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Andalucía aparca la petición para circular entre provincias por el riesgo de extender el contagio a los municipios costeros

El vicepresidente y consejero de Turismo, Juan Marín, y el titular de Salud, Jesús Aguirre.

Daniel Cela

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“¿Por qué el Gobierno permite la circulación entre provincias dentro del País Vasco y en Andalucía no?” Esta pregunta la formuló el lunes el portavoz del Gobierno andaluz, Elías Bendodo, como parte del argumentario para denunciar el “agravio”, el “maltrato” y la “discriminación” que ha sufrido Andalucía respecto a otros gobiernos autonómicos, como el vasco, al que el Ministerio de Sanidad ha permitido regular los desplazamientos en su territorio. La respuesta es que la Junta, al contrario que otras comunidades, no ha reclamado oficialmente adelantar la movilidad interprovincial, prevista para la fase de “nueva normalidad” en el plan nacional de desescalada (a finales de junio).

El plan de desconfinamiento de la Consejería de Salud incluye un adelanto en la reapertura de playas a la fase 2, esto es, en lugar de permitir el acceso al baño a partir del 8 de junio, como está previsto, la Junta pide autorizarlo a partir del 25 de mayo. En cambio, el documento no incluye la misma propuesta respecto a la movilidad entre provincias, a pesar de que el Ejecutivo andaluz se ha mostrado agraviado públicamente por el hecho de que Euskadi sí pueda hacerlo (aunque finalmente su restricción de movimientos es mayor que en el resto de territorios).

El pasado lunes, tuvo lugar una nueva comisión interterritorial de Salud, presidida por el ministro de Sanidad, Salvador Illa, y los consejeros del ramo de todas las comunidades. En esa reunión hubo varios gobiernos regionales, como Aragón y la Comunidad Valenciana (ambos con presidentes socialistas), que reclamaron al ministro que autorizase ya los traslados en coche de una provincia a otra dentro de sus territorios. Andalucía no se unió a esa demanda, porque sus técnicos recomiendan “esperar a la última fase de la desescalada”, confirman fuentes de Salud. “Levantar el veto para circular libremente entre provincias tiene cierto riesgo, porque puede expandir el contagio de una zona infectada a otra que no lo está si la  movilidad es muy alta”, advierten estas fuentes. 

El presidente de Aragón, el socialista Javier Lambán, ha pedido personalmente a Sánchez que permita la movilidad entre las tres provincias de su comunidad, alegando que los territorios con menos densidad de población están más preparados para entrar de forma directa en la fase dos (Aragón tiene 1,3 millones de habitantes, frente a los 8,4 millones de Andalucía). El presidente valenciano, Ximo Puig, también ha trasladado a Sánchez su malestar por la prohibición de movilidad entre provincias, y considera que esta demarcación territorial para el plan de desescalada “no es la adecuada”.

El País Vasco, donde gobierna el PNV -socio preferente de Pedro Sánchez- había logrado un permiso especial del Gobierno para regular los desplazamientos dentro de su territorio, aunque finalmente la propia Lehendakaritza ha aprobado medidas más restrictivas en la fase 1 que en otras comunidades. Allí, la movilidad se ha autorizado sólo dentro del municipio, ni siquiera dentro de la provincia, con excepciones: se permite circular a una localidad colindante “de tránsito habitual” para actividades socieconómicas y deportivas. Esta circunstancia sigue sin tenerla clara el vicepresidente de la Junta, Juan Marín, que este miércoles se ha vuelto a quejar del “trato preferente” del Gobierno al País Vasco. “Nosotros no hemos tenido la suerte de Euksakdi, donde sí se pueden mover entre provincias”.

En el mapa andaluz del coronavirus, los distritos sanitarios que contienen más casos positivos se concentran en las grandes urbes, y la infección es mucho menor en la mayoría de zonas costeras. El planteamiento de los técnicos de Salud es que la circulación entre provincias a las puertas del verano provocaría grandes desplazamientos del interior hacia los municipios del litoral andaluz, donde muchos andaluces tienen una segunda residencia en la playa.

Marín, que también ostenta la cartera de Turismo, se reunió esta semana con los 61 alcaldes de los municipios costeros, donde se trasladó esta preocupación, pero también la contraria: la parálisis del sector turístico, las enormes pérdidas que afrontan los hoteles y la hostelería sobre todo en las zonas de sol y playa. La cuarentena de 14 días que el Gobierno acaba de imponer a los extranjeros que viajen a España, así como la lenta desescalada por fases hasta final de junio -que impide cambiar de provincia para hacer turismo- agudiza el colapso del sector turístico andaluz, que representa el 12% del PIB regional y el 13% del empleo.

“Hasta que no pasemos a la fase 2, no puede haber libre movilidad entre provincias. No hasta dentro de unos diez días, si el Gobierno nos autoriza pasar de la fase 1 a la fase 2. Será a partir de junio, y eso ayudaría a reactivar la reapertura de hoteles en las zonas más turísticas”, ha explicado Marín. En realidad, según el cronograma del Gobierno, los desplazamientos entre provincias no se contemplan hasta la fase de “nueva normalidad”, a finales de junio, pero no en la fase 2, que en teoría comienza el próximo 25 de mayo.

Sanidad versus economía

En el seno del Gobierno andaluz cohabitan dos discursos de difícil encaje, que emanan de la compleja dicotomía entre las respuestas necesarias para afrontar la crisis sanitaria y las fórmulas para contener la crisis económica, singularmente en el turismo. Salud ha diseñado un protocolo basado en la prudencia, muy consciente de que cualquier tropiezo puede provocar un rebrote del virus. En cambio, las carteras más económicas y políticas del Gobierno andaluz, como Turismo, Hacienda o Presidencia concentran su estrategia en cómo reactivar cuanto antes la economía andaluza.

En la propuesta de desescalada de la Junta se habla de adelantar la reapertura de las playas a la fase 2, esto es, el próximo día 25 de mayo, en vez del 8 de junio (fase 3), como está previsto. El portavoz Elías Bendodo también ha expresado su malestar por que el Ministerio de Sanidad permita reabrir los hoteles, pero no la movilidad entre provincias. “¿Qué sentido tiene esto? Quién va a ir a un hotel dentro de su propia provincia?”, se pregunta, aludiendo a una solución muy minoritaria. Éstas son inquietudes que el sector turístico -los hoteles, la hostelería- y la patronal trasladan a diario a los consejeros responsables, mientras las autoridades sanitarias y le comité de expertos virólogos de la Junta presiona al titular de Salud en sentido contrario.

Mientras Aguirre aparcaba la petición al Ministerio para que permita la circulación entre provincias andaluzas en fase 1, el Consejo de Gobierno de este lunes esbozó el plan para la reapertura de las playas. Sanidad ha redactado un protocolo de recomendaciones, pero la decisión final compete a los ayuntamientos. La Junta prevé reabrir las playas con limitación de aforo al 50% -y al 40% en algunos casos-, preservando la distancia de seguridad entre toallas y hamacas; prohibiendo las colchonetas de uso colectivo; y habilitando accesos y horarios de entrada y salida.

La guerra de esta semana entre el Gobierno y la Junta ha girado en torno a las provincias de Málaga y Granada, que no han pasado a la fase 1 como el resto. El Gobierno andaluz había pedido que todas las provincias avanzasen en la desescaldada -la fase 1 permite la reapertura de negocios, la movilidad dentro de la provincia y la reunión de grupos de hasta diez personas- excepto los tres distritos sanitarios con más contagios: Granada capital y su área metropolitana, y Málaga capital.

Sanidad frenó la salida de estas dos provincias, alegando que no cumplían los requisitos necesarios en cuanto a capacidad hospitalaria, y que la movilidad de los granadinos y malagueños podía extender el contagio a los distritos colindantes que estaban menos expuestos al virus. La Junta acusa al Ministerio de “agraviar” a Andalucía y pone el acento, singularmente, en la zona de Costa del Sol y del litoral tropical de Granada, dos áreas muy turísticas a las que “se les está causando un daño reputacional”, ha dicho el presidente Juanma Moreno. Su gabinete ha pedido formalmente que se revise esta decisión y espera que el Ministerio acepte este viernes que Málaga y Granada pasen a la fase 1 a partir del lunes 18 de mayo.

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