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Un Primero de mayo que mira al 26J

Cabecera de la manifestación del Día del Trabajo el 1 de mayo en Córdoba.

Carmen Reina

Rafael Martínez tiene 102 años. Con gorra para protegerse del sol y bastón para ayudarse a caminar, espera el inicio de la manifestación convocada en el Día del Trabajo para echar a andar un año más y elevar su voz por los derechos laborales. A su lado, Rafael y Ramona, matrimonio con 80 años de edad cada uno, y José Antonio, que ya ha cumplido los 84. “Estamos aquí porque hay que luchar. Si no se lucha no se tiene nada. Hay que reivindicar trabajo, un buen salario, buena seguridad social, seguridad en el trabajo…”, dicen. ¿Y las pensiones? “Que no se pierdan, que los más jóvenes lleguen a tener una pensión como tenemos nosotros hoy”.

Este grupo de experimentados manifestantes lleva décadas con el Primero de mayo en sus pies, ejemplo de trabajadores con conciencia de clase obrera que han batallado a lo largo de distintas etapas de la historia reciente de nuestro país. En este 1 de mayo de 2016 vuelven a alzar su voz por ellos mismos pero, sobre todo, por sus hijos y sus nietos. Y avisan: el 26 de junio con unas nuevas elecciones está a la vuelta de la esquina: “La gente está cansada de votar y de que se rían de nosotros”.

Esa fecha, el 26J, está presente en este Primero de mayo más político si cabe que en los últimos años. Córdoba acoge la manifestación central a nivel de Andalucía, con los líderes de los sindicatos mayoritarios –Francisco Carbonero por CCOO y Carmen Castilla por UGT-, además de pancartas y participantes de partidos políticos como Podemos, Equo, PCE y colectivos como Stop Desahucios. Todos miran, de frente o de reojo, al 26J.

Y más allá de la organización oficial –que cifra en 3.500 personas las participantes en la manifestación- están presentes las reivindicaciones de distintos segmentos de la población trabajadora. Al grupo de los mayores ya citados se unen las protestas de trabajadores de la sanidad y la educación que señalan una de las reivindicaciones más repetidas: “Hay que derogar la reforma laboral”. Es una de las peticiones que se hacen directamente a los partidos políticos de cara a las próximas elecciones generales para “restituir los derechos que nos han quitado en todos estos años de crisis”, explica Aurora, profesora de Formación Profesional. Y, por la parte que le toca, añade: “Hay que derogar la LOMCE (Ley de Educación) y consensuar una ley con toda la comunidad educativa”. “Es necesario que estas reivindicaciones se escuchen para poder empezar a construir”, apunta sobre el 26J.

La precariedad laboral, los contratos basuras, el desempleo y la defensa de los puestos de trabajo en los servicios públicos protagonizan también este 1 de mayo. Y, junto a ello, la defensa de los puestos de trabajo de empresas donde los empleados viven en la incertidumbre. Ejemplo de este segmento son los trabajadores de Cosmos, la empresa cementera de Córdoba cuya incineración de residuos se quiere eliminar por parte del Ayuntamiento al estar en pleno casco urbano mientras la empresa pretende seguir con su actividad. En medio, los trabajadores, que acuden con su propia reivindicación a la manifestación: “Venimos a defender nuestros puestos de trabajo. La empresa nos los asegura pero siempre que se mantenga la actividad”. Y con esa incertidumbre participan también en la concentración, para que nadie les olvide.

¿Y los jóvenes? No es la edad que predomina en la manifestación, ni mucho menos. Pero sí están presentes en las reivindicaciones de los demás. Desde sus abuelos como Rafael Martínez a sus 102 años a sus padres de mediana edad como José y Ascensión, trabajadores en el sector de la sanidad y la educación. “Tenemos un sentimiento de culpa por ver qué hemos hecho para dejarles este futuro a nuestros hijos”, dice él. “Por eso estamos aquí, motivos para estar no faltan”. Y apunta también a las nuevas elecciones generales el 26J, pero desde el escepticismo: “Dudo que los sindicatos puedan ejercer presión para sentarlos (a los partidos políticos) y negociar sobre el futuro de los trabajadores”, reflexiona.

Escépticos y luchadores convencidos del “Sí se puede” se suman en la manifestación. Porque allí también caminan los integrantes del colectivo Stop Desahucios, con sus reivindicaciones del derecho a techo una vez más presente. Y distanciados en el horario pero realizando el mismo recorrido, los integrantes de una segunda manifestación por el Día del Trabajo: el resto de sindicatos como CNT, USTEA, CSIF y COBAS, que secundan su propia concentración para distinguirse de UGT y CCOO, pero que también elevan sus reivindicaciones en este Primero de mayo con la vista puesta en el 26J.

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