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Ciudadanos mantiene la afiliación de Juan Marín tras fichar por el Gobierno de Moreno: “Aún es de los nuestros”

La presidenta de Cs, Inés Arrimadas; junto a Juan Marín y Rocío Ruiz.

Daniel Cela

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La dirección nacional de Ciudadanos ha encajado de forma satisfactoria el fichaje de Juan Marín por parte del Gobierno andaluz de Juan Manuel Moreno. El equipo de Inés Arrimadas fue “informado” por el ex vicepresidente andaluz y ex líder regional del partido antes de hacerse público, este lunes, su nombramiento como presidente del Consejo Económico y Social de Andalucía (CES).

Fuentes de la formación naranja explican a este periódico que Marín “no ha pactado” su designación con el partido, pero sí eligió la fórmula “menos dañina” para la formación naranja, de todas las propuestas que le había ofrecido Moreno. Su nombramiento como presidente del CES “no es incompatible con su afiliación” a Ciudadanos por tratarse de “un órgano independiente” del Ejecutivo autonómico y de carácter “meramente consultivo”.

“No lo consideramos un puesto político, sino institucional”, subrayan estas fuentes, “la prueba de ello es que en la actualidad el cargo lo ocupaba un miembro elegido por el PSOE”, en referencia a Ángel Gallego Morales, presidente del CES durante los últimos diez años. El propio Marín se ha apresurado a aclarar que “no va a tomar decisiones políticas”, aunque forme parte de la Administración de Moreno. “Sigo siendo afiliado de Ciudadanos, sigo con mis principios y valores intactos a pesar de que agradezco esta confianza que el Consejo de Gobierno deposita en mí, y que ha sido hablada y consensuada con los agentes sociales y empresariales de la comunidad autónoma”, ha declarado este lunes en una entrevista con TVE.

El Consejo Económico y Social es un órgano de carácter consultivo de la Junta en materia socioeconómica, que sirve de cauce de participación y diálogo permanente de la sociedad civil organizada en el debate de asuntos económicos y sociales. La ejecutiva nacional de Ciudadanos defiende que es un órgano “independiente” y, por tanto, no cree que el nombramiento de Marín sea equiparable al del resto de “deserciones” de otros ex dirigentes del partido en Andalucía que “sí han aceptado la compra de voluntades del PP” y han entrado en su Ejecutivo.

Es más, el equipo de Arrimadas considera que el que fuera vicepresidente andaluz y ex líder regional del partido en Andalucía “podrá seguir defendiendo las políticas liberales desde dicha institución”. “Si no quiere, no tiene por qué dar de baja su afiliación. Nosotros aún le consideramos uno de los nuestros”, explican fuentes de la gestora que pilota la formación naranja en Andalucía desde su extinción tras las elecciones del 19J.

El nombramiento de Juan Marín como presidente del CES, que se formalizará este martes en el Consejo de Gobierno, era un secreto a voces. Moreno ya confirmó que contaría con él si éste aceptaba alguna oferta para continuar vinculado a su proyecto político. El dirigente de Sanlúcar de Barrameda ha recibido “varias ofertas”, del sector público y del privado, que ha valorado con sus hijos antes de decantarse finalmente por un puesto que le permite mantener “cierta independencia”. Su partido le ha agradecido esa posición intermedia, desmarcándose de un giro drástico del proyecto político que aún defiende Ciudadanos y que espera llegar vivo a las elecciones generales de finales del año que viene.

Arrimadas salva la figura de Marín de la lista de salidas de otros referentes del partido naranja que han ido, poco a poco, recalando en las filas del PP y del Gobierno de Moreno, tras las elecciones andaluzas del 19 de junio. El presidente de la Junta habló con Arrimadas antes de los comicios, cuando las encuestas auguraban una debacle absoluta a los naranjas, y ofreció una fórmula de fusión entre ambos partidos e incorporar a todos los consejeros de Ciudadanos como independientes en las listas del PP.

Arrimadas lo entendió como un intento de fagocitar por completo la marca de los autodenominados liberales y rechazó la propuesta, pero el resultado de los comicios se encargó de borrar del mapa a Ciudadanos, pasando de 21 diputados a cero. En los últimos cuatro meses, Moreno ha ido fichando a los dirigentes más destacados de este partido, a los cuadros medios de sus equipos, asesores y responsables de prensa.

La consejera de Empleo, Rocío Blanco, fue la única que conservó la cartera en el nuevo Ejecutivo, y posteriormente fue incorporada a la nueva dirección del PP-A, que siempre la consideró una de los suyos, prese a formar parte de la cuota de Ciudadanos. La titular de Igualdad, Rocío Ruiz, se ha incorporado recientemente al Consejo Audiovisual a propuesta de los populares. Ruiz representaba el ala crítica a la dirección de Marín, pero el presidente Moreno ha contando tanto con los oficialistas como con los disidentes en su estrategia de absorción de su antiguo socio de Gobierno.

También se han incorporado los dos ex portavoces parlamentarios de Ciudadanos, Sergio Romero y Teresa Pardo, el primero como director del Instituto Andaluz de la Juventud, y la segunda como delegada de la Consejería de Justicia en Málaga, el mismo cargo que ocupa otro ex dirigente del partido naranja, Javier Millán, en la provincia de Sevilla.

Romero, uno de los más fervientes críticos con Marín, fue de los primeros en pedir el voto para Moreno en las últimas elecciones, nada más anunciar que abandonaba su partido. Millán se afilió al PP poco después. Pardo perdió las primarias de Ciudadanos para liderar la lista electoral en su provincia, y finalmente fue recuperada por los populares en su estrategia de fichajes. La dirección nacional de Ciudadanos considera que todos ellos se han prestado “a la compra de voluntades” del PP, les tilda de “desertores” o “traidores”, y les acusa de “no hacer creído nunca en el proyecto liberal” o de “no saber distinguirlo de la propuesta política de los conservadores”.

Respecto a la marcha de Juan Marín, la dirección del partido no demuestra ni rencor ni reproches, todo lo contrario: “Hizo un trabajo excelente. Demostró valentía al liderar un proyecto incipiente cuando todavía no era nada. Muchos de los que le han criticado llegaron después, cuando había consejerías y ministerios que repartir. Una vez acabada su función en Ciudadanos, puede decidir lo que considere desde el plano personal. Con nosotros ha sido totalmente leal”, asegura Marina Bravo, secretaria general del partido.

A los de Arrimadas no les preocupa pasar página de la etapa de Ciudadanos en Andalucía y con ella todos sus referentes institucionales, que ahora trabajan con el PP. “Si han encajado tan bien en el PP es que no habían entendido la diferencia entre su proyecto y el proyecto liberal”, afirman. El objetivo ahora es “reconectar con la ciudadanía andaluza” y volver a “ocupar un espacio político que no tenía voz antes de Ciudadanos, porque el PP no supo dársela en 37 años de oposición”.

A ese objetivo van a dedicar la búsqueda de “nuevas caras, nuevos referentes”, que tendrán que ejercer una oposición extraparlamentaria al Gobierno de Moreno. De momento, la ausencia de Ciudadanos del debate público andaluz ha dejado huérfano el discurso de aquellos que empiezan a diferenciar entre la forma de gobernar del PP y las políticas que se impulsaron cuando estaban en coalición con los naranjas, la legislatura pasada. “Eso ya está aflorando en las consejerías que antes dirigíamos nosotros”, dice Bravo.

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