Cuando pensamos en pobreza, inmediatamente nos viene a la mente lugares muy lejanos a nuestro hogar. Pensamos en países como Mozambique, Liberia, o Afganistán. No pensamos que, en una sociedad como la nuestra, un país europeo, con cierto índice de desarrollo y economía, pueda tener unos índices de pobreza realmente altos. Desgraciadamente, en España existen muchos lugares en los que las personas se encuentran en situación de pobreza extrema, una situación que automáticamente identificamos en otra sociedad o en otro país, y que directamente desechamos de nuestro país y nuestros vecinos.
Philip Alston, relator de la ONU sobre la pobreza extrema y los derechos humanos, estuvo desde el pasado 27 de enero hasta el 7 de febrero de 2020 en España. Alston, al visitar algunos barrios y pueblos andaluces, barrios como son La Candelaria, Madre de Dios y los Pajaritos de Sevilla, o los pueblos como Lepe, Lucena o Palos de la Frontera de Huelva, donde encontró niveles de pobreza que donde las condiciones son mucho peores que un campo de refugiados, donde las personas se encuentran sin agua corriente, sin electricidad o saneamiento, donde no hay siquiera los servicios básicos para la población.
En su informe, el relator de la ONU indica que Andalucía tiene una tasa de pobreza muy superior a la media, ya que experimentó una caída en la financiación recibida de 19,099 millones de euros en 2008 a 18,983 millones de euros en 2018. En 2018, el gasto social total de las comunidades autónomas, incluida la asistencia sanitaria, la educación y la protección social, seguían siendo un 3,4% más bajas que antes de la crisis, a pesar del aumento significativo de la demanda de la crisis y sus secuelas.
Umbrales muy graves
La situación de pobreza en Andalucía roza umbrales muy graves. Alston, en su informe, nos cuenta que conoció a una madre soltera en Andalucía que solo era capaz de encontrar trabajo de 18 horas a la semana, lo que no es suficiente para mantener a sus hijos. Además, visitó una escuela en nuestra comunidad autónoma, donde el 75% de los estudiantes abandonaron la escuela antes de completar la Secundaria. Además de la alta tasa de abandono escolar, las familias de la zona reciben muy poco apoyo por parte del Gobierno, a pesar de vivir en una de las zonas más pobres del país.
Ante esta situación, Philip Alston afirmó que en España la recuperación que ha tenido después de la crisis ha sido únicamente una recuperación y beneficio para las empresas y los ricos, ya que como su informe indica, las personas que se encontraban en situación de vulnerabilidad, de pobreza o extrema pobreza siguen estando igual o peor.
Esperamos que este informe de la ONU sobre la pobreza en España, sea la oportunidad para que tanto el gobierno central como los diferentes gobiernos de las comunidades autónomas se pongan manos a la obra a trabajar para dar soluciones y apoyo a los ciudadanos y ciudadanas que más lo necesitan. Por ello, desde Amnistía queremos transmitir nuestra preocupación por la pobreza existente en ciertas regiones y que tienen la espalda, hasta hoy, de nuestros gobiernos y autoridades.
Además, desde Amnistía queremos reivindicar el derecho de toda persona a tener acceso a una vivienda digna y a poder acceder a la salud, ya que el no tener asegurados estos derechos a toda persona promueve tanto una mayor pobreza como un fomento de la situación de riesgo de determinados colectivos que se encuentran en situación de pobreza. Por ello es necesario que, como sociedad y como responsables, nos pongamos manos a la obra para mejorar la situación de nuestros/as vecinos/as, que todos/as podamos tener una vida digna.
Carmen Castán Baena, activista Amnistía Internacional Andalucía.
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