mantuvo abierto a la posibilidad de sustituir el embargo del edificio de Correos por cualquier otro suficiente para cubrir el pago.

El antiguo edificio de Correos, del que se han embargado tres plantas, es una mole gris cubierta por una malla desde hace siete años. En 2010 fue traspasado por el Gobierno central a la Junta de Andalucía como parte del pago de la deuda histórica. El valor de tasación del inmueble (17.000 metros cuadrados en trece plantas sobre una superficie de 6.700 metros cuadrados) quedó oculto en un lote: tres solares en Granada y Sevilla y el edificio de correos fueron tasados, en su conjunto, en 172 millones de euros. Aquella tasación generó polémica porque fue corregida al alza.

El valor aproximado del edificio, construido en hormigón en 1986 y situado en pleno centro entre la Alameda y la Avenida Andalucía, rondaría los 30 millones de euros, aunque será necesaria una fuerte inversión posterior para ponerlo en uso. La malla que recubre el inmueble pretende evitar los daños por desprendimientos que ya se han producido. Además, sobre el edificio pesa la sospecha popular de que sufre aluminosis, algo nunca confirmado oficialmente.

La Junta de Andalucía, que según desveló Málaga Hoy ya ha pagado 600.000 euros de IBI por el edificio desde que lo recepcionó en 2010, mantiene desde entonces que su intención es venderlo, para lo que “estudiaba” el mercado inmobiliario con la declarada intención de encontrar un grupo hostelero inversor interesado y había anunciado recientemente la apertura de negociaciones con el Ayuntamiento para el cambio de uso del suelo, previsto para oficinas.

Hasta ahora ese grupo hostelero no ha aparecido y el edificio permanece abandonado desde hace ya siete años, ocupadas sus escalinatas por personas que viven en la calle. En sus jardines se han acumulado durante meses bolsas de basura hasta los dos metros de altura, apiladas allí por un chico con síndrome de Diógenes. Era fácil ver ratas por los alrededores, y el kiosquero de enfrente, que había interpuesto varias denuncias ante la Delegación de Salud, aseguraba haber visto “ratas como cabras” como consecuencia de la porquería acumulada. Pero como el edificio es de la Junta de Andalucía y permanecía cerrado, las bolsas sólo se retiraban en ocasiones excepcionales, como Semana Santa.

Esa situación se ha corregido con el inicio de las obras del Metro en el Puente de Tetuán, pero el embargo de una administración a otra viene a añadir un nuevo jalón a la historia de un edificio maldito.

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