El imperio del doble rasero

Un sacerdote que se infecta de Ébola asistiendo a enfermos en África es un mártir al que el país debe la repatriación pase lo que pase; una enfermera infectada asumiendo el riesgo de tratar al cura que otros decidieron desde un Consejo de Ministros, una inepta a la que el Consejero de Salud madrileño acusa de ocultar su enfermedad una semana para ¿perjudicarle a él, a la ministra, al Ejecutivo, a la marca España?

La cara de esa enfermera, Teresa Romero, nos la graban a fuego. Si sana -ojalá y pronto-, ¿nadie la señalará por la calle? Hoy hemos podido cruzarnos con consejeros de Caja Madrid, saqueadores del banco que todos rescatamos, sin reconocerlos.

El fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce ve prematuro hablar de delito o responsabilidad penal en el caso de las tarjetas B de esa entidad, pero no frena con igual diligencia la invasión a los derechos de Teresa o hasta del presunto pederasta de Ciudad Lineal, Antonio O. M. Inocente hasta que se demuestre lo contrario. Igual que Blesa, Bárcenas, Rato.

No son delincuentes comparables. Está claro. Los de guante blanco, devuelven parte de lo afanado y ya parece que han hecho algo. Pruebe cualquiera a retrasarse en un pago hipotecario y verá lo que tardan en dejarle sin casa. Hay delitos que generan una especial alarma social. Por eso del caso Gürtell, el primer condenado ha sido el juez Garzón y del de Bankia su homólogo Elpidio Silva. Porque estaba la población de saberlos trabajando en los juzgados que no dormía, angustiadísima.

En Cataluña no se puede contemplar consulta de autodeterminación porque contravendría la Ley del 76 que es más férrea que la escrita por Dios para Moisés. Pero en Andalucía, el conveniente rezo de fieles británicos ha logrado que se cambie la ley para evitar el derribo de 25.000 casas (tras 250.000 ya indultadas).

La hegemonía del made in China

El doble rasero impera de lo local a lo internacional. El Estado Islámico y, en general, los integrismos árabes son “el enemigo de Occidente” desde que cayó el telón de acero y, más, tras el 11-S. Aunque las democracias nos afanamos en plantar nuestros valores en tierras musulmanas -gastando presupuesto en armamento, exponiendo militares- no hay forma de que las flores libertarias occidentales arraiguen.

Los hongkoneses, en cambio, mira que se han puesto pesados con su empeño de votar en unas elecciones que no estén amañadas por la metrópoli china. ¿Quiénes se habrán creído esos niñatos, ¡la mayoría estudiantes universitarios! para exigir nuestros derechos políticos y ciudadanos? ¿No entienden que están poniendo en riesgo el cumplimiento del sueño de la China, gran potencia mundial, de Deng Xiaoping?

Deberían leer lo bien que lo explica Lluis Basset. Empieza por nombrar a Deng “modelo universal del pragmatismo político”. Para hablar luego de lo que “encandiló a Felipe González” quien aprendió de él eso del “gato negro, gato blanco, lo importante es que cace ratones”. González en su último libro, Liderazgo en tiempos de crisis, ya afirma que está por llegar el día en se reconozca a Xiaoping con justicia. Pasan por alto un detalle, Basset y González, que ese “pragmático” ordenó la matanza de Tiananmen. Pero, ¿va a empañar eso su logro de la hegemonía del made in China, amalgamando lo peor del comunismo y el capitalismo?

Félix Bayón, en 1998 -en ese EL PAÍS que aún se reclamaba “diario independiente de la mañana”- advertía que nada peor para el PSOE y su Federación andaluza que la frase gatuna de Felipe y la de Guerra sobre la fotográfica obediencia. Hablaba de la brisa fresca que suponían las primarias que ganó Borrell, y de que el socialismo no podía negar su ser de izquierda en aras de una supuesta eficacia que en realidad le haría mutar en derecha. Tres lustros después, PSOE y PP han convergido, entre otros aspectos, en el elogio de la dictadora del Partido Comunista Único -Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia, en cambio siguen estigmatizados. ¿De Borrel quién se acuerda? ¿Y de que el PSOE era izquierda? ¿De las primarias qué queda?

En Andalucía, las ocho provincias tendrán un solo candidato. José Manuel Atencia, responsable de SER-Málaga, señala certero lo que eso entraña de espejismo. Si no -añado yo- de timo.

¡Viva la transparencia!

Y el PSOE presume de que, a diferencia del PP, está entendiendo el mensaje ciudadanos vía Podemos. De ahí que acaben de colgar en la web las cuentas del partido y de los miembros de la Ejecutiva. Gracias a lo cual sabemos que Pedro Sánchez cobra un sueldo, del Congreso, y tiene entre sus bienes 177 acciones de Repsol por 3.309,9 € y 235 de Red Eléctrica Española por 15.834,30 €.

¡Viva la trasparencia! Y ese dinero, frente al dilapidado por los consejeros de Caja Madrid, o distraídos a ERES y cursos de formación irregulares o a la financiación B del PP, o a los negocios del cuñadísimo del rey, o a lo no declarado por Pujol son una menudencia. No le hará, como al Consejero Salud madrileño, tener “la vida resuelta”. Pero está feo. Y, además, hará que Sánchez -como Sanz- tenga el corazón partío. Porque los atracos que nos perpetran las empresas energéticas de un lado, le interesan. Pero de otro, le harán sonrojar si vuelve a visitar a los militantes de base que tan amables le alojaron cuando hacía su gira de campaña de primarias, al volante del Peugeot 407, su “único aparato”.

¡Ay, qué tiquismiquis! ¿Qué más se le puede pedir? Si ya ha enseñado el hombre ingresos y gastos, haberes y deberes, alma y vergüenzas. ¿Qué le queda? Pues que siga la santa senda de su colega el ex ministro de los yogures caducados y la masculina superioridad intelectual, hoy Comisario Europeo de las Petroleras, digo, de las Energías y el Clima, PapaNoel Arias Cañete: ¡que venda!